Tras ser denunciado por ordenar sacerdotes a dos homosexuales que conviven, el arzobispo de Santiago se enfrenta ahora a su pasado más lejano: «Mientras fue rector del seminario de Astorga, se mantuvo indiferente ante el maltrato a dos seminaristas», acusa una víctima de abusos sexuales de Astorga.
Una de las víctimas de los abusos sexuales que cometió el sacerdote de Veguellina de Órbigo José Manuel Ramos Gordón en el curso 1988/1989 —cuando era formador del Seminario Menor San José, de La Bañeza— acusó a los sacerdotes al frente de la institución de no haber protegido a las víctimas ante su agresor, según publicaba ayer el rotativo zamorano La Opinión-El Correo de Zamora, que reprodujo en su edición digital la carta de denuncia que el perjudicado, identificado como F.L., remitió en 2014 al papa Francisco. Entre los sacerdotes a los que reprochó ante el santo padre su pasividad se encuentra el nuevo vicario episcopal de Ponferrada y del Sector de Pastoral Social, Francisco Javier Redondo de Paz.
También hay referencias en la denuncia del ofendido al arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barro, rector del seminario de Astorga, donde las víctimas iniciaron sus estudios de bachillerato y, tras haber sufrido abusos sexuales en La Bañeza, fueron objeto de maltrato psicológico, lo que considera una consecuencia de sus revelaciones.
Aunque Ramos Gordón ha sido el único encausado en estos hechos, la denuncia de F. L. ante el papa Francisco se extiende también a los «encubridores«, a «quienes supieron y no actuaron» en aquellos años, cuando estaba al frente del obispado de Astorga Antonio Briva Mirabent.
Tal y como relata en la primera carta al pontífice, aproximadamente a los tres meses de comenzar los abusos, dos de los chicos decidieron contárselo al rector del Seminario de La Bañeza, el alistano Gregorio Rodríguez Fernández (natural de Riofrío y fallecido en 2014). En aquel curso 1988-1989 estaban como tutores, y así aparece en la misiva, Juan Herminio Rodríguez, Francisco Javier Redondo y el «castigado» José Manuel Ramos Gordón.
«Pensábamos que (la revelación al rector) sería el fin de aquel calvario, nada más lejos de la realidad. Como si de una simple chiquillada se tratara, nadie hizo nada. El silencio por respuesta. Lo único que conseguimos fue entrar en un círculo de castigos. Nos castigaban con ir a dormir a la sala de peluquería y él venía a despertarnos a cada hora, el trato tampoco mejoró en misa. Se acercaba y cogiéndonos del brazo, nos susurraba con ira al oído «¡cantad!, ¡quiero ver cómo se mueven vuestros labios!, ¡vais a dejar aquí la piel!»».
Cuenta la víctima que «pasaron los meses sin que nadie frenara los abusos, las noches se habían convertido en miedo». «Más de una vez encontré a mi hermano, bien entrada la noche, escondido en los baños, con el rostro desencajado, los ojos llorosos y temblando. La impotencia de no poder hacer nada. Recuerdo decirle: «vamos a la cama» y él, con los labios tiritando responde «no, sé que él va a venir»».
Una situación tan insoportable que llevó de nuevo a los menores atacados a «pedir auxilio», en esa ocasión al tutor de 6º, Francisco Javier Redondo, nombrado el pasado mes de enero vicario episcopal de Ponferrada y del sector de Pastoral Social. «Dejadlo en mis manos» les contestó. Redondo es uno de los sacerdotes que ha declarado ante Julio Alonso, vicario judicial e instructor en el proceso canónico. «Parecería que por fin alguien haría algo por nosotros, pero no hizo nada. Por segunda vez nos ignoraron, dejándonos a merced de los caprichos sexuales de D. José Manuel».
Así lo ratificó el denunciante en su declaración ante el instructor cuando éste le pregunta: «¿Qué medidas tomaron los superiores cuando tuvieron conocimiento de los sucedido?».
«No sé qué medidas tomaron o si hablaron entre ellos, o lo comunicaron a los superiores, pero el hecho es que los abusos continuaron hasta el final de curso y nadie hizo nada para evitarlo».
Terminado aquel curso de terror, el último en el Seminario Menor, los gemelos continuaron el Bachillerato en el Seminario Mayor «La Inmaculada» de Astorga «con la esperanza de que sería diferente. Pero si en La Bañeza sufrimos acoso sexual, en Astorga fue maltrato psicológico» cuenta el denunciante.
Fueron dos años, 1º y 2º de BUP de 1989 a 1991, con Julián Barrio, actual arzobispo de Santiago de Compostela, como rector y tutores «D. Máximo, D. Paco, D. Jerónimo, D. Blas y D. Aquilino». Cuando los hermanos llegaron a Astorga, «de alguna manera la historia de los gemelos había trascendido, se sabía, era un secreto a voces», relata F. L. «Lo destacable en este seminario fueron los gritos, los castigos inconmensurables, las terribles bofetadas que nos daban. ¡Fue muy duro! Como duras eran las palabras de Máximo, nuestro tutor, que no escatimaba en vejaciones a la hora de hablar con nuestros padres? Estaba cegado con nosotros, querían deshacerse de los gemelos».
