InfoVaticana ha podido comprobar de primera mano cómo la pareja ordenada por Julián Barrio todavía convive en la vivienda que compraron, juntos, hace veinte años. Uno de los curas de la pareja niega ser sacerdote: «Yo soy cocinero».
«Lo que hicisteis con D. Julián no es cristiano», «No puedo compartir lo que habéis hecho con D. Julián Barrio», etc… ¡Cuántos ataques hemos recibido, desde los ambientes más clericales, por haber destapado lo que toda la diócesis compostelana sufría en silencio! Que El Arzobispo, Julián Barrio, ordenó presbíteros a una pareja de homosexuales que convive desde los ’90.
Como ya reiteramos en su momento, la información publicada por este portal es veraz y ha sido debidamente contrastada, y toda la documentación ha sido puesta a disposición de las autoridades eclesiásticas correspondientes. Sin embargo, tres meses después, Barrio sigue sin dar explicaciones.
Aprovechando una visita a la prisión de A Lama, la semana pasada, decidí acercarme a la vivienda que hace más de veinte años, según consta en el Registro de la Propiedad, compraron los dos hoy sacerdotes para convivir. El piso, en una ciudad de las Rías Baixas, tiene 112 metros cuadrados y una terraza de 19 metros, y lo tienen ya libre de cargas e hipotecas. Como digo, desde los años 90, constan como propietarios de la vivienda, en el registro de la propiedad, la pareja de «amigos». Lo normal entre amigos. ¿Una inversión juntos?
En la puerta de la finca, el buzón no deja lugar a dudas: No es una inversión pura. Aquella pareja, ordenada hace pocos años por Julián Barrio, todavía convive en el piso. Han convivido ahí durante los últimos veinte años, y todo el barrio les conoce como pareja. Así que, tras charlas con algunas de las vecinas, decido llamar al timbre, y entablar con ellos una conversación.
Ring…
Me abre uno de los dos sacerdotes, a quien puedo reconocer con facilidad:
- «Buenas tardes. ¿es usted sacerdote?».
Él responde, tras unos segundos de un silencio que se podía cortar:
- «¿Por qué me pregunta eso?», y prosigue:
- «Yo no soy sacerdote. Yo soy cocinero. ¿No me ve que me coge con el mandil puesto y todo?».
La gravedad de la ordenación de homosexuales
La ordenación sacerdotal de homosexuales es una actitud «gravemente irresponsable» en un obispo, en palabras del propio Papa Francisco en un documento recientemente publicado, en el que recuerda que “las personas homosexuales no pueden ser admitidas a las órdenes sagradas”. (Lea-aquí-el-don-de-la-vocación-presbiteral).
“Sería gravemente imprudente admitir al sacramento del Orden a un seminarista que no hubiese madurado una afectividad serena y libre, fiel en la castidad celibataria, a través del ejercicio de las virtudes humanas y sacerdotales, entendida como apertura a la acción de la gracia y no sólo como esfuerzo de la voluntad”, se señala en el documento.
No es el primer escándalo en el que se ve envuelto el arzobispo Barrio. InfoVaticana reveló hace dos años la existencia de varias libretas en las que el electricista autor del robo del códice calixtino relataba los encuentros sexuales de algunos miembros del Cabildo, y del deán de la catedral, con seminaristas y peregrinos, en pisos propiedad del arzobispado. Precisamente sobre el caso del Códice Calixtino, nuevos datos podrían salir a la luz en el futuro inmediato. Veremos.
Nota: Hay quien nos reprocha que sigamos preservando la identidad de la pareja de sacerdotes. Lo tenemos claro. La noticia es el arzobispo, Julián Barrio, responsable de haber incumplido lo que le ordena el Vaticano, y no la identidad de las personas afectadas.
El Arzobispo de Santiago ordenó sacerdotes a dos homosexuales sabiendo que eran pareja
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Estas cosas seguirán pasando mientras en los seminarios no se establezcan filtros oficiales para las personas con atracción hacia el mismo sexo (AMS), que, lamentablemente y dado el nivel de desestructuración familiar y de hipersexualización social, cada vez serán más. Si seguimos haciendo la vista gorda al problema, no nos extrañemos el día de mañana de tener un clero en muchos casos inmaduro y narcisista. Hay que rezar mucho por los sacerdotes y seminaristas, que también son víctimas de estos coladeros en los que se han convertido muchos seminarios (pues la ordenación no soluciona ninguno de los muchos problemas que acompañan a una afectividad no madura: soledad, complejos, adicciones…), y además adoptar protocolos de actuación para evitar que se repitan estas situaciones, aunque ello comporte una disminución en el número de candidatos al sacerdocio. A ver si alguien le pone el cascabel al gato…
Ni dará explicaciones ni habrá medidas sancionatorias contra los dos curas ni contra el obispo por una sencilla razón : A nueva iglesia, nuevo lenguaje. Se llama discernimiento, acompañamiento, diálogo, encuentro, inclusión, puentes ..
Francisco ha incurrido en una contradicción flagrante. Aprobó recientemente una instrucción confirmando que los homosexuales no pueden acceder al sacerdocio y a Mauro Inzoli, reducido al estado laical en el 2012 por haber abusado de niños de 12 años en cantidad, lo restituye al sacerdocio a pesar de su condición homosexual. No me extraña que la Collins diera el portazo. El arzobispo Barrio seguirá por tanto de intocable. CORRECCIÓN YA, y no sólo por la Amoris. Le viene grandísimo el pontificado y quizás hasta el sacerdocio.
fui alumno y lo padecía al dean y archivero del Calixtino José Maria Diez, no quiero elaborar ni hacerle daño, lean mi «Seminario vacío. Los pecados mortales de la Iglesia»