‘Aquellos que en el Vaticano no combatían la corrupción’

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Gotti Tedeschi reflexiona acerca de los recientes acontecimientos que han tenido lugar entorno al Vaticano, la publicación de ‘Vatileaks II’ y consecuencias.

‘Aquellos que en el Vaticano no combatían la corrupción’

Por Ettore Gotti Tedeschi En una reforma buscada y requerida, el Papa Francisco, tiene el riesgo de obtener «éxito»: Tener una Iglesia pobre. La percepción que persigue esta reforma, que tendrá éxito, se puede deducir de los acontecimientos recientes: el énfasis provocado por Vatileaks II, es decir, en la publicación de documentos, varios referidos a la corrupción en el Vaticano, la lista de 15 «enfermedades» de la curia ( 13 ° y 15 ° sobre todo). Se diría que se aboga por una desconfianza de la utilidad y oportunidad de dar el «ocho por mil» a la Iglesia, para dar limosnas o donaciones e indirectamente estimular a las instituciones responsables a revisar sus propios procedimientos para la asignación del «ocho por mil» de la Iglesia Católica. El Papa Francisco también ha citado como testigo a su predecesor, reconociendo públicamente, durante el viaje de regreso de África, que Benedicto XVI combatía la corrupción y quería una iglesia ejemplar incluso en las actividades más tormentosas. Si se avanzase en la investigación, se comprendería por qué se le impidió descubrir los casos de falsificación de los hechos y los casos de persecuciones frente a quienes querían combatir dicha corrupción. Estos temas están relacionados con las finanzas del Vaticano, hoy en día, están a la orden del día, pero son tratados «mediaticamente» con el fin de crear curiosidad y un malestar en el mundo católico. Pero surge una pregunta: ¿Finalmente saldrán a la luz estos hechos y sucesos que están emergiendo todavía porque no se ha procedido a actuar en la manera en la que Benedicto XVI había ordenado? En referencia a estos casos específicos, el mundo católico, probablemente no ha entendido bien los motivos y los instrumentos que se utilizan para impedir la transparencia fuera realizada por el Papa Benedicto XVI y el consecuente «lamento» de hoy del Papa Francisco. Él no sabe lo que ha sucedido en el mundo financiero para contrarrestar las actividades de lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo después del ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. Ni sabe, por lo tanto, lo que se requiere a las instituciones financieras de la Santa Sede. Ciertamente no ha entendido correctamente, como lo hizo Benedicto XVI, esas obligaciones, ni es consciente de por qué y cómo se modificaron estas decisiones y por parte de quién. Por lo tanto, el mundo católico ni siquiera se pregunta si, por casualidad, los responsables siguen todavía operativos, porque si lo fueran, comprenderían mejor el hecho por el que el Papa está indignado. Pero entenderían también por qué está fortaleciendo el convencimiento, a los enemigos de nuestra Santa Iglesia, su «indignidad» a ser autoridad moral y la necesidad de reducir el tamaño del papel, el prestigio y el 8 x1000. Cuando en 2012 se cambia la Ley de lucha contra el blanqueo de capitales, firmada con el motu proprio de Benedicto XVI, justo en ese momento, los medios de comunicación publican misteriosamente Vatileaks I (con la publicación de documentos confidenciales), que desvía la atención de los hechos expuestos por encima de modificación de la Ley . Observando ahora los eventos ocurridos junto con Vatileaks II, uno se pregunta de nuevo por qué estos nuevos documentos confidenciales se han hecho públicos.  ¿No fue suficiente la lección de enero de 2012 (Vatileaks I)? No, no fue suficiente, ya que no se quieren conocer todas las explicaciones de esa «lección». De esta manera no se solucionan los «defectos» para lograr un sistema virtuoso y correcto en este asunto, y ahora el Papa Francisco reconoce, con indignación, las consecuencias. Por supuesto, que habrá alguien que explique al Papa que no sería apropiado y útil por parte de la Iglesia adoptar estas normas, ya que de lo contrario habrían perdido soberanía. Habrá los que explicarán al Papa que la «persecución» laicista se había impuesto a la Santa Sede para adoptar estas normas y para controlar y reducir su autonomía. Habrá los que explicarán al Papa que ahora las normas se han mejorado y perfeccionado. Pero si el Papa, que sufre claramente la decadencia moral generalizada, fuera a creer, sin investigar, estas explicaciones, esperamos que salieran a la luz (a satisfacción de escritores y periodistas) otra Vatileaks III, IV y así sucesivamente … El Papa tiene dificultad para limpiar y para poner fin a la «corrupción», los ladrones, etc. Pero al mirar  lo que ha hecho en este sentido en los últimos dos años y medio, estoy convencido de que nunca le han hecho comprender bien como debe hacerlo. Publicado originalmente en La Nuova Bussola. Traducción de Infovaticana

