La vida de Pi

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El aparente debate entre la fe y la razón continúa siendo un tema controvertido. En efecto, pese a las declaraciones magisteriales de los papas, todavía parece que es necesario posicionarse del lado de una o de otra. La película que hoy presentamos salió a la palestra en esta discusión, con el pretendido fin de terciar a favor de la primera. Sin embargo, como veremos, lejos de defenderla, dejó abierta la supuesta brecha. No obstante, y una vez que esto es asumido, se trata de un film recomendable, pues podemos intuir en él ciertos valores cristianos.

Pi es un joven indio que afirma poseer una historia que hará creer en Dios a todo aquel que la escuche. Uno de los interesados es un escritor necesitado de inspiración. Ambos conciertan, pues, un encuentro, en el que aquel relata a este último su hazaña. Esta consiste en un naufragio que sufrió en el océano Pacífico cuando se dirigía a Canadá con sus padres. Como estos eran propietarios de un zoológico, el barco en el que viajaba estaba poblado por diversos animales. Uno de estos es un tigre, Richard Parker, que sobrevive a la tragedia junto con Pi. Por tanto, los dos se verán obligados a convivir hasta alcanzar tierra firme.

Sin lugar a dudas, la película es un derroche de imaginación visual por parte de su autor. A lo largo del metraje, podemos disfrutar de las espectaculares y sobrecogedoras imágenes que ofrece. Además, posee un guion bien cuidado y unas interpretaciones aceptables. Pero, respecto a lo primero, pese a que el libreto incida en la búsqueda de Dios por parte del protagonista, este se conforma con una idea sincretista de Aquel. Ciertamente, concluye sin rubor que el cristianismo, el islam o el hinduismo son en el fondo lo mismo.

En realidad, este argumento erróneo es a la vez una traición al libro original. En efecto, el autor de este último, Yann Martel, católico, lo escribió con el propósito contrario: manifestar que la religión cristiana es la verdadera. Tal vez por ello, y a modo de concesión, encontremos en el largometraje unas bellas enseñanzas de nuestra fe: principalmente, el diálogo acerca de Jesucristo que mantienen Pi y un sacerdote, y la confianza del primero en la Providencia. Pero incluso esto se pone en duda cuando Pi sugiere una explicación racional a toda su aventura. De este modo, cae de nuevo en ese supuesto debate al que antes aludíamos.

No obstante, y como hemos afirmado al inicio de este artículo, se trata de una película recomendable. Aunque intente contraponer una vez más la fe y la razón, aquella tiene un holgado espacio sobre esta, por lo que podemos disfrutar de unas buenas disertaciones acerca de ella. De hecho, debemos recordar que “Creerás en Dios” fue la frase promocional del film y que muchos vieron en él una confirmación de su fe.

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Comentarios
1 comentarios en “La vida de Pi
  1. Dionisio: usted se ajusta perfectamente a la primera parte de la frase de L.Pasteur que decía “un poco de ciencia aleja de Dios, y mucha ciencia acerca”.
    El tema de la creencia medieval sobre una tierra plana, es un bulo inventado en el s. XIX, para atacar a la Iglesia. La idea de una tierra plana surge de la antigüedad, pero en época romana ya estaba extendida la idea de una tierra esférica, San Agustín escribe que es esférica. En la Edad Media, San Isidoro de Sevilla y Dante también la consideraban esférica.
    Durante muchos siglos la mayoría de científicos eran clérigos, y la ciencia avanzó gracias a ellos, Alberto Magno, Copernico, Mendel , Lamaitre fueron clérigos y la lista de científicos creyentes es interminable. De ahí que la pretendida contradicción entre ciencia y fe es una falsedad más que no paran de repetir de los ateos.

    La teoría de la fluctuación quántica, no pasa de ser una teoría descabellada, porque como todo el mundo sabe de la nada no surge algo, sin embargo esta teoría requiere que haya algo anterior a la fluctuación, por tanto no es la nada. Son muchos los científicos que piensan que la teoría de la fluctuación cuántica no es compatible con el Big Bang. Pero además, si supusiéramos cierta esta teoría -que es mucho suponer- lo que no explica, es como dio origen a un universo con unas leyes de física tan perfectas que al fin fuera posible la aparición de la vida, en vez de un universo caótico. Como decía Einstein: Dios no juega a los dados.

    Por otro lado, es una tontería afirmar que sabemos de dónde surgió la vida. En el fondo usted lo que demuestra es que es un creyente, pero no de Dios, sino de la casualidad, porque la pretendida evolución de la vida, es solo la creencia de que la casualidad lo explica todo.

    Hay varios ejemplos que desmontan esta supuesta cadena de casualidades para que surja la vida:

    -El Quijote completo tiene 2.034.611 caracteres, y el ADN humano es una serie de 3.200 millones de nucleótidos emparejados. Pues es mucho más probable que un mono escriba por casualidad el Quijote, a que se forme por casualidad del ADN humano.
    -Un mono aporreando una máquina de escribir a una velocidad de 177 teclas por minuto, para escribir tan solo la primera frase del Quijote, que son 33 palabras, tardaría 5,3 x 10 elevado a 255 años para agotar totas las posibles combinaciones, y acertar una sola vez con la frase correcta, pero este tiempo resulta que es mucho mayor que la edad del universo.

    Todo ello nos lleva a la conclusión de que la teoría de la evolución sin un diseño inteligente, es un fraude, porque la única respuesta de los evolucionistas, ante un suceso altamente improbable es echarle más años, para explicar la probabilidad de que ocurra; pero sabemos que el universo no tiene una edad infinita, sino determinada, y por tanto, se trata de una creencia ciega en un suceso altamente improbable.

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