Francisco: ‘La Iglesia no está para condenar al mundo’

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Audiencia del Papa «El nombre de Dios es misericordia» es el título del primer libro-entrevista del Santo Padre escrito por Andrea Tornielli en el que habla de la misericordia y el perdón de Dios.  El próximo 12 de enero verá la luz el primer libro-entrevista del Papa Francisco, bajo el título de «El nombre de Dios es misericordia». Este libro, obra del vaticanista Andrea Tornielli, se publicará en más de 80 países, también en España, durante el año que la Iglesia dedica especialmente a la misericordia. Antes de su publicación oficial, el diario La Stampa en el que trabaja Tornielli ha adelantado algunos capítulos del libro en los que el Santo Padre habla sobre la misericordia y el perdón de Dios y como él mismo ha experimentado esta realidad como sacerdote. Según asegura Tornielli, este libro es fruto de una conversación con el pontífice de la que surge una entrevista desde «el corazón y la mirada» del Santo Padre. «El nombre de Dios es misericordia» se imprimirá con una portada autografiada a mano por el propio pontífice. La corrupción ocupa un lugar importante en esta obra. El Santo Padre explica que «el corrupto es quien peca, no se arrepiente y finge ser cristiano; quien se lamenta por la escasa seguridad en las calles, pero después engaña al Estado evadiendo impuestos, con su doble vida, escandaliza». El Papa también ha pedido a través de este libro que se hable de «personas homosexuales» ya que primero va la persona y ésta no está definida por su tendencia sexual. «Estas personas deben ser tratadas con delicadeza y no deben ser marginadas», es el mensaje del Santo Padre. Al ser interrogado acerca de los divorciados vueltos a casar, Bergoglio cuenta el caso de su sobrina, que tuvo una boda civil antes de poder obtener la nulidad de su anterior matrimonio. «Este hombre era tan creyente que todos los domingos, cuando iba a misa, iba a confesarse y le decía al sacerdote: ‘Sé que usted no me puede absolver, pero he pecado en esto y en esto otro, déme una bendición’. Esto es un hombre religiosamente formado», describe el Santo Padre al marido de su sobrina. En el libro, Francisco habla de su encuentro con la misericordia de Dios y de la vergüenza que se experimenta ante el propio pecado. «Tenía 17 años. Me sentí acogido por la misericordia de Dios al confesarme con él. Aquel sacerdote era originario de Corrientes, pero se encontraba en Buenos Aires para curarse de la leucemia. Murió al año siguiente.» En otro episodio del libro, el Papa reconoce que es un «hombre que necesita la misericordia de Dios»: «Puedo leer mi vida a través del capítulo 16 del Libro del profeta Ezequiel. Leo esas páginas y digo: «¡Pero todo esto parece escrito para mí!”. El profeta habla de la vergüenza, y la vergüenza es una gracia: cuando uno siente la misericordia de Dios, tiene una gran vergüenza de sí mismo, del propio pecado».     «La Iglesia condena el pecado porque debe decir la verdad: esto es un pecado, pero al mismo tiempo abraza al pecador que se reconoce como tal, lo acerca, le habla sobre la misericordia infinita de Dios», afirma el Papa en su primer libro entrevista al tiempo que señala que «la Iglesia no está en el mundo para condenar, sino para permitir el encuentro con ese amor visceral que es la misericordia de Dios».        

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Comentarios
0 comentarios en “Francisco: ‘La Iglesia no está para condenar al mundo’
  1. No sé si el capítulo 16 del Libro del profeta Ezequiel estará escrito o no para el Papa. Pero de lo que sí estoy seguro es que el capítulo 11 de Zacarías sí está escrito para él: «Los dos pastores. el pastor necio». el último párrafo del capítulo es impresionante y da cuenta del hoy de la Iglesia y del Papa. si tuviese contacto con el Papa le aconsejaría su lectura y meditación.

  2. El Papa, al que se le supone formado en la exégesis católica, debería añadir, por lo menos, dos cosas a lo que no está la Iglesia para condenar al mundo. Primera que la frase , cogida del Evangelio, la dice Cristo de sí y no se puede aplicar a todos. Pero, si así fuera, la exégesis exige que se interprete con el conjunto de la palabra revelada y no de forma individual (también hay que tener en cuenta el contexto en el que se expresa, por ejemplo, la frase, también de Cristo, «no sólo de pan vive el hombre», no ha de interpretarse como que no hay que comer pan o que Cristo no lo comió en adelante; está dentro de un contexto).
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    Además de todo eso, otras frases del mismo Cristo hablan del odio del mundo a los cristianos, les dice a los discípulos que no son del mundo, etc. Y san Juan, hablando en nombre de Dios, como palabra revelada, nos dice: «no améis al mundo ni lo que hay en él…si alguno ama al mundo el amor del Padre no está en él» (1Jn. 2,15).
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    Y el mundo siempre ha sido enemigo del alma y, en su espíritu y sus obras (persiguiendo a la Iglesia, matando a los mártires, etc) , de Dios. «El mundo fué hecho por El, y el mundo no le conoció». Las acepciones de la palabra mundo y su uso son polisémicas.
    Y para no extenderme más recordar que «todo escriba versado en el Reino de Dios… saca del arca lo nuevo y lo viejo»(Mt. 13,52). Usar un lenguaje cortado, reducido, ¿interesado?, no es propio de un buen maestro.
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    Y también esa manipulación entra en el título del libro, «El nombre de Dios es misericordia», pues no, ese no es su solo nombre, es múltiple y tiene muchos otros nombres, igualmente válidos: Amor, Justicia, Santidad, Bondad, Sabiduría…. Es reduccionista e ¿interesado para confundir y preparar las mentes?, darle sólo ese nombre.

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