Gotti Tedeschi recuerda que para ayudar al hombre es necesario reafirmar la Verdad

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El que mantuvo y mantiene una gran amistad con el ahora Papa emérito Benedicto XVI y que colaboró en la redacción de la encíclica ‘Cáritas in veritae’, Gotti Tedeschi, vuelve a profundizar sobre diferentes cuestiones de gran relevancia como el  fracaso del nuevo orden mundial, la condición humana contemporánea o sobre la última exhortación del Papa Francisco “Amoris Laetitia”.

En una entrevista concedida al medio italiano Rossoporpora, el que fue el presidente del IOR durante tres años (2009-2012) habla de diferentes cuestiones de gran relevancia como el  fracaso del nuevo orden mundial, la inmigración –tan vigente hoy en día- o el papel de la Iglesia en el siglo en el que vivimos.

El que mantuvo y mantiene una gran confianza y amistad con el ahora Papa emérito Benedicto XVI y que colaboró en gran medida en la redacción de la encíclica ‘Cáritas in veritae’ vuelve a profundizar, de una manera cercana y sencilla, acerca de la condición humana contemporánea, de los valores morales de la Iglesia, de la Europa en la que vivimos o de la última exhortación del Papa Francisco “Amoris Laetitia”.

Para comprender el “estado de salud” (espiritual) de occidente, Gotti Tedeschi nos invita a leer la introducción de la encíclica “Cáritas in veritae” de Benedicto XVI, algo que él mismo define como una “mini-encíclica” sobre el nihilismo, que nos muestra la manera en la que el hombre del siglo XX se ha implicado demasiado en la ciencia y en la tecnología, pero muy poco en la comprensión real y en la sabiduría, debido a la falta de madurez e incapacidad de manejar ambos instrumentos, algo de lo que ya habló Juan Pablo II en su encíclica Solicitudo Rei Socialis del año 1987.

El fracaso del nuevo orden mundial

Gotti hace referencia al nuevo orden mundial iniciado por Henry Kissinger en los años setenta, cuyo objetivo fue reformular el modelo social, geo-político y económico del mundo, pero que fracasó estrepitosamente.

“La crisis económica que estamos viviendo es solo la consecuencia del fracaso del modelo anteriormente mencionado”, explica Tedeschi, que al mismo tiempo defiende que lo único que se ha logrado es el nuevo orden mundial que vemos actualmente, basado en el neomalthusianismo.

Asimismo, hace referencia a las palabras de Benedicto XVI en la ya mencionada encíclica Cáritas in veritae, quien explica que el hombre moderno ha perdido la llamada “autonomía moral”.

Una Iglesia destinada a desaparecer

Gotti vuelve a hacer referencia a las palabras de Benedicto XVI, quien defendió que “para ayudar al hombre es necesario reafirmar la Verdad, la Verdad con “V” mayúscula, la de Cristo, inmutable”.

El economista italiano explica que la Iglesia de hoy en día se ve obligada a adaptarse a este nuevo mundo moral, renunciando a sus raíces cristianas, lo que supone “el fin del cristianismo y del hombre”.

En cuanto a la secularización, Tedeschi hace referencia a una reflexión que hizo en la reciente presentación del libro del padre Nicola Bux, en la que defendía que “la Iglesia es el instrumento que sirve para salvar a los hombres a través de los méritos de Cristo”. Asimismo, defiende que la gran tentación de ahora se manifiesta “a través de una serie de herejías modernas como el ambientalismo, el neomathusianismo o el pacifismo”.

El ambientalismo que diviniza la tierra y va contra el hombre

El que fue el director del IOR explica que el cristianismo debe respetar la naturaleza, por el bien de sí mismo y porque es una creación de Dios. Tedeschi hace referencia al Génesis, cuando Dios creó  al hombre y a la mujer, les bendijo y les dijo que se multiplicaran. “Sin embargo –cuenta Gotti- la ideología de género niega la distinción entre el hombre y la mujer”.

El economista italiano defiende que hay que respetar la naturaleza, pero que es un grave error considerar el ambientalismo como una “religión”, que se interpone por delante del hombre.

