La administración de Barack Obama anuncia una nueva medida que favorece al colectivo LGTB y que ha sido cuestionada por altos mandos de las fuerzas armadas: ‘Obama sólo quiere forzar su agenda social’.
El Gobierno de Estados Unidos dirigido por Barack Obama continúa impulsando medidas para promover y normalizar la ideología de género financiadas con los impuestos de los contribuyentes.
Después de obligar a los centros escolares públicos a permitir a los estudiantes transexuales utilizar los baños y vestuarios según el género con el que se sientan identificados, ahora el Gobierno estadounidense exige al Departamento de Defensa que costee los cambios de sexo de los soldados que lo soliciten.
Tras anunciar que el Ejército abrirá sus puertas a las personas transexuales, el secretario de Defensa de Estados Unidos Ashton Carter ha comunicado el sistema médico militar cubrirá la cirugía de cambio de sexo y los tratamientos hormonales de aquellos militares que declaren que no están conformes con su sexo.
«En este momento, la mayoría de los transgénero tienen que acudir fuera del sistema médico militar para obtener atención médica y tienen que pagarla de sus propios bolsillos», ha denunciado Carter, que considera que esta situación es «incompatible» con el compromiso del Gobierno estadounidense de facilitar la atención médica necesaria a los soldados.
A partir de ahora, serán los contribuyentes los que costearán el cambio de sexo de los soldados transexuales. Se calcula que las operaciones de cambio de sexo en Estados Unidos cuestan entre 7.000 y 24.000 dólares, pudiendo llegar a alcanzar los 50.000 dólares.
‘Obama sólo quiere forzar su agenda social’
Más allá de cuestiones meramente económicas, altos mandos militares del Ejército estadounidense han mostrado su sorpresa por la celeridad con la que el Gobierno ha actuado para implantar esta medida y denuncian que no se ha analizado en profundidad su impacto.
Militares como el teniente general Jerry Boykin han asegurado que la introducción de transexuales en el ejército «tiene mucho que ver con la agenda social del presidente Obama» pero muy poco con «la mejora de la preparación militar».
Mac Thornberry, presidente del Comité de Servicios Armados del Congreso, ha afirmado que la administración de Obama ha evitado de forma reiterada sus preguntas sobre el impacto de «las medidas trans» en la preparación militar y en los presupuestos del Ejército.
«Nuestro Ejército se enfrenta a déficits históricos de preparación. Esta debería ser la prioridad de la administración de Obama. Pero, en cambio, siguen más interesados en forzar su agenda social«, denuncia James M. Inhofe, miembro del Comité de Servicios Armados del Senado.
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«Las tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía de reasignación de sexo, incluso en Suecia, que se encuentra entre los países con mayor respaldo LGBT». Es una aberración que las desviaciones sicológicas de tipo sexual no solo no se corrijan, como cualquier otra, sino que encima se fomenten. ¿Quien asesora a este presidente?
No creo que sea tranquilizador normalizar las prácticas sodomitas y sus fuertes vínculos con la pedofilia, en el ejército. Sólo la familia natural genera los lazos emocionales y estables que favorecen el equilibrio siquico de los seres humanos.
Pues según un informe sueco «las tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía de reasignación de sexo, incluso en Suecia, que se encuentra entre los países con mayor respaldo LGBT». Esto lo recordó hace unos meses el Colegio Americano de Pediatras, así como que «cuando un niño biológicamente sano cree que es una niña, o una niña biológicamente sana cree que es un niño, existe un problema psicológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal». Es perverso que muchos políticos populistas, como se ha definido el propio Obama, prefieran fomentar las desviaciones sicológicas de tipo sexual, en vez de procurar que se corrijan, como cualquier otra. Eso tendrá muy malas consecuencias, tanto para aquellos a quienes pretenden favorecer como para la sociedad en general.