La argentina de 34 años sufrió una grave lesión cerebral y entró en estado de coma estando embarazada de seis meses. Sin embargo, cuando todo parecía estar perdido, las cosas, sorprendentemente, comenzaron a mejorar.
Era el 1 de noviembre de 2016. La policía argentina Amelia Bannan, embarazada de seis meses, le dijo a sus compañeros que no quería subirse al coche, pues presentía que algo malo iba a ocurrir. «No viajemos, si subimos a ese auto será solo para volcar», le dijo a una de sus compañeras.
Y ocurrió. El automóvil recibió un golpe trasero y el conductor perdió el control. La argentina de 34 años sufrió una grave lesión cerebral y entró en estado de coma. Sin embargo, cuando todo parecía estar perdido, las cosas, sorprendentemente, comenzaron a mejorar.
Su hijo, de nombre Santino, consiguió sobrevivir al accidente. El feto se desarrolló con normalidad mientras que su madre, inconsciente, se pasaba los días en la cama del hospital. Durante los últimos días del embarazo la madre comenzó a abrir los ojos y a mover las manos. El 24 de diciembre, en Nochebuena, fue sometida a una cesárea de urgencia, y nació Santino.
Tras las pequeñas y breves señales de vida, Amelia volvió a recaer en el coma. Y, milagrosamente el pasado 8 de abril la argentina volvió a despertar. “De pronto escuchamos un ‘sí’. ‘¿Amelia estás escuchando?’, le pregunté y volvió a decir que sí. Le pedí que me sacara la lengua y la sacó. Fue una emoción, me quedé sin palabras», recordó su hermano mayor, César Bannan, al diario El País.
Amelia reconoció a su hijo, y según los médicos, la joven mejora con rapidez. Su familia reza todos los días por su recuperación y se siente tremendamente agradecida por este gran milagro que la vida les ha regalado.
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