Fabrice Hadjadj las explica en un libro brevísimo recién publicado por Rialp: «La suerte de haber nacido en nuestro tiempo».
Recientemente, un sacerdote me comentó que tenía que venir próximamente a Madrid «a un congreso de márketing religioso». Probablemente, le dije a Fernando, Hadjadj se tiraría de los pelos al oír esa expresión. A los pocos días, y gracias a Rialp, cayó en mis manos un libro brevísimo del genial filósofo titulado «La suerte de haber nacido en nuestro tiempo». En él, Fabrice Hadjadj hace una distinción entre la Misión Católica y «otras formas de propaganda ideológica».
El problema de confundirlas, y de no trabajar en esa distinción, sino de asumir esa estrategia mundana, advierte Hadjadj, «convierte la misión de la Iglesia en algo que no sólamente está en el mundo, sino que es del mundo», e induce a pensar que se promociona de igual manera a Jesucristo que a la Coca Cola.
Veamos esas cinco diferencias:
- Adherirse a algo vs. volverse hacia alguien. La palabra cristiana no es decir «algo sobre algo» sino hablar «de alguien a alguien». Se trata de comunión, y no de comunicación.
- Uno entre los otros vs. uno para todos los otros. La conversión es, en sí misma, misionera.
- Universal abstracto vs. universal concreto. «La universalidad católica -sentencia el francés- solo puede ser concreta, mientras la ideológica es abstracta». «El Dios que nos manda la unidad es el que crea la multiplicidad». No se trata de un todo con el que se difumina la parte, sino de un refugio que acoge lo singular, y especialmente lo anormal.
- El enfrentamiento vs. la alianza. El esfuerzo de la propaganda es el de una fraternidad soñada, pendiente de construir. La alegría del Evangelio es la alegría de una fraternidad que ya existe, y de la que hacer partícipes a más.
- Pesimismo vs. optimismo. La propaganda ideológica siempre es nostálgica o utópica. La evangelización está llena de esperanza.
Probablemente, haga falta leer el libro para entender las cinco diferencias en su plenitud. «No importa -lamenta Hadjadj- siempre os encontraréis un profesor de teología que sentencie: Si San Pablo viviera hoy, no cabe duda que utilizaría internet y facebook.
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Muy certeras estas 5 diferencias.¿ Se enterarán en Roma o seguirán vendiéndonos esa mezcla de bebidas nauseabunda ?
Demuestra no saber mucho lo que es el marketing.
El marketing no busca cambiar el «producto», sino cómo se presenta (producto, para un experto en marketing es igual un detergente que un proyecto político).
Si usted se pregunta si es mejor presentar la «religión» (dejémoslo en esta expresión para no entrar en más profundidad ahora que no es el tema), en inglés, en castellano o en árabe… está respondiendo a una pregunta de marketing. Seguro que su respuesta es distinta si pretende llevar el mensaje a los británicos que viven en la Costa del Sol, a españoles o a inmigrantes marroquíes.
Si usted se pregunta si es mejor presentar la «religión» desde una sala de conferencias o saliendo a la calle como hacen los testigos de Jehová… está respondiendo a una pregunta de marketing.
Si usted se pregunta si es mejor presentar la «religión» a los jóvenes europeos del siglo XXI por medio de un señor mayor o por un par de personas de la misma edad… está respondiendo a una pregunta de marketing. ¿Lo haría igual para un conjunto de personas mayores? ¿Y para un grupo de asiáticos? A eso responde el marketing.
Y sí, hoy la Iglesia necesita marketing, mucho marketing.
Jesús hablaba de semillas en el campo, de celemines, de ser pescador… ¿no eran los mejores ejemplos para aquella gente? Pues eso es emplear una buena técnica de marketing. Comparar la palabra de Dios con el trigo con la cizaña por enmedio ¿le dice algo a un chaval español del siglo XXI?
Es decir necesitaría comprar más y mejores campañas de marketing? La Iglesia lo que necesita es más santidad y menos mundanidad. Aceptar el mantra universal de que todo se «compra» y se «vende» no va con la Fe. Ello no es un producto a «vender»y si no es una realidad de vida no habrá transmisión de la Verdad posible.Los chavales del s. XXI lo que están esperando son buenos ejemplos, coherencia, de verdad piensa que ya no comprenden la metáfora? es que hoy en día no se pesca?, no se siembra?