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Comentarios
0 comentarios en “‘Aquellos que en el Vaticano no combatían la corrupción’
  1. Tanto decir para no decir nada, una lástima. En general los artículos de Gotti Tedeschi son muy sustanciosos e interesantes. En este más allá de sugerir algunas críticas, afirmar que el sabe del tema y los demás no, y acusar veladamente al Entorno del actual pontífice de una ceguera de este en temas de limpieza de las finanzas Vaticanas, no dice nada sustancial. Será que sangra por la herida? Sin prejuzgar sobre su inocencia y probable situación de injusticia que sufriera, debiera o decir las cosas claras o callar. Al menos esa es mi opinión.

  2. Dice lo suficiente para quien quiera entender, un señor responsable que fue del IOR, elegido para clarificarlo y ordenarlo financiera y éticamente, que despedido ignominiosamente desacreditándolo, pidió audiencia a dos Papas y aun está esperando. Hay gente puesta a propósito en los puntos clave para que la corrupción persista y así tener pretextos cara al exterior para «cambiar las estructuras ECLESIALES» con sus Principios católicos y no solamente las de administración financiera y disciplina intravaticana-curial.
    Solo así es comprensible lo que viene ocurriendo desde los mismos días del Vaticano II en una degradación galopante hasta llegar a nuestros días en los que se eleva a categoría moral sacramentable la inmoralidad de base antropológica.
    Se gastaron una fortuna en las auditorías y propuestas de reformas que llevaron a cabo los de Promontory y aliados anglosajines en manos de los mismos que buscan cargarse la Religión Católica. Una trama horrenda, diabólica, que los bien pensantes tachan de conspiranoia propia de neuróticos y esquizofrénicos con manía persecutoria. Pero los hechos hablan por sí solos.
    Merece la pena retener lo que dice este hombre cuando menciona la financiación del terrorismo. Que hasta puede indicar el terrorismo en sus diversas manifestaciones empezando por la ideológica y dialéctica que genera el terrorismo sangriento de la socialización del sufrimiento.Se puede presumir que eso ha sido un antro de indecencia generada y consentida por los que se quieren cargar la Religión Católica y que se han apoderado de las palancas del desmantelamiento y los explosivos de la demolición. Esperemos pues más vatileaks que tampoco servirán para volver a la sensatez humana y a la restauración de la Doctrina de la FE que se ha declarado contraria al humanismo carnal.

  3. En cuanto a la traducción, no creo que sea mala. He leído el original italiano. Más bien, hay que entender cómo se escribe en italiano y el hecho de que el autor al parecer sabe mucho más que no desea revelar. Afirma que los Vatileak I salieron como manera de neutralizar el esfuerzo que hacía Benedicto XVI para hacer limpieza en las finanzas vaticanas. Por las mismas razones habrian sacada Vatileaks II, y podrán sacar más Vatileaks. . Parece que piensa que el Papa Francisco no está bien informado o asesorado acerca de la necesidad de la transparencia. Su escrito, amén de hacer ciertas afirmaciones, obviamente esconde mucho más. Sería mejor que saliera con claridad a decir lo que quiere decir.

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