El Cardenal Piacenza, en Alcalá de Henares para impartir un curso a los sacerdotes de la diócesis, ha elogiado la viveza de la diócesis complutense, especialmente las adoraciones al Santísimo y la disponibilidad de los sacerdotes para confesar. También ha valorado la no respuesta del Papa a las Dubia de los cuatro cardenales.
Juan Antonio Reig, obispo de Alcalá, presentó ayer al cardenal Mauro Piacenza en un encuentro con los periodistas, con motivo de la visita del Penitenciario Mayor de la Iglesia Católica a la ciudad de Cervantes. A continuación, recogemos un extracto de las palabras de D. Juan Antonio Reig:
Genovés, de Génova, el cardenal Piacenza ha prestado muchos servicios a su Archidiócesis, casi siempre relacionados con la docencia. Prestó servicios a la diócesis en el campo de la pastoral universitaria. El cardenal Piacenza fue presidente del pontificio consejo para los bienes culturales de la Iglesia. “Su sensibilidad para los temas patrimoniales y culturales la hemos pdodio comprobar a a lo largo de estos días”.
El Papa Benedicto lo llamó, primero como secretario y luego como Prefecto, para la Congregación del Clero. Nos prestó un gran servicio de un documento sobre la vida y misterio de los sacerdotes, un documento aún vigente y que es referencia para todos los sacerdotes.
Ha escrito algunos libros referidos también a su trabajo como prefecto del clero, como “la Presbyterorum ordinis 50 años después”, con motivo del aniversario del decreto conciliar sobre el sacerdocio.
El Papa Francisco lo quiso, en el año de la misericordia, en el corazón mismo de lo que era ese año, y por eso le encargó el trabajo de la penitenciaria apostólica, que es el corazón mismo de la misericordia, que el Papa quiere promover en toda la Iglesia.
Le hemos llamado para que pudiera tener dos días de formación permanente para los sacerdotes. Ha impartido una ponencia sobre “conciencia, libertad y Palabra de Dios”, otra sobre “Cómo ser libres en una sociedad de pensamiento único”, otra sobre “La dirección espiritual en el ministerio sacerdotal” y por último, una titulada “Por Cristo, con Cristo, en Cristo, sobre la óptica del realismo pastoral”. Además, impartió una ponencia a los laicos titulada “Cristianos y protagonistas”, que abarrotaron el salón, y en la que respondió a todas las preguntas de los asistentes.
A continuación, en un coloquio, varios periodistas pudimos plantear nuestras preguntas al cardenal Mauro Piacenza. En primer lugar, quien escribe estas líneas, en nombre de InfoVaticana, planteó al cardenal Piacenza una cuestión sobre las Dubia.
¿Por qué cree que el Papa no ha querido responder a las dubia de los cuatro cardenales?
«Simplemente porque él entiende que ya había respondido prácticamente a través del propio documento. Es claro que él ha entendido haber ya aclarado lo que tenía que aclarar, y de haber dado alguna indicación. Es claro que no ha respondido, y no sé si responderá o no, puede darse que piense todavía que se pueden dar otras situaciones, otros elementos, pero no puedo decir más en este punto, porque no puedo sustituir al Santo Padre, evidentemente».
¿Pero usted piensa que Amoris Laetitia, en estos puntos, es clara?
Mire. Depende de las personas que la leen, del tipo de preparación que tienen las personas que lo leen. Hay dos claves de lectura, evidentemente, una clave de lectura de las personas más doctas en el asunto, y que tienen en la cabeza la teología del matrimonio, las categorías de interpretación, de frases típicas y citas, y quizá hay quien está más lejos de todo esto, y quizá, para personas que son más lejanas a estos trabajos, se pueden crear puntos de interrogación.
Ciertamente no es el caso de los cardenales que han hecho las preguntas, evidentemente, pero entre la gente sí puede existir también esto. Entonces, es una situación que puede darse: que el Santo Padre entienda que puede pensarlo todavía y busque ir al encuentro en forma directa o indirecta de ciertas instancias, o puede que entienda que sea mejor así, y que sea ya suficiente con lo que se ha dicho.
«El sacramento de la penitencia no ha cambiado nada. El Papa no quiere hacer una revolución en los sacramentos». De modo simple, dice, «el Papa ha querido dar un gran énfasis a la familia en cuanto tal, al amor en cuanto tal, y a la misericordia de Dios en cuanto tal».
A una pregunta del redactor de Vida Nueva sobre la cercanía de los sacerdotes, Piacenza responde con claridad:
«No confrontar la cercanía de uno con otras formas de vivir las propias capacidades, sensibilidades y experiencias. Es muy diferente, por ejemplo, ser sacerdote en Uruguay o en Suecia, hay diferentes sensibilidades, pero la esencia debe ser la misma, y la esencia sacramental es la misma.»
