Tedeschi se aventura a teorizar sobre la elección en 2040 de un «gobernador supremo de la iglesia ambientalista universal». Un futuro paradójico en el que se ha impuesto un orden mundial manejado por animalistas en el que reina la cocina vegana y el uso limitado de los automóviles.
Gotti Tedeschi, ex presidente del Instituto para las obras de la Religión -conocido como el Banco del Vaticano-, se aventura a teorizar en el diario La Veritá sobre la elección en 2040 de un «gobernador supremo de la iglesia ambientalista universal».
Tedeschi habla de un futuro paradójico en el que se ha impuesto un orden mundial manejado por animalistas en el que reina la cocina vegana y el uso limitado de los automóviles. Este nuevo gobernador, recibe el nombre de Abel Iº, sorprendiendo a todos debido a que Abel -explica Gotti-, era considerado la primera víctima del ambientalismo y los animalistas.
En los meses sucesivos, Tedeschi narra que el gobernador supremo Abele Iº ilustró en varias ocasiones los motivos por los que la iglesia Ambientalista Universal debía reconciliarse con la católica romana, considerada en el año 2040 como la peor enemiga del ambientalismo.
Este gobernador, con una autoridad semejante a la del Papa, pretende «cambiar el corazón del hombre» y crear leyes y sanciones para todos aquellos que no cuiden el medioambiente.
El gobernador insta a poner fin a las divisiones históricas y convoca una visita al Vaticano con ocasión de la creación de la Consitución de la iglesia Ambientalista, con el objetivo de comenzar una reconciliación.
Abel Iº reconoce que en el mundo globalizado es necesria una religión universal fundada sobre un dogma idéntico para todos: la dignidad del ser humano, de la criatura de Dios. El gobernador anuncia así la reforma de la Iglesia Ambientalista Universal, ayudándose de prestigiosos expertos del mundo católico.
Según cuenta Gotti, el Papa de los ambientalistas reconoce que «debemos convertirnos en católicos» y construir puentes con la salvación eterna propuesta por el catolicismo porque es la verdadera vía para tutelar la naturaleza creada por Dios.
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Pues, por ahora, parece que es la nueva iglesia de la misericordia la que se ha convertido al ambientalismo más radical y al control de la natalidad más dogmático, como medio de salvaguardia, aceptando los dogmas de la superpoblación y el calentamiento global.
«Este gobernador, con una autoridad semejante a la del Papa, pretende “cambiar el corazón del hombre”» Bueno, si tal cosa ocurriera, que no lo descarto, no le hará falta a nadie pretender cambiar el corazón de nadie, pues su sola existencia ya delata un corazón cambiado en el hombre sinel cual no hubiese sido posible su «advenimiento». De hecho, en Occidente ya está cambiado el corazón de los hombre. En otras épocas Occidente entero se hubiera levantado frente al genocidio que supone el aborto.