La «persecución» llegó al extremo de que al finalizar 1º de BUP los gemelos no recibieron en casa las matrículas para el siguiente curso, como era lo habitual para el alumnado. «Mis padres, extrañados, bajaron a Astorga para pedir explicaciones al rector, D. Julián Barrio Barrio». Éste fue receptor también de las quejas del padre sobre los castigos que recibían los gemelos; le llegó a reprochar que a uno de ellos le hicieran correr solo por la carretera, «¡Qué pasa si le llega a pillar un coche!, pero él callaba claro» expresó el padre del ex seminarista durante el proceso.
Cuando, años después, los gemelos contaron todo a sus padres, éstos «comprendieron la magnitud de lo acontecido»; el progenitor «se puso en contacto con ciertos sacerdotes que para su asombro reconocieron los hechos? Pero ahí quedó todo, nadie hizo nada, solo echar tierra encima».
F. L. y su hermano respiraron aliviados cuando terminó ese curso. «Solo Dios me ayudó en aquellos momentos de más debilidad, tan solo Jesús al que tantas noches supliqué «haz que todo esto acabe»».
Padre de un niño a punto de cumplir la edad que él tenía cuando sufrió los abusos y vejaciones, el exseminarista castellanoleonés confiesa que «la idea de que a él (su hijo) le pudieran hacer tan solo una milésima parte del daño que me hicieron a mí, me revuelve por dentro».
Con el pensamiento en tantos niños «que ayer fueron sodomizados, vejados y humillados como lo fuimos nosotros», el acusador reclama al papa Francisco «tolerancia cero». «Espero que los que hemos estado callados, escondidos tras la vergüenza, con miedo, nos unamos y salgamos a decirlo bien alto».
Barrio, en la cuerda floja
El arzobispo de Santiago de Compostela está en la cuerda floja desde que el pasado mes de diciembre InfoVaticana desvelara un gravísimo escándalo que sacude la diócesis del apostol: El arzobispo, Barrio, ordenó presbíteros a dos homosexuales que cohabitan desde hace años.
D. Julián Barrio fue Rector del Seminario Mayor Diocesano y Director del Centro de Estudios Eclesiásticos del Seminario de Astorga entre 1980 y 1992 y profesor de Historia Eclesiástica en el Seminario Mayor y de Historia de España en 3º de BUP y de Contemporánea en COU en el Seminario Menor (1980-1992).
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Si al andar se contonea
y además, los ojos mece…
no digo yo que lo sea,
pero si que lo parece.
No le pasará nada, en el ámbito eclesial, porque se nos ha hecho papólatra.
Vaya con Barrio, y eso que parecía no haber roto nunca un plato, con esa cara, esa sonrisa y esa voz de suavón.
Señor, ven en auxilio de tu Iglesia.
A veces da la impresión de que la has abandonado a su suerte.
Sé que Tú estás con nosotros hasta el fin de los tiempos,
pero ahora necesitamos que intervengas de manera visible, extraordinaria.
Te lo pido por intercesión de la Santísima Virgen Inmaculada, Madre tuya y nuestra.
Julián , solo engañas a viejas desesperadas, todavía me acuerdo de esos años en la bañeza y Astorga siendo tu rector y haciendo caso omiso de las denuncias de los estudiantes respecto a las prácticas sexuales y abusivas de esos ejemplares como gordon o el bastardo de Máximo, al que tanto protegías, y ahora ahí estás, en las altas esferas de esa gran mentira que tenéis montada. Vosotros sí que seréis juzgados
preguntad a Julián también por su amigo Máximo
esto es solo la punta del iceberg
Está de moda el que cuatro ex semenaristas ahora anticristo, antireligión católica, con el apoyo de Bergloglio, denunciar a sacerdotes con alto cargo eclesiástico por hechos que dicen, yo no los creo, son abusos sexuales. PATRAÑAS Y FALACIAS.
Falacias Máximo?, no sabes lo que dices, yo estuve allí y conozco a todos los implicados, créeme, todavía queda mucho que contar, solo es la punta del iceberg
Menéndez no gana pa disgustos: entre Lucio Vallejo y este caso ahora… Astorga, diócesis pequeña, pero revolucionaria y revuelta
Tristísimo que sucedan estos horrores entre los elegidos de Dios. Pero si aqui no reciben justicia y se siguen tapando unos con otros,no se olviden que hay una Justicia Divina de la cual no escaparán, por todo el daño que hicieron a jóvenes inocentes y por toda la gente que pierde la fe con su anti-testimonio.