La semana pasada el país vecino aprobaba una nueva normativa sobre la llamada “gestación subrogada” a instancias del Bloque de Izquierda, una práctica que la Iglesia portuguesa ha definido como “contraria al desarrollo natural del ser humano”.
El pasado viernes día 13 de mayo Portugal aprobó una ley quepermitía en el país el uso de vientres de alquiler. El proyecto contó con el apoyo de las formaciones ecologistas, de la inmensa mayoría de los diputados socialistas y de un tercio de los parlamentarios del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha), después de que estas dos últimas fuerzas dieran libertad de voto a sus miembros.
Cabe destacar que, a la hora de posicionarse en contra de esta medida, coincidieron tanto el Partido Comunista como el democristiano CDS-PP, el partido más conservador del arco parlamentario portugués.
El debate sobre los «vientres de alquiler» llegó a la Cámara en 2014, aunque sólo es ahora cuando ha sido aprobada la legislación que regula su uso por parte de mujeres que no tengan útero o que sufran de algún problema en este órgano que les impida quedarse embarazadas.
Además, el documento precisa que la mujer que presta su vientre no pueda hacerlo de forma remunerada, y garantiza que no exista ninguna relación de subordinación económica entre ésta y la pareja beneficiaria.
La medida había sido reclamada desde hace años por la Asociación Portuguesa de Fertilidad (APFertilidade), que en repetidas ocasiones advirtió de la existencia de parejas portuguesas que iban al extranjero para recurrir a la gestación subrogada en países como Brasil, la India o Estados Unidos, donde la práctica sí era legal.
Asimismo, se aprobó también ampliar a parejas de lesbianas y a mujeres solas el derecho a las técnicas de reproducción asistida, hasta ahora permitido solamente para parejas homosexuales.
‘Es contraria al desarrollo natural del ser humano’
El prelado superior de la Iglesia católica del país portugués, Manuel Clemente, ha defendido que esta nueva ley “es contraria al desarrollo natural del ser humano. Si no se pueden tener niños, hay otra manera de satisfacer este deseo porque hay muchos niños para adoptar”.
Por último, el prelado ha mostrado su total oposición a esta práctica, y ha asegurado que la llamada gestación subrogada “va a contracorriente de la civilización cristiana”.
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