El redactor de un diario local del Corredor del Henares, Puerta de Madrid, agradece al cardenal su «visita histórica para Alcalá de un altísimo cardenal», y le pide unas palabras.
Yo no soy un altísimo cardenal, ni soy una altísima persona, soy muy pequeño, para mi ha sido una invitación honorable, y soy mas honrado yo por la diócesis, que la diócesis por mi visita. He visto cosas que me han gustado mucho, no he podido verlo todo obviamente, pero lo que he visto me ha gustado mucho, estoy muy complacido, especialmente he visto el Santísimo expuesto en más lugares, confesionarios habitados por sacerdotes, y esto para mi, quizá porque soy el penitenciario, es un gran signo de esperanza, porque se habla de Nueva Evangelización, esta bien, porque la necesitamos, pero la Nueva Evangelización no se hace tanto de cosas impactantes, a veces alguna sirve, pero es como el agua que riega un campo, no hace ruido, pero luego todo está húmedo, todo regado.
El hecho de que se vuelva a confesar y a estar disponible, es un hecho que no hay multitudes esperando en el confesionario, pero la inciativa debe partir del pastor, el pastor debe adelantarse a esperar. Debe partir sobre todo de un plano pastoral, de la sensibilidad de los sacerdotes, y de su preparación durante el seminario. Y sensibles al hecho de estar a disposición. Estar a disposición significa ser cercanos, prontos a la confesión. La confesión es un momento para que la persona se desahogue, y sea educada, es el momento en que una persona necesita ser confiada,… Es todo un mundo interior que está en reconstrucción.
Y luego, donde está el Santísimo expuesto, suceden auténticas maravillas, en esa intimidad que se crea entre la persona que va ahí y el Señor que está ahí. Incluso, cuando uno no sabe qué decir, queda encantado de ese silencio.
Faustino Catalina, de Cope, pregunta al cardenal sobre la presencia de los laicos en la vida de la Iglesia. Responde Piacenza:
El laico es protagonista, es el título de mi conferencia de ayer: el laico debe ser protagonista, porque no está al margen. El laico está inmerso en las cosas de la Iglesia. Creo que es importante en el cuerpo de místico de Cristo, que cada parte haga su parte: si un dedo quiere ser cabeza, no lo haría bien.
Según mi opinión, los laicos deben tener cuidado de no ser clericalizados, le dan al laico muchos encargos que son del sacerdote, y en este caso no solo no se valoriza el laicado, y además se abaja el laicado. El laico tiene mucho recorrido en tantos ámbitos, económico, jurídico, financiero, artístico, médico, político, etc… No podría haber Nueva Evangelización sin un protagonismo laical, pero debe ser verdaderamente laical. Pero por ejemplo leer en Misa, está muy bien, o dar la comunión en sustitución del sacerdote, o del diácono, pero estamos hablando de suplencias, y no es bueno confundir las cartas. Hay sacerdotes ocupándose de cosas que no deberían, en política, en economía, etcétera… y después tenemos laicos haciendo exposiciones del Santísimo… Sería bueno que cada uno se ocupara de su parte.
Por último, Juan Luis Vázquez, de Alfa Y Omega, pregunta sobre el año de la misericordia, pidiendo alguna anécdota especial sobre el tema del pecado de aborto.
La misericordia debe cubrir todo, esto es como la cara del cielo, es evidente. Después, tenemos que tener presente que la cuestión del aborto es clara. El hecho de la posibilidad de la absolución no debe hacer pensar en una superficialidad. El Papa cuando habla del aborto lo siente como un drama fortísimo, no es algo como para pasar la página, lo que pasa es que como se ha diluido la gravedad en la sociedad, porque hay consumismo, también a nivel sexual, hay situaciones particulares que deben verse en el confesionario, pero tengamos presente que antes también se podía absolver del aborto, el Papa ha querido que la gente pudiera ser exhortada mejor a abrirse, a confesarse, etc… pero la posibilidad la tenía el obispo, que lo tenia delegado a un penitenciario diocesano, e incluso a los vicarios episcopales, y en algunos períodos a todos los sacerdotes. Yo a los 26 años fui ordenado y tuve esta facultad, porque el arzobispo dijo que diéramos la absolución y cada tanto fuéramos a decir cuántos son los presentados, no para hacer una investigación, sino para que fuera consciente, y se diese cuenta, de en la diócesis, cuantos dramas había, y lo tuviera presente en la predicación, etc…
El boom ha sucedido porque el Santo Padre ha querido dar énfasis al discurso, me parece, porque su experiencia y su lectura de los hechos le ha dicho que son muchas personas que no lo saben, o creen saberlo. Invitémosles al confesionario, para recibir esta plenitud de misericordia y así liberarse de determinadas opresiones.
