Seis razones para rechazar los vientres de alquiler explicadas por una feminista

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Después de que Íñigo Errejón defendiera los vientres de alquiler en una entrevista concedida a la cadena SER, la feminista española Lidia Falcón quiso contestarle escribiendo un artículo bajo el título «Carta pública a Errejón: Las mujeres no somos vientres de alquiler».

Tras la legalización del aborto libre en las primeras catorce semanas, la aprobación del “matrimonio homosexual” o la introducción de la ideología de género más radical en las aulas, las siguientes medidas de ingeniería social que podrían aprobarse próximamente en España son la regulación de los conocidos como “vientres de alquiler” y la eutanasia.

En las últimas semanas, ha irrumpido en el debate político la llamada “maternidad subrogada”. Mientras formaciones como Ciudadanos apuestan por una ley que regule los “vientres de alquiler”, el Partido Popular, PSOE y Podemos se enfrentan a un debate interno entre quienes rechazan esta práctica y los que piden su regulación.

Después de que Íñigo Errejón defendiera los vientres de alquiler en una entrevista concedida a la cadena SER, la feminista española Lidia Falcón quiso contestarle escribiendo un artículo bajo el título «Carta pública a Errejón: Las mujeres no somos vientres de alquiler», en la que expone seis razones -recogidas por AciPrensa- por las que oponerse a esta práctica:

No se puede “disponer” del cuerpo de una mujer

Según defiende Lidia Falcón en la carta dirigida al político de Podemos -quien aseguró que «todo el mundo tiene derecho a tener hijos»-, «los derechos de unos no se pueden ejercer contra los derechos de los demás».

“El derecho a la paternidad no significa que para ejercerlo se pueda disponer del cuerpo de una mujer, bombardeándolo con hormonas, insertándole un óvulo –propio o ajeno- fertilizado, y esperando que la gestación llegue a término para arrebatarle después el hijo, irreversiblemente. Y todo ello por dinero”.

Los vientres de alquiler son un drama para las mujeres pobres

Según la feminista, la conocida como «gestación subrogada» es «un drama que asedia a las mujeres pobres de varias áreas del mundo»y que se da especialmente en áreas “gobernadas por políticos que se han puesto al servicio de las grandes compañías farmacéuticas, de las agencias que buscan muchachas en las zonas rurales de la India, Pakistán, Bangladesh, Ucrania, para contratar, por una aportación miserable que le entregan la familia, sus ovarios, su matriz, su resistencia física”.

Las mujeres no son ‘vasijas’

Falcón defendió que las mujeres no son «vasijas, ni probetas, ni conejillos de indias para hacer experimentos con nosotras ni tenemos nuestros vientres como fábrica de niños. Invertimos sentimientos y emociones, esperanzas y temores, alegrías y miedos, en esa etapa trascendental de nuestra vida”, ha defendido.

Es como la esclavitud

Asimismo, Lidia comparó los vientres de alquiler con la esclavitud: “De la misma manera que en la esclavitud no solamente se utiliza la capacidad laboral del trabajador sino la persona misma, y por eso es infame, manipular el cuerpo femenino para fertilizarlo, embarazarlo y después sustraerle el ‘producto’ como si se tratara de que hubiera fabricado unos zapatos es también infame”.

Si fuese un deseo “altruista”, siempre está la adopción

Falcón defiende que “si realmente lo que les impulsa es la generosidad de cuidar a un niño, en el mundo existen millones de criaturas que necesitan padres y madres”.

Los niños gestados pueden no conocer sus orígenes

Por último, la feminista subrayó que “estas criaturas fabricadas a petición de los padres no tendrán nunca conocimiento de sus raíces, de sus antecesores, de la historia, de la cultura, de la biografía de su madre y de la familia de su madre”.

 

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Comentarios
3 comentarios en “Seis razones para rechazar los vientres de alquiler explicadas por una feminista
  1. Vamos a ver. No existe un derecho al matrimonio, ni un derecho al hijo. Por el contrario sí existe el derecho del hijo a padre y madre. Y este derecho es el que precisamente no le queremos reconocer porque va contra los caprichos de los mayores. Cuando los caprichos se elevan a derechos, los derechos se devalúan y pisotean.

  2. “Finalmente, y cuestionados sobre la maternidad subrogada, Sistach apuntó que ‘el tema de la bióetica es muy delicado, y hay que tener mucha competencia para hablar de él’. Osoro, por su parte, tampoco fue más allá, aunque sí recordó que ‘todos tenemos derecho a estar en esa gran casa de la familia humana que tenemos que cuidar, luego no le quitemos el derecho al ser humano de tener la casa original de Dios. No vivamos de alquiler’”.

  3. La vida te da sorpresas. Nunca pensé que pudiera estar en tal sintonía con Lidia Falcón. Pues suscribo de cabo a rabo lo que ha dicho. ¡Olé por Doña Lidia!

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