Ana Catalina Emmerick y Santa María in Trastévere

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El pasado sábado 25 de febrero, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, tomó posesión de la basílica de Santa María en Trastévere de Roma, una iglesia con una historia tan particular como desconocida.

La basílica de la que ha tomado posesión el cardenal Osoro fue fundada en el siglo III por el Papa Calixto I y renovada durante el pontificado de Inocencio II en el siglo XII. La tradición señala que en el año 38 antes de Cristo, en el lugar en el que se encuentra la basílica, brotó de la tierra una fuente de aceite, un signo que fue interpretado como el anuncio de la llegada del Cristo, del Ungido.

Sorprendentemente, en un visión de la Beata Ana Catalina Emmerich se describe:

Cuando Jesús nació vi un barrio de la ciudad de Roma, donde vivían muchos judíos: allí brotó una fuente de aceite que causó maravilla a todos los que la vieron. Una estatua magnífica de Júpiter cayó de su pedestal hecha añicos, porque se desplomó la bóveda del templo. Los paganos se llenaron de terror, hicieron sacrificios y preguntaron a otro ídolo, el de Venus, creo, qué significaba aquello. El demonio respondió, por medio de la estatua: «Esto ha sucedido porque una Virgen ha concebido un Hijo sin dejar de ser virgen y este Niño acaba de nacer».

Este ídolo habló también desde la fuente de aceite. En el sitio donde brotó la fuente se alzó una iglesia dedicada a la Virgen María, Madre de Dios. Los sacerdotes paganos estaban consternados y hacían averiguaciones. 

Setenta años antes de estos hechos vivía en Roma una buena y piadosa mujer. No recuerdo ahora si era judía. Se llamaba algo así como Serena o Cyrena y poseía algunos bienes de fortuna. Por ese tiempo se había recubierto de oro y piedras preciosas el ídolo de Júpiter y se le ofrecían sacrificios solemnes. La mujer tuvo visiones y a consecuencia de ellas hizo varias profecías, diciendo públicamente a los paganos que no debían rendir honores al ídolo de Júpiter ni hacerle sacrificios, pues vendía un día en que lo verían caer hecho pedazos. Los sacerdotes la hicieron comparecer y le preguntaron cuándo habían de suceder estas cosas. Como no pudo determinar el tiempo, fue encerrada en prisión y maltratada, hasta que Dios le hizo conocer que ello sucedería cuando una Virgen purísima diera a luz un Niño. Cuando dio esta respuesta, se burlaron de ella y la dejaron en libertad, reputándola por loca. Solo cuando se derrumbó el templo, haciendo pedazos el ídolo, reconocieron que había dicho la verdad, maravillándose de la época fijada y del acontecimiento, aunque no sabían que la Santísima Virgen había sido la Madre e ignorando el nacimiento del Salvador. 

He visto que los magistrados de Roma se informaron de estos hechos, como de la fuente que había brotado. Uno de llos fue un tal Léntulo, abuelo de Moisés, sacerdote y mártir, y de aquel otro Léntulo que fue amigo de San Pedro en Roma.

Curiosamente, la parroquia romana de Santa María in Trastévere, una de las más antiguas del mundo, es conocida también como Santa María in Fons Olei.

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Comentarios
8 comentarios en “Ana Catalina Emmerick y Santa María in Trastévere
  1. Ejías, cuando uno no tiene cabeza ni razones se dedica al insulto solapado. Ya quisieras tu haber sido o ser un Beato, por la cercanía a Dios, buscado con sinceridad y caridad y, respeto a los santos. Ccreer en revelaciones privadas es algo que no obliga pero la mofa o el menosprecio de ellas, sino van contra la Fe católica, es pecaminoso.

  2. Javier Elías yo le sugeriría que antes de proferir un ofensivo comentario se entere del contenido de la obra de esta santa mujer, si su capacidad intelectual se lo permite, dado el nivel intelectual, extenso y profundo de esta obra. Procedente de un Don inefable a ella concedido, y de la perseverancia y paciencia, pero también de la fe recibida, gracias al providencial encuentro con la beata A.C. Emmerich, del escritor Clemens Brentano

  3. Lo dice en unas profecias que se refieren a España y a la guerra civil, de ahí que diga desdichada nación, por todo el horror que vio.

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