Según la ley islámica, los cadáveres no pueden ser enterrados en féretros sino que tienen que estar en contacto directo con la tierra. Una exigencia que prohíbe la actual legislación madrileña.
El “sueño de la diversidad y del multiculturalismo” de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, podría verse truncado por un informe emitido por la Sanidad madrileña. El deseo del equipo de Carmena de reservar 10.000 metros cuadrados del cementerio de Carabanchel para que los musulmanes pudieran ser enterrados según sus ritos no estaría de acuerdo con la legislación vigente en la Comunidad de Madrid.
Así lo ha afirmado la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid en un informe enviado al Ayuntamiento de Madrid. Según informa El País, el consistorio dirigido por Carmena habría solicitado a la Consejería de Sanidad que investigara si los ritos islámicos de enterramiento son compatibles con la actual ley mortuoria regional.
La Consejería de Sanidad, sin embargo, ha comunicado al Ayuntamiento que estos ritos no son compatibles con el Decreto 124/1997 sobre Sanidad Mortuoria de la Comunidad de Madrid ni con la Ley 8 de junio de 1957 del Registro Civil. Tampoco serían compatibles con la normativa europea y el Acuerdo de Estrasburgo sobre traslado de cadáveres de 1992.
El principal problema que presentan los ritos islámicos de enterramiento es la exigencia de que los cuerpos estén en contacto directo con la tierra, mientras que la actual legislación exige que se encuentren totalmente aislados dentro de un féretro. Hasta el momento, esta incompatibilidad se había solucionado llenando el féretro de tierra y las comunidades musulmanas parecían estar conformes con la medida.
De hecho, esta es la práctica utilizada en el único cementerio musulmán de la región madrileña, el de Griñón. La Comunidad de Madrid señala que, hasta el momento, nunca han recibido quejas de la comunidad musulmana que parecía conforme con la solución de utilizar el féretro pero relleno de tierra.
Sin embargo, el consistorio dirigido por Carmena, demostrando una sensibilidad hacia las creencias religiosas que poco tiene que ver con sus reivindicaciones laicistas, quería ir un paso más allá y facilitar que los musulmanes pudieran ser enterrados de manera plenamente conforme con sus ritos.
Este no es el primer gesto hacia los musulmanes que ha tenido el Carmena en los últimos meses, olvidando el laicismo radical de su gobierno, que parece que sólo se aplica en relación a las creencias cristianas. En los presupuestos municipales de este año, el Ayuntamiento de Madrid ha incluido, por primera vez, una partida para celebrar el Ramadán.
La petición enviada por el Ayuntamiento de Madrid a la Consejería hacía referencia a un libro escrito por el profesor José Luis Llaquet de Entrambasaguas que afirma que cuando los musulmanes no pueden enterrar a sus muertos según sus ritos funerarias “se produce una frustración, que podrá ser aceptada pacíficamente o de forma conflictiva”.
Los ritos islámicos de enterramiento exigen que el cadáver se encuentre en contacto directo con la tierra y por tanto que seaenterrado sin féretro, recostado hacia el lado derecho y orientado a la Meca.
No están de acuerdo con estos ritos las prácticas obligatorias en España como esperar 24 horas hasta enterrar el cadáver. Tampoco permiten las costumbres musulmanas la incineración, el enterramiento en nichos, las autopsias o el enterramiento al lado de tumbas de fallecidos de otras creencias.
El informe de la Consejería de Sanidad no ha desanimado, sin embargo, al equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, que sigue decidido a continuar con su pretensión de permitir el enterramiento de musulmanes según sus ritos. Por el momento, desde el consistorio municipal se hará un estudio jurídico y, más adelante, una consulta legislativa.
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