Testimonio de una madre violada: ‘Mi hija es el arcoíris tras la tormenta’

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«¡Mi pequeña niña tiene ahora tres años y es la niña más preciosa del mundo!… Niños como ella no deberían ser castigados por los crímenes de sus padres». Estas son las palabras de Shalyn MacGuin, la joven que se quedó embarazada tras sufrir una violación. Durante el año 2015 al conocerse las escandalosas prácticas de la multinacional de abortos en Estados Unidos, Planned Parenthood y sus vínculos con el poder político, quedó en evidencia que el aborto es un macabro negocio de sangre, una violación a los derechos humanos del no nacido y un atentado a la promoción de la auténtica dignidad del ser mujer. Son pocos los países del mundo cuyas leyes no han sido aún subyugadas al arbitrio ideológico, que desconoce la calidad de ser humano al no nacido; sacralizando así el derecho a matar de la madre. Chile es uno de esos pocos países que aún protege la vida del no nacido, pero el gobierno de Michele Bachelet y sus partidarios, en acuerdo con liberales -agnósticos o ateos- de derecha, llevan un año presionando para imponer en su país una ley que facilite el aborto. El escándalo de Planned Parenthood ya demostró que esas leyes sólo buscan facilitar los reales intereses de políticos y empresarios que se benefician del aborto. En nada las leyes pro aborto protegen a la mujer, ni mejoran las tasas de salud materna, ni disminuyen la mortalidad de las madres. El derecho del más frágil El 5 de enero recién pasado, el portal “Save The 1” publicaba el testimonio de Shalyn MacGuin, una joven madre residente en Ontario, Canadá, quien como millones de mujeres en el mundo tiene claro que jamás se convertirá en asesina de sus hijos. Su oportuno testimonio, que a continuación presentamos, desmiente los argumentos que el establishment político y empresarial pro-aborto se empeña en implantar en todas las capas sociales… «Yo tenía 19 años y vivía sola, trabajando como niñera.  Un ex-novio con el que aún era amiga vino a visitarme, porque me había mudado recientemente a mi nuevo apartamento. Él llegó y conoció la vivienda, pero antes de que pasara mucho tiempo, me estaba besando y tratando de tener relaciones conmigo.  Le dije “¡No!” reiteradamente, y luego quedé bajo un estado de no reacción, congelada (en shock). ..Durante cuatro años de mi niñez, yo fui sexualmente abusada casi a diario por un familiar.  Se lo dije a varias personas, pero nadie me creyó.  Pronto me di cuenta que aquello no iba a terminar; fue entonces que aprendí a “paralizarme”, porque si no me movía, si yo fingía que nada pasaba, terminaba rápido… Así que volviendo a esa noche en que mi ex-novio me violó, pues me paralicé y él se aprovechó de mí.  Después que se marchó lloré en el suelo del baño por horas, sintiendo que debería haber luchado más, poniendo mayor resistencia física. No lo denuncié, porque pensé ocurriría como en los abusos del pasado… sería mi palabra contra la de él. Pocas semanas después tomé conciencia que llevaba casi 15 días con calambres por el proceso menstrual, cuando usualmente los tenía sólo por un día o dos antes de mi período. Eso me llevó a pensar que podía estar embarazada. Corrí a la farmacia ‘Shoppers Mart’ para comprar una prueba de embarazo.  Cuando mostró un “sí”, regresé a comprar otra.  Por supuesto mostró el mismo resultado. Aborto como «única opción» Yo tenía una relación cercana con quien era mi jefa en ese momento, así es que le conté a de mi embarazo, como una semana después.  Me dijo que ella no quería que sus hijos me vieran “en esa condición”, así es que si deseaba mantener mi trabajo debía abortar. Era mi bebé o los de ella. Me fui entonces a un Centro de Ayudas para el Embarazo y le pregunté a la consejera si ella pensaba que yo debería abortar.  Ella no tenía permitido darme una respuesta directa, pero me aseguró que yo era capaz de criar a mi bebé y me informó sobre los programas de ayudas que había en la ciudad.  Después, cuando ella calculó el día del nacimiento, supe que era una señal, ¡la fecha coincidía con mi cumpleaños! Abortar es matar Decidí tener a mi niña. Perdí mi trabajo, pero encontré uno nuevo antes de que mi embarazo comenzara a ser evidente. Cuando nació mi hija, me sentía con tanto miedo porque ella era tan pequeña y frágil, ¡pero yo estaba tan llena de amor, y esta emoción solo creció a partir de ahí! Durante mi embarazo también conocí al amor de mi vida, quien ahora es su “papá”. Es el único padre que ella ha conocido, el mejor padre… ¡Mi pequeña niña tiene ahora tres años y es la niña más preciosa del mundo!  Sin dejar de considerar su edad, somos honestos con ella.  Ella sabe que su Papito no la engendró, pero que sí la escogió.  Ella no es una “bebé por violación”. Ella es Mi bebé.  Ella es la bebé de una víctima de violación y tiene derecho a la vida.  Niños como ella no deberían ser castigados por los crímenes de sus padres. Mi hija es verdaderamente un arcoíris después de la tormenta». Portaluz

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