El Cuerpo de Infantería de Marina celebra la fiesta de su patrono san Juan Nepomuceno

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José María Pérez Chaves– Como cada 16 de mayo, el Cuerpo de Infantería de Marina se ha vestido de gala. El motivo es la celebración de su patrono: san Juan Nepomuceno. En efecto, desde 1731, este santo checo ha acompañado a los infantes en su defensa de España, por lo que su veneración está hoy muy divulgada entre ellos.

San Juan Nepomuceno nació el año 1340. Como es sabido por todos, era canónigo de la catedral de Praga y confesor de la reina. Su vinculación con esta suscitó la envidia del monarca, que le exigió romper el sigilo sacramental con el fin de conocer los secretos que ocultaba su esposa. Pero, como él se negara a cumplir tan infame propósito, fue torturado y arrojado al río Moldava. De esta manera, y como afirmaría san Juan Pablo II años después, “las aguas fueron santificadas por el cuerpo y la sangre del mártir1. Desde entonces, es considerado patrono de los confesores y abogado de la buena fama.

Su relación con la Infantería de Marina viene de lejos. Como hemos dicho, ya en el año 1731, es decir, poco después de su canonización, que había tenido lugar el 19 de marzo de 1729, el recién creado Batallón de Barlovento lo asumió como protector. En 1758, pasó a proteger a los Batallones de Marina, estableciéndose como fecha de su celebración el 16 de mayo. Finalmente, el 18 de marzo de 1878, se confirmó a dicho santo como patrono del cuerpo.

En un principio, puede resultar extraña la correspondencia entre la Infantería de Marina y san Juan Nepomuceno, pues ambos son separados por labores muy distintas. Sin embargo, debemos recordar que el martirio de este último alcanzó mucho renombre en la vieja Europa y que, a la sazón, su historia se propagó por toda la cristiandad. En efecto, su muerte puso de manifiesto una injusticia atroz y reveló la entereza de un hombre que no se doblegó ante ella. Por este motivo, los miembros del famoso cuerpo militar lo asumen como protector y lo invocan como guía en su devenir. En este sentido, el himno que le dedicaron evidencia la veneración que le profesan: “Eres modelo para la lucha, fuerza y aliento para avanzar, realizando nuestras misiones con valentía y fidelidad”.

Actualmente, y como dispone la Real Orden del 18 de marzo de 1878, escrita por Su Majestad Alfonso XII, todas las unidades de Infantería de Marina deben facilitar la celebración de un acto religioso de asistencia voluntaria, en el que se agradezca a san Juan Nepomuceno su protección sobre el cuerpo. Esta santa misa es presidida por los capellanes de los diferentes acuartelamientos, que aprovechan la ocasión para mantener viva la fe en aquel. Es, sin duda, un momento de acercamiento y de catequesis para los militares de nuestra nación.

Debemos recordar que la asistencia religiosa es un derecho que tiene todo militar creyente. En todos los países democráticos, se reconoce la legitimidad de ser atendido en el marco de las fuerzas armadas según la religión que profese. En España, este servicio está encomendado al Arzobispado Castrense, que es el ordinariato militar de nuestra nación, compuesto por un grueso de ochenta capellanes. Ello no obsta para que, todo aquel que requiera la atención espiritual de otra confesión religiosa, también la reciba oportunamente.

1 Carta de san Juan Pablo II al arzobispo de Praga en el 250º aniversario de la canonización de san Juan Nepomuceno

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