El Santo Padre ha pedido orar por las víctimas del «atroz ataque terrorista» que ha dejado al menos 41 muertos y más de un centenar de heridos.
El Papa Francisco ha querido manifestar su dolor por el «atroz ataque terrorista» perpetrado la pasada noche en Estambul que ha acabado con la vida de decenas de personas.
Durante el rezo del ángelus tras la celebración de la Santa Misa en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el Papa ha pedido oraciones por las víctimas de la masacre de Estambul y sus familiares y por la conversión de los violentos.
La pasada noche, el aeropuerto más importante de Turquía, el Atatürk de Estambul, se vio sacudido por un triple atentado suicida que dejó al menos 41 muertos, además de los tres terroristas, y cuyos primeros indicios apuntan que fue perpetrado por el yihadista Estado Islámico (EI).
El primer ministro turco, Binali Yildirim, señaló al EI como probable responsable de la masacre, que ha causado también más de un centenar de heridos, en una comparecencia ante la prensa en el propio aeropuerto.
Varios testigos explicaron que una de las explosiones y un primer tiroteo sucedieron justo en la entrada a la terminal, donde se encuentra un primer control de seguridad para los viajeros. Imágenes de las cámaras de seguridad emitidas por televisiones turcas muestran cómo los viajeros salen corriendo de la zona del control de seguridad y después se produce una detonación.
Otras imágenes muestran que uno de los asaltantes logró entrar en la terminal pero los agentes consiguen dejarlo malherido antes de que se inmolara con explosivos. Los asaltantes dispararon con armas automáticas contra la multitud que pretendía entrar en el aeropuerto y después se hicieron explotar.
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Como siempre, este papa se niega a llamar a las cosas por su nombre. No es un ataque terrorista, sino un ataque terrorista islámico. No necesitamos enemigos; los tenemos en Roma. No hace falta predicar una Cruzada: basta con llamar a las cosas por su nombre. Lo contrario es mentir por omisión y mentir se contempla en el Decálogo como una cosa muy fea. No he necesitado esperar a Francisco para saberlo: ya me lo contaron con la ayuda del Astete.