Los «ahorros» de la Conferencia Episcopal: Un fondo de reserva de más de 40 millones de euros

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La CEE cuenta con unos ahorros de dinero no gastado en años anteriores de alrededor de 45 millones de euros que constituyen un ‘fondo de estabilización’. Así se reparten las diócesis los 250 millones de euros que reciben del estado vía IRPF. En ese ejercicio, la Iglesia se gastó más dinero de lo que preveía financiar con estos fondos. Si recibió por IRPF 247 millones de euros, se gastó 250,5 millones, lo que supone un déficit de 3,5 millones de euros. Los obispos cuentan con un fondo de reserva que les permite amortiguar algo este déficit, ya que sus intereses ascendieron a algo más de dos millones de euros. A pesar de ello, el déficit todavía alcanzó los 1,4 millones. El citado fondo de reserva llegaba a los 43 millones en 2013. Se trata de fondos que no gastó que provienen de la asignación tributaria de años anteriores, los primeros ejercicios en los que consiguió que la financiación por IRPF subiera del 0,5% al 0,7% de la cuota íntegra de este impuesto. Los obispos guardaron ese dinero para hacer frente en el futuro a los problemas de financiación que puedan tener, ya que el nuevo acuerdo no les garantiza, como antes, que la cantidad recibida no pueda ser menor que la del año anterior.  Ahora, al acceder por primera vez a la memoria con los datos económicos que la Conferencia Episcopal presenta al Gobierno, se puede conocer cómo gestionan ese dinero con detalle. La partida más importante de reparto entre las diócesis es la que se calcula según el número de sacerdotes, que asciende a 152,1 millones de euros en el año 2013. A esto se suman 35,2 millones en función del número de templos, los kilómetros cuadrados y los habitantes, 22,8 millones que se reparten en una misma cantidad (331.780 euros) para los gastos generales de cada diócesis, más el cálculo en función de los seminarios (2,7 millones), lo que suma los casi 213 millones que se envían a las diócesis. Con estos cálculos, a Madrid le corresponden 14,5 millones de euros, cantidad que destaca frente a Barcelona, que consigue por este reparto solo 4,7 millones. Esta última cantidad es también significativamente más baja que la que recibe Valencia, de 8,7 millones, o la que recibe Toledo, a la que le tocan 5,2 millones de euros. La Conferencia Episcopal reparte estos fondos entre las diócesis en función del número de sacerdotes y religiosos que tenga, y de otra serie de cálculos. Estos fondos suponen el 23% de los recursos de las diócesis, que alcanzan un total de 886 millones de euros anuales. La Conferencia Episcopal ha mostrado las cuentas del IRPF públicamente con diferentes métodos. Tras informar en los últimos años de la partida dedicada a los sueldos de sacerdotes y obispos, en los presupuestos para el año 2016 no los desglosa. La crisis económica llegó a partir de 2008, pero la Conferencia Episcopal disfrutó, por el contrario, de la ventaja de experimentar la mejora en sus finanzas que supuso la aplicación del nuevo sistema de financiación a través del IRPF. Con ello, el episcopado decidió incrementar el sueldo de sacerdotes y obispos. Entre 2009 y 2010, estos subieron un 3,6% y al año siguiente un 8,9% más, hasta alcanzar los 154,5 millones de euros. El incremento de 2009 a 2011 en sueldos fue de 18 millones de euros. Esta partida ha llegado a 155,7 millones de euros en 2015. Entre este ejercicio y 2014 el incremento fue de 1,4 millones. Uno de los datos llamativos de esta memoria, que se desprende de los datos económicos, es que el grupo más importante de sacerdotes tiene más de 65 años. Estos sumarían unos 9.500 frente a los 7.400 que tienen menos de esa edad. La partida para los menores de 65 años es de 84,6 millones de euros y para los mayores de 65, que cobran casi la mitad, es de 62,1 millones. Esto supone un 40% de la partida de sueldos para sacerdotes. En 26 de las 69 diócesis españolas, la partida de gasto para los sacerdotes mayores de 65 supera la de los menores de esa edad. El caso más llamativo es el de Lugo, donde la partida que la Conferencia Episcopal les envía de la asignación tributaria en función del número de sacerdotes más veteranos es de 1,5 millones de euros, frente a los 626.000 euros que le da según los menores de 65 años. Por el contrario, en la diócesis de Cádiz-Ceuta, los fondos para los menores de 65 cuadruplican los de los más mayores. Otro de los criterios de reparto es el del número de parroquias. En este caso también destaca Lugo como la que más dinero recibe por número de templos parroquiales, seguida de Santiago de Compostela, Burgos, Astorga y Oviedo. En el lado opuesto, las que menos dinero perciben por este concepto son Menorca, Ibiza, Jerez y Alcalá de Henares. Entre las primeras y las últimas, las diferencias son muy importantes. El gran número de parroquias en algunas zonas rurales con pequeños municipios hace que Lugo reciba más dinero por este concepto, por ejemplo, que Madrid. Otro de los datos que se conoce por primera vez es el detalle del dinero que las diócesis gastan en obras, tanto sean rehabilitaciones como nuevas construcciones. De nuevo destaca Madrid, cuya diócesis se gastó casi 7,3 millones de euros en nuevas construcciones y 8 millones en rehabilitaciones. Por el contrario, la diócesis de Barcelona no hizo ninguna obra nueva ese año, aunque sí se gastó 3,5 millones en rehabilitaciones de sus edificios. En el ejercicio 2013 la diócesis de Cartagena fue la tercera que más dinero invirtió en rehabilitaciones. Los 4,4 millones de euros que se gastó son consecuencia de los daños que produjo el terremoto de Lorca. Solo la rehabilitación de la iglesia de Santiago Apóstol de esta localidad se llevó ese año casi 2,3 millones de euros. Los fondos que provienen del IRPF no se destinan a sufragar estas obras, sino únicamente unas cantidades con las que compensar a las diócesis por una parte del IVA que tienen que pagar por esas obras y que antes de 2007 no soportaban. Según se desprende de estos datos, este año 2015  los obispos podrían tener que ajustarse el cinturón. Contarán con 246,9 millones entre el anticipo a cuenta y la liquidación correspondiente al ejercicio 2013, que cobran este año, cuando tenían una previsión en su presupuesto de 248,5 millones de euros. Los ingresos financieros que provienen de la rentabilidad que le da su fondo de reserva podrían compensar esos 1,6 millones de euros de déficit. En 2013 esta hucha les rentó dos millones de euros, aunque en 2012, los intereses que consiguió por este dinero, invertido en depósitos bancarios de renta fija, llegaron a ser 3,2 millones de euros. Si no fuera así, los obispos decidieron que por primera vez desde 2007 se utilizaran fondos de sus ahorros, del llamado fondo de estabilización o de reserva, antes que realizar recortes de gastos. Los obispos pasan cada vez más apuros con las cuentas del IRPF. En los años de bonanza presupuestaria para los obispos, estos pudieron dedicar grandes recursos a la creación del fondo de estabilización, aunque ya no pueden realizar más aportaciones a este fondo, puesto que los gastos han crecido y los ingresos son irregulares. También decidieron compensar a las diócesis por la nueva obligación de pagar el IVA. Sin embargo, con los años, la Conferencia Episcopal compensa solo por una parte de este impuesto, concretamente del 50% del IVA de nuevas construcciones y el 25% de este impuesto en obras de rehabilitación. La otra gran partida ha sido la de las aportaciones extraordinarias a Cáritas con el dinero del IRPF. Los obispos empezaron a realizar esta aportación al comienzo de la crisis y se ha ido incrementando año a año hasta alcanzar los 6,2 millones de euros. Los apuros económicos les han llevado a congelar por primera vez esta aportación para 2016. A pesar de que en algunos de los últimos ejercicios, cuando los apuros en sus cuentas del IRPF han sido más claros, los obispos han intentado congelar sus gastos, los presupuestos de los fondos de la asignación tributaria para 2016 incrementan los gastos en casi 600.000 euros respecto al año anterior.  

