Julio Rodríguez, exjefe del Estado Mayor de la Defensa y miembro del Consejo Ciudadano de Podemos, se ha mostrado a favor de suprimir la figura de los capellanes de las unidades militares.
En una entrevista concedida a “Los Desayunos” de TVE, el exJemad ha manifestado que no es partidario de la presencia de capellanes en las unidades militares, a pesar de reconocer que se trata de «un servicio que hay que prestar» para «cualquier tipo de confesión religiosa».
Rodríguez también ha defendido, en relación con la emisión de la misa en la televisión pública, que el servicio público «no debería estar en línea con una determinada creencia religiosa».
Ante las declaraciones del exJemad, el Arzobispado Castrense ha defendido la figura de los capellanes, así como el derecho de los militares españoles a recibir asistencia religiosa.
En declaraciones a Europa Press, el vicario general del Arzobispado Castrense, Pablo Panadero, ha reivindicado que la asistencia religiosa a las Fuerzas Armadas es un derecho del militar creyente.
Desde el Arzobispado Castrense también se ha querido recordar que los capellanes han acompañado durante siglos tanto a los militares como a sus familias y que su asistencia está garantizada a través de los Acuerdos con la Santa Sede.
La misión del Arzobispado Castrense y de los capellanes es ofrecer asistencia religiosa pastoral y sus actividades están encaminadas a hacer presente a la Iglesia y a edificarla en el mundo militar.
En las misiones de paz o de ayuda humanitaria que vienen realizando en los últimos años los ejércitos españoles fuera del territorio nacional, demandan especialmente el acompañamiento de Capellanes, ya que su presencia y acción ministerial son especialmente necesarias.
El Capellán que asiste a estas misiones internacionales acompaña a los militares en la misión, comparte con ellos el riesgo, los trabajos y las dificultades, realiza entre ellos su ministerio pastoral como sacerdote, los conforta espiritualmente y realiza funciones de asistencia social y humana.
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Todavía hay gente que se sorprende de la obsesión de Podemos y la izquierda con las capillas, misas, etc. y su apoyo a todo lo blasfemo contra la religión cristiana en nombre de la «libertad». Es muy sencillo, ellos sean conscientes o no, sirven al demonio. Al final, todo se reduce a la batalla por las almas, el reino de Dios y el reino de Satanás. Ellos ahora mismo defienden el reino de Satanás, más vale que se den cuenta antes de morir.