La misericordia no debe limitarse a esto, evidentemente. Por ejemplo, la misericordia, una muy grande, es la de decir la verdad a las personas, la verdad de la fe y la verdad de los principios morales, esto es una exquisita misericordia, porque de otro modo, no hablar, sería como ayudar a las personas a caer: «No caer en la tentación».
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En resumen, no se moja nada, pero nada nada sobre la Amoris y los Dubia, al igual que la inmensa mayoría de obispos españoles. Pero el que calla otorga. Y acepta la comunión en pecado mortal, aunque no se le llame más que situación irregular. El argumento es claro : Si la FC exige vivir como hermanos y la AL ya no lo exige, es que EStÁ ACEPTANDO LA COMUNIÓN EN PECADO GRAVE. Si decir la verdad es una forma exquisita de misericordia y, al final, no la dice, está siendo inmisericorde, como casi todos. Una pena. Se van a condenar.
Es una pena hablar de decir la verdad como obra de misericordia y despues no decir la verdad: que AL está dando lugar a miles de interpretaciones y que solo por esta razón debiera aclararse lo que realmente ha querido decir
Comparto con el Cardenal que el Papa ha dado suficientes gestos que responden a la dubia, sólo que han estado en línea con la interpretación vulgar, lineal del texto y sin relación con la tradición. La interpretación docta se da en muchos pero la vulgar ha sido aprovechada aún por pastores que se supone doctos para cambiar la doctrina.
Hay muchísimo MIEDO a las iras destempladas del peroncho pontificio.
Hemos vuelto al papa-rey, rey absoluto, déspota y cruel.
Coincido totalmente con el comentario de Lostrego.
«Es una pena hablar de decir la verdad como obra de misericordia y después no decir la verdad: que AL está dando lugar a miles de interpretaciones y que solo por esta razón debiera aclararse lo que realmente ha querido decir».
Y digámoslo claro: El Papa Francisco no quiere responder a las dubia de los cuatro cardenales porque se mete en camisa de once varas.
Sigo rumiando esta entrevista y los buenos modales del Cardenal matizan aspectos graves. Responde como un analista de hechos que ocurren en algún lado. Por un lado, luce como del lado «docto», es decir, aquel que interpreta conforme un cuerpo total, integral e integrado, pero también despreocupado que otros cardenales y obispos dan guías concretas basadas en la interpretación «vulgar» de la AL. Bajo sus buenos modales y análisis sin compromiso es como que las interpretaciones que él mismo establece (y que yo clasifico como «docta» y «vulgar») no tienen impacto signficativo en la vida de la Iglesia. En fin. Tal vez estoy equivocado
Estos que hablan así volverían a crucificar a Jesucristo con Pilatos, con sus medias verdades, sus medias misericordias y, por tanto, sus medias falsedades y sus medias inmisericordias. Es más, lo están crucificando ya. Ha llegado la hora de la Verdad para todos. Yo estoy con Jesucristo y la indisolubilidad del matrimonio, y su no rotundo al divorcio, y con la conversión de los pecadores, entre los que me cuento, con la gracia de Dios. Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia, pero hay que reconocer el pecado y no disfrazarlo de discernimiento.
Decir la verdad es parte de la obligación de cualquiera que se diga católico, misericordia o no, no se debe mentir. Lo que resulta llamativo es que justamente ese Cardenal dice la verdad. Le preguntan: ¿Pero usted piensa que Amoris Laetitia, en estos puntos, es clara? Contesta. Mire. Depende de las personas que la leen, del tipo de preparación que tienen las personas que lo leen.
Acá dice la verdad -no se si a sabiendas o se le escapó sin pensar en lo que decía- AL es clara según la persona que la lea. Con lo que admite que no es clara ya que admite miles de millones de lectura según la preparación. Obviamente admite que cada cual -según su preparación- tendrá una opinión «lectura» válida de AL, es decir no hay ninguna lectura certera, es la cúspide del subjetivismo teológico. Si alguno se da cuenta realmente de lo que dijo tiene un boleto asegurado a Guam…….
Corrección pública, urgente y necesaria, porque la confusión y el daño son públicos y generalizados. Asi lo estima el profesor Roberto de Mattei. Yo me adhiero.http://www.corrispondenzaromana.it/quando-la-correzione-pubblica-e-urgente-e-necessaria/?refresh_cens