«Lo que no se puede es no querer escuchar que la Iglesia forma parte de la sociedad, y que ésta no haga pública su doctrina de siempre, la suya, desde la libertad religiosa contemplada en la Constitución», señalan los responsables de la diócesis valenciana a través de un comunicado.
El pasado lunes, un grupo de exaltados increpó con gritos de «fascista» al arzobispo de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, a la salida de una misa en honor a San Francisco de Borja celebrada en la localidad valenciana de Gandía.
A raíz de estos hechos -y de los reiterados ataques que ha sufrido el cardenal Cañizares en los últimos meses- el Arzobispado de Valencia ha emitido un comunicado con el objetivo de cerrar un «capítulo de divisiones y ofensas que están desgastando la convivencia del conjunto de la sociedad valenciana».
El Arzobispado denuncia que la reiterada ofensa al cardenal Cañizares «sólo puede venir de quienes no le conocen o no le quieren conocer» y defiende que «ya es hora de detener la distorsión de sus palabras».
Con este fin, el comunicado aclara algunas de las declaraciones del arzobispo de Valencia que en los últimos meses han generado polémica, como sus referencias a la crisis de refugiados o al lobby gay y la ideología de género.
Respecto a los refugiados, el Arzobispado asegura que el cardenal Cañizares ha apoyado a este colectivo más que cualquier institución y no ha escatimado en «ayuda tanto personal como institucional» a través de viviendas, medios económicos o gestiones.
En relación con sus declaraciones sobre el lobby gay y la ideología de género, el Arzobispado niega «rotundamente» que el cardenal Cañizares haya insultado a los colectivos homosexuales. «Es inconcebible atribuirle tal atrocidad», señala el comunicado.
«Lo que no se puede es no querer escuchar que la Iglesia forma parte de la sociedad, y que ésta no haga pública su doctrina de siempre, la suya, desde la libertad religiosa contemplada en la Constitución, y además, sin fisuras, en perfecta comunión con el Papa Francisco», continúa el comunicado.
El comunicado culmina con una petición de «prudencia» y de que «si esta ignorancia de lo real procede de representantes públicos», existan elementos democráticos que eviten la indefensión de quien es objeto de sus acusaciones.
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