El Papa Francisco explica el discernimiento de espíritus en su homilía en la Casa de Santa Marta: ‘Hay que estar atentos a los espíritus que nos alejan de Dios’. “Las obras de misericordia son el corazón de nuestra fe”. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa de Santa Marta tras la pausa navideña. Deteniéndose en la primera lectura, tomada de la Primera Carta de San Juan Apóstol, el Pontífice advirtió que es necesario estar atentos ante la mundanidad y ante aquellos espíritus que nos alejan de Dios, que se ha hecho carne por nosotros: “Permanecer en Dios”. El Santo Padre Francisco desarrolló su homilía a partir de esta afirmación del Apóstol Juan. “Permanecer en Dios – dijo – es un poco el alcance y el estilo de la vida cristiana”. Porque un cristiano “es el que permanece en Dios”, el que “tiene en sí al Espíritu Santo y se deja guiar por Él”. Al mismo tiempo – prosiguió – el Apóstol pone en guardia al hecho de dar “fe a todo espíritu”. De modo que es necesario poner “a prueba a los espíritus, para comprender si provienen, verdaderamente, de Dios. “Y ésta – afirmó el Papa – es la regla cotidiana de vida que nos enseña Juan”. ¿Pero qué quiere decir entonces “poner a prueba a los espíritus”? – se preguntó –. Y añadió que no se trata de “fantasmas”. Sino que se trata de “probar”, ver “qué sucede en mi corazón”, cuál es la raíz “de lo que estoy sintiendo ahora, y de dónde viene. “Esto es poner a prueba – dijo el Papa – para saber si lo que “siento viene de Dios” o viene de otro, “del anticristo”. Discernir lo que sucede en nuestra alma La mundanidad – reafirmó Francisco – es precisamente “el espíritu que nos aleja del Espíritu de Dios, que nos hace permanecer en el Señor”. Por tanto – volvió a preguntarse – ¿cuál es el criterio para “hacer un discernimiento correcto acerca de lo que sucede en mi alma?”. Y respondió que el Apóstol Juan da uno solo: “Todo espíritu que reconoce a Jesucristo que vino en la carne, es de Dios, y todo espíritu que no reconoce a Jesús, no es de Dios”: “El criterio es la Encarnación. Yo puedo sentir tantas cosas dentro, incluso cosas buenas, ideas buenas. Pero si estas ideas buenas, estos sentimientos, no me conducen a Dios que se ha hecho carne, no me conducen al prójimo, al hermano, no son de Dios. Por esta razón, Juan comienza este pasaje de su Carta diciendo: ‘Este es el mandamiento de Dios: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos recíprocamente’”. Las obras de misericordia están en el centro de nuestra fe Podemos hacer “tantos planes pastorales” – añadió el Papa – e imaginar nuevos “métodos para acercarnos a la gente”, pero “si no seguimos el camino de Dios que vino en la carne, del Hijo de Dios que se ha hecho hombre para caminar con nosotros, no estamos en el camino del buen espíritu: es el anticristo, es la mundanidad, es el espíritu del mundo”: “¡Cuánta gente encontramos en la vida que parece espiritual!: ‘Pero, ¡qué persona espiritual, ésta!’; pero no hables de hacer obras de misericordia. ¿Por qué? Porque las obras de misericordia son precisamente lo concreto de nuestra confesión, que el Hijo de Dios se ha hecho carne: visitar a los enfermos, dar de comer a quien no tiene comida, cuidar a los descartados… Obras de misericordia: ¿por qué? Porque cada hermano nuestro, que debemos amar, es carne de Cristo. Dios se ha hecho carne para identificarse con nosotros. Y con el que sufre, es Cristo quien lo sufre”. Si el espíritu viene de Dios me lleva al servicio a los demás “No dar fe a todo espíritu y estar atentos – reafirmó el Papa – poner a prueba a los espíritus para saber si provienen verdaderamente de Dios”. Y subrayó que “el servicio al prójimo, al hermano, a la hermana que tiene necesidad”, que “tiene necesidad incluso de un consejo, que tiene necesidad de ser escuchado”, “estos son los signos de que vamos por el camino del buen espíritu, es decir, el camino del Verbo de Dios que se ha hecho carne”: “Pidamos al Señor hoy la gracia de conocer bien qué cosa sucede en nuestro corazón, qué cosa nos gusta hacer, es decir, lo que a mí me toca más: si el espíritu de Dios, que me lleva al servicio de los demás, o el espíritu del mundo que gira en torno a mí mismo, a mis cerrazones, a mis egoísmos, a tantas otras cosas… Pidamos la gracia de conocer qué cosa sucede en nuestro corazón”.vv
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Pues yo conozco muchas ONGS del aborto y gente trabajando ahí y dando dinero mucho dinero como Bill Gates (por decir un nombre pero hay muchísimos), que creen que es una gran obra de misericordia liberar a las madres de sus hijos, porque son pobres o porque así se pueden realizar en otra cosa que no ser madre. Conozco cantidad de gente que cree firmemente que es una gran obra de misericordia la fecundación in vitro, conozco mucha gente que está convencida de que dar clases de sexualidad tempranamente y promover la promiscuidad es una gran obra de misericordia, porque así los jóvenes se sienten más liberados y no arrastran tramas sexuales (luego tendrán otros). Conozco gente y mucha que para ellos es una gran obra de misericordia enseñar la ideología de género, y engañar a jovencitos que se creen homosexuales, simplemente porque les han lavado el cerebro, y luego todo eso lleva funestas consecuencias, pero ellos están absolutamente convencidos que son misericordiosos y que hay hecho una gran obra de misericordia y no sigo.
Maria, creo que esta sonada bonita
Pues no me parece muy acertado esta explicación del Papa, porque según este criterio, todos los frailes y monjas de clausura tendrían el espiritu del anticristo por no hacer obras de misericordia materiales.
Por otro lado Franciso solo habla de las obras de misericordia corporales, casi nunca nombra las espirituales.
Como decia Teresa de Calcuta «la mayor pobreza es no conocer a Dios», y la mejor obra de misericordia es dar a conocer a Cristo, pero a Francisco no le gusta que los cristianos hagamos proselitismo.
Francisco critica la «espiritualidad sin misericordia», pero la gran carencia del mundo actual es precisamente lo contrario: la «misericorida» mal entendida, sin caridad ni espiritualidad, basada en simple buenismo o sensiblería. ¡Es justo al revés!
Bergoglio no dice la Verdad.
El es la primera bestia del Apocalpsis 13 y quien le prepara la entrada triunfal al anticristo.
En la 2ª de Tesalonicenses 2, S. Pablo relata que el usurpador no puede sentarse en el trono sagrado hasta que no sea quitado quien se lo impide.
El cardenal Daniels en su libro biográfico nos dice que entre el y otros cardenales lograron provocar la renuncia del papa legítimo Benedicto XVI y conseguir la elección de Bergoglio.
Ultimos Tiempos de Alberto Villasana.
Caramba para la frasecita del montonero que ocupa el sillón de Pedro hoy. Nos la van a restregar por la cara día sí, día también tus amiguetes de la prensa progre: «esas palabras del Papa -naturalmente las contrarias a la ideología progre- son fruto del Anticristo». En fin respecto a tí Francisco, indudable ya el daño que estás haciendo a la Iglesia Católica, sólo caben dos alternativas: o eres tontísimo o eres malísimo. Elijan Señores.