El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, ha asegurado que las declaraciones de la ex relaciones públicas respecto al caso Vatileaks 2 son «susceptibles de querella».
Francesca Chaouqui, imputada en el caso Vatileaks 2 por la filtración y publicación de documentos confidenciales de la Santa Sede, ha colmado finalmente la paciencia del Vaticano.
Chaouqui, que no ha cesado desde su imputación en lanzar acusaciones contra distintos miembros de la curia romana, su ex jefe el prelado español Lucio Vallejo Balda e incluso contra INFOVATICANA, podría enfrentarse ahora a las consecuencias de sus declaraciones.
El último que ha sufrido los ataques de Chaouqui ha sido Angelo Becciu, sustituto de la Secretaría de Estado. La ex relaciones públicas imputada en el nuevo Vatileaks publicó a través de su cuenta de Facebook el pasado 24 de mayo que Becciu, desde el primer momento, había «emprendido una guerra» contra ella.
Chaouqui acusó al sustituto de la Secretaría de Estado de difundir «un expediente falso» sobre ella y de utilizarlo para convencer al Santo Padre de la necesidad de llevar a cabo el arresto de la ex relaciones públicas y de que existían pruebas en su contra.
En su arremetida contra Becciu, Chaouqui aseguró que el prelado ha estado detrás de todo el proceso judicial del caso Vatileaks 2 con el objetivo de no ver peligrar su cargo. Ahora que la instrucción ha concluido, Chaouqui sostiene que será «condenada sin pruebas» porque Becciu «se juega su puesto».
La Santa Sede ha respondido a las acusaciones de Chaouqui a través de su portavoz Federico Lombardi, quien ha calificado las declaraciones de la ex trabajadora de COSEA de «afirmaciones calumniosas inaceptables» y «susceptibles de querella».
Lombardi se ha apresurado a desmentir las acusaciones, al tiempo que ha planteado la presentación de una querella contra la ex trabajadora del Vaticano, que ya afronta una imputación por filtración de documentos confidenciales.
A las palabras de Lombardi, Chaouqui ha respondido a través de Facebook que «lo calumnioso e inaceptable es lo que el Vaticano, a través de la figura del sustituto, está haciendo» en su contra. Ha pedido, asimismo a Lombardi que se quite «la máscara».
Apuntó a que la supuesta guerra que Becciu ha emprendido contra ella se debe a «la herida» surgida «después de haber sido marginado en la fase más importante del pontificado de Francisco, aquella de la reforma financiera», y apeló a su inocencia, a pesar de que aquél, recalcó, sea su «verdugo».
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