Sobre la encíclica Laudato Sí

Gotti Tedeschi defiende que el Papa sin duda refleja el Magisterio, “señalando claramente que la degradación del medio ambiente se debe a la degradación moral”. Sin embargo, Gotti opina que la encíclica “no se explica en pasajes significativos, causas y efectos”.

“El exasperado consumismo en los países occidentales y la excesiva producción y falta de atención al medio ambiente en los países productores han generado lo que hoy llamamos el problema del medio ambiente”, explica Tedeschi.

Sobre Amoris Laetitia 

Gotti lamenta que en algunos pasajes el Papa Francisco utiliza un lenguaje muy complejo, lo que aumenta la dificultad de interpretación. “Está dirigido a personas que deben de ser capaces de comprender de inmediato lo que expone”. Asimismo, habla de la dificultad para comprender la posición del Papa acerca de que los que se encuentren en pecado puedan recibir o no la comunión.

También nombra al filósofo y teólogo alemán Robert Spaemann, quien habla de Amoris Laetitia como una “ruptura” con la enseñanza tradicional de la Iglesia. Para Gotti, es esencial hacer en primer lugar referencia al Magisterio de la Iglesia para comprender plenamente el significado de todo lo que se expone y, a continuación, se debe hacer referencia a la exhortación de Juan Pablo II Familiaris Consortio y a Veritatis Splendor.

Sobre la intervención del Cardenal Muller, Tedeschi se limita a decir que “es un hombre santo, de gran fe y con una gran inteligencia”. Estoy seguro que sabe si debe hacerlo o no, y cómo, por el bien de la Iglesia y el Papa”.

“Me atrevo  a decir que tal vez es necesario una verdadera intervención magistral debido a la mala interpretación de Amoris Laetitia”, concluye.

La Europa católica, la Europa protestante y la inmigración

Gotti Tedeschi afirma que se empieza a percibir que Europa “está demostrando su dificultad para realizarse debido al choque entre la cultura protestante, la neo-Luterana y la cultura católica”.

Asegura que la cultura protestante manifiesta un carácter tolerante a sí mismo e intolerante hacia los demás, mientras que, por el contrario, la cultura católica es tolerante con los demás e intolerante a sí misma, ya que está continuamente atenta de aquello que es pecado.

En cuanto a la inmigración, Tedeschi defiende que “se nos dice que es necesario tender puentes” y que “una vez más se da la confusión entre las causas y los efectos”.

“Una buena política de inmigración es cuando la economía es buena, no cuando es mala. Por lo que todo apunta a que el problema de la inmigración es una herramienta útil para cambiar la estructura, la composición, la religión de una sociedad, con el fin de relativizar el peso de las raíces cristianas de Europa y la cultura sobre ellos fundada”, explica Gotti.

El ataque a la familia y el colapso de los nacimientos

Gotti defiende que «la familia es la única garantía de la educación de sus hijos a los valores católicos” y que “la cultura dominante no quiere que sea así”. 

«La familia es atacada porque se considera capaz de generar desigualdades culturales, potencialmente en conflicto, un pecado mortal en una sociedad que quiere que sea homogénea. Sin embargo, la desigualdad entre los hombres es algo natural; todos somos iguales en el único sentido de que todos somos hijos de Dios”.

Sobre el llamado “Populismo”

Gotti Tedeschi concluye la entrevista hablando de aquellos que “organizan políticamente una reacción de los ciudadanos contra las malas decisiones tomadas por muchos gobiernos de Europa” y hace referencia a Trump, quien “podría gobernar el mundo occidental y crear un nuevo orden mundial, la corrección del anterior”.

Por último, Tedeschi defiende que solo la Iglesia puede hacer que la situación del mundo mejore, como está escrito en Lumen fidei, a través de tres herramientas: la oración la enseñanza y los sacramentos.

 

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Comentarios
3 comentarios en “Gotti Tedeschi recuerda que para ayudar al hombre es necesario reafirmar la Verdad
  1. La Verdad se fundamenta en aplicar la Ley Natural, Moral y de Dios de forma estricta y uno de sus principios fundamentales es: sexo y reproducción son indivisibles. Todos los seres vivos la practican menos los humanos, y así nos luce el pelo.

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