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Comentarios
0 comentarios en “Los «ahorros» de la Conferencia Episcopal: Un fondo de reserva de más de 40 millones de euros
  1. No me parece mal que tengan un fondo de reserva importante, no olvidemos que en España hay varios miles de clérigos que dependen económicamente de la CEE.
    No es malo tener dinero, si se usa correctamente. En España siempre se ha mirado mal al que tiene dinero, a pesar de todo el mundo quiere ser rico. Es la hipocresía del envidioso, que en este país hay multitud.

  2. Sobre lo inadecuado de contar con el 0.7% del IRPF para la Iglesia.

    En España estamos en campaña electoral, todos los sabemos. Con sólo escuchar las promesas electorales de tres de los principales partidos (PP, C’s y PSOE) nos damos cuenta de que en los próximos cuatro años se bajará la recaudación por IRPF. Probablemente se compensará de otra forma (IVA, impuestos sobre gasolinas…), no es el tema aquí. Si el gobierno decide bajar el IPRF y cobrar más por IVA (por ejemplo) de forma que los ciudadanos sigan pagando lo mismo, la Iglesia recibirá menos ya que el 0,7% sólo viene del IRPF.
    Además, el PP propone especialmente bajar el IRPF a personas de 65-70 años (donde más % de cruces a la Iglesia se ponen), otros a los de rentas más bajas (ahí no puedo decirlo).

    Señores ‘expertos’ en la administración de dineros en la Iglesia: ¿Se dan cuenta que planificar a largo plazo pensando en el 0,7% del IRPF no es una buena idea?

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