Introduciendo el rezo del Regina Coeli, el Obispo de Roma hizo hincapié en que «Jesús Resucitado ha transmitido a su Iglesia, como primera tarea, su misma misión de llevar a todos el anuncio concreto del perdón. Este signo visible de su misericordia lleva consigo la paz del corazón y la alegría del encuentro renovado con el Señor».
«La misericordia en la luz de la Pascua, se deja percibir como una verdadera forma de conocimiento del misterio que vivimos»
Destacando la importancia de experimentar la misericordia, que «abre lapuerta de la mente, para comprender mejor el misterio de Dios y de nuestra existencia personal», el Papa señaló que «hace comprender que la violencia, el rencor, la venganza no tienen sentido alguno y que la primera víctima es la que vive con estos sentimientos, porque se priva de su propia dignidad».
En este contexto, el Santo Padre subrayó que «la misericordia abre también lapuerta del corazón y permite expresar cercanía, sobre todo a cuantos están solos y marginados, porque los hace sentir hermanos e hijos de un solo Padre».
«La misericordia, en resumen, nos compromete a todos a ser instrumentos de justicia, de reconciliación y de paz», reiteró el Papa invitando a no olvidar nunca que «la misericordia es la clave en la vida de fe y la forma concreta con la que damos visibilidad a la resurrección de Jesús».
Para luego invocar a María, Madre de la Misericordia, para que «nos ayude a creer y a vivir con alegría todo esto»
(CdM – RV)
Voz y texto completo de las palabras del Papa antes del rezo del Regina Coeli
«Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
Sabemos que cada domingo hacemos memoria de la resurrección del Señor Jesús, pero en este periodo después de la Pascua, el domingo se reviste de un significado aún más iluminante. En la tradición de la Iglesia, este domingo, el primero después de la Pascua, se denominaba ‘in albis’. ¿Qué significa esto? Esta expresión se proponía evocar el rito que cumplían cuantos habían recibido el bautismo en la Vigilia de Pascua. A cada uno de ellos se les entregaba una túnica blanca – ‘alba’ – ‘blanca’, para indicar la nueva dignidad de los hijos de Dios. Aún hoy se sigue haciendo, a los recién nacidos se les ofrece una pequeña túnica simbólica, al tiempo que los adultos visten una verdadera, como vimos en la Vigilia Pascual. Y aquella túnica blanca, en el pasado, se llevaba puesta durante una semana, hasta este domingo y de ello deriva el nombre ‘in albis deponendis’, que significa el domingo en el que se quita la túnica blanca. Y así, cuando se quitaban la túnica blanca, los neófitos comenzaban una vida nueva en Cristo y en la Iglesia.
Hay otra cosa. En el Jubileo del año 2000, San Juan Pablo II estableció que este domingo se dedicara a la Divina Misericordia. ¡Es verdad, fue una bella intuición: fue el Espíritu Santo el que lo inspiró en esto! Desde hace pocos meses hemos concluido el Jubileo extraordinario de la Misericordia y este domingo nos invita a retomar con fuerza la gracia que proviene de la misericordia de Dios. El Evangelio de hoy es la narración de la aparición de Cristo resucitado a los discípulos reunidos en el cenáculo (cfr Jn 20, 19-31). Escribe San Juan que Jesús, después de haber saludado a sus discípulos, les dijo: «Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen» ( 21- 23). He aquí el sentido de la misericordia que se presenta justo el día de la resurrección de Jesús como perdón de los pecados. Jesús Resucitado ha transmitido a su Iglesia, como primera tarea, su misma misión de llevar a todos el anuncio concreto del perdón. Ésta es la primera tarea: anunciar el perdón. Este signo visible de su misericordia lleva consigo la paz del corazón y la alegría del encuentro renovado con el Señor.
La misericordia en la luz de la Pascua se deja percibir como una verdadera forma de conocimiento. Y esto es importante: la misericordia es una verdadera forma de conocimiento. Sabemos que se conoce a través de tantas formas. Se conoce a través de los sentidos, se conoce a través de la intuición, la razón y otras más. Pues bien, ¡se puede conocer también a través de la experiencia de la misericordia. Porque la misericordia abre la puerta de la mente para comprender mejor el misterio de Dios y de nuestra existencia personal. La misericordia nos hace comprender que la violencia, el rencor, la venganza no tienen sentido alguno y que la primera víctima es la que vive con estos sentimientos, porque se priva de su propia dignidad. La misericordia abre también la puerta del corazón y permite expresar cercanía, sobre todo a cuantos están solos y marginados, porque los hace sentir hermanos e hijos de un solo Padre. Ella favorece el reconocimiento de cuantos tienen necesidad de consolación y hace encontrar palabras adecuadas para dar conforto.
Hermanos y hermanas, la misericordia calienta el corazón y lo vuelve sensible a las necesidades de los hermanos con el compartir y la participación. La misericordia, en resumen, nos compromete a todos a ser instrumentos de justicia, de reconciliación y de paz. Nunca olvidemos que la misericordia es la clave en la vida de fe y la forma concreta con la que damos visibilidad a la resurrección de Jesús.
Que María, Madre de la Misericordia, nos ayude a creer y a vivir con alegría todo esto»
(traducción del italiano: Cecilia de Malak)
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Una misericordia desgajada de la Verdad y la Justicia, como decía Chesterton, se vuelve loca. Los mandamientos son una manifestación de la misericordia-verdad-justicia, que nos indican el camino hacia el cielo, pero este pontificado habla muy poco de ellos, casi nada. Dios ofrece su perdón, pero no lo otorga sin arrepentimiento, sin conversión. El hombre debe poner de su parte para obtener el perdón, pero de esto tampoco habla el pontífice. » Esforzaos por caminar por la senda estrecha, pues ancha es la senda que lleva a la perdición «. Un cielo gratis et amore es una soberana mentira, como casi todo este desgraciado pontificado.
Excelente homilía del Papa Francisco en línea del san Juan Pablo II, de acuerdo a las revelaciones de Santa María Faustina Kowalska. Deberíamos acudir mas a la coronilla de la Misericordia que perder el tiempo en escribir tópicos mal entendidos.
https://infovaticana.com/blogs/sandro-magister/despues-los-cuatro-cardenales-hablan-seis-laicos-quizas-al-menos-papa-los-escuche/