«El Sínodo no podía abrir una puerta que no existe y no puede existir», responde el cardenal en relación a la comunión de los divorciados vueltos a casar civilmente.
El cardenal Burke ha publicado un artículo en National Catholic Register que recoge la web Secretum Meum Mihi. El artículo titulado «¿La Verdad Sobre la 14ª Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos?» pretende ser una respuesta a un documento publicado por el jesuita Antonio Spadaro, en el que se afirma que el Sínodo de la Familia ha abierto la puerta al acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar civilmente.
A continuación, la respuesta del cardenal Burke a esta afirmación de Spadaro:
En la edición de 28 de noviembre de La Civiltà Cattolica, el padre jesuita Antonio Spadaro, director de la revista y Padre sinodal, presenta un resumen de los trabajos de la 14ª Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, dedicada a la vocación y la misión de la familia (pp. 372 a 391). Aunque el autor hace varias afirmaciones sobre la naturaleza y el trabajo del Sínodo de los Obispos, que las cuales demandan comentario crítico en un estudio más largo, una afirmación que requiere comentario inmediato se resume de este modo por el autor:
El Sínodo también ha querido tocar a las personas heridas y a las parejas para acompañarlas y sanarlas en un proceso de integración y reconciliación sin barreras. En cuanto al acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar civilmente, el Sínodo ha formulado la vía del discernimiento y del “fuero interno”, sentando las bases y abriendo una puerta que, por el contrario, había permanecido cerrada en el Sínodo anterior.
Dejo aparte el hecho de las declaraciones públicas de varios padres sinodales que afirman lo contrario, es decir, Ellos afirman que el Sínodo confirmó la práctica constante de la Iglesia con respecto a los que están viviendo en una unión irregular. A pesar de que el texto de los párrafos 84 a 86 del informe final del sínodo carecen de claridad respecto a verdades fundamentales de la fe, la Santa Eucaristía y el Santo Matrimonio, la misma falta de claridad ahora ha surgido en las declaraciones públicas de los Padres sinodales. El hecho es que el Sínodo no podía abrir una puerta que no existe y no puede existir, nominalmente, un discernimiento en conciencia el cual contradiga la verdad acerca de la suprema santidad de la Santísima Eucaristía y la indisolubilidad del vínculo matrimonial. El sínodo, como la Iglesia siempre ha enseñado y practicado, ha querido mostrar amor hacia la persona que se encuentra a sí mismo en una situación que no es coherente con la enseñanza de Cristo y de Su Iglesia. El amor cristiano a la persona, sin embargo, no es “la integración y la reconciliación sin barreras”, porque está fundado sobre las verdades insustituibles de la naturaleza y la gracia, y se ordena en consecuencia al bien de la persona y de toda la comunidad. El amor cristiano acompaña al individuo en el camino al arrepentimiento y la reparación, para que él una vez más pueda disponerse a encontrar a Cristo en los sacramentos. La vía de discernimiento sobre la cual el sacerdote acompaña al penitente que está viviendo en una unión irregular ayuda al penitente para conformar su conciencia una vez más a la verdad de la Santa Eucaristía y de la verdad del matrimonio a la que está ligado. Como la Iglesia ha consistentemente enseñado y practicado, el penitente es guiado en el “fuero interno” para que viva castamente en la fidelidad al vínculo matrimonial existente, aunque parezca estar viviendo con otro de una forma marital, y así poder tener acceso a los sacramentos de una manera que no dé escándalo. El Papa San Juan Pablo II describió la práctica de la Iglesia en el “fuero interno” en el número 84 de la Familiaris Consortio. La Declaración del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, del 24 de junio de 2000, ilustra la enseñanza del número 84 de la Familiaris consortio. Ambos documentos están referenciados en el reporte final del sínodo, pero lamentablemente de una manera engañosa. Dar la impresión de que hay otra práctica en el “fuero interno”, que permitiría a una persona en una unión irregular tener acceso a los sacramentos, es sugerir que la conciencia puede estar en conflicto con la verdad de la fe. Tal sugerencia coloca claramente a los sacerdotes en una situación imposible, la expectativa de que ellos pueden “abrir una puerta” para el penitente que, de hecho, no existe y no puede existir. En última instancia y con el más grave daño de la Iglesia universal, ello crea la expectativa de que el Romano Pontífice puede sancionar una práctica que está en conflicto con las verdades de la fe. El Sínodo de los Obispos, de acuerdo con su naturaleza y propósito, no puede ser instrumento de tal expectativa.
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El cardenal Kasper es un gran manipulador, igual que el jesuita Spadaro.
Kasper acaba de hacer unas declaraciones afirmando que
«ninguno quedará excluido en la Iglesia de Francisco…»
Utilizan el término «exclusión» como decisión arbitraria
impuesta por una autoridad legalista que tiene en sus manos
actuar «con misericordia» y no lo hace.
La «inclusión universal» es la muestra de una misericordia
que no hace excepciones.
Jesus es el «manso juez» que nunca condena…
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El Cardenal Burke, en cambio, nos dice que eso no es confrme a la verdad del Evangeio.
«En última instancia y con el más grave daño de la Iglesia universal, ello crea la expectativa de que el Romano Pontífice puede sancionar una práctica que está en conflicto con las verdades de la fe. El Sínodo de los Obispos, de acuerdo con su naturaleza y propósito, no puede ser instrumento de tal expectativa».
Aquí parece que hay un problema. Mucha gente habla de la «Iglesia de Francisco» y eso yo no sé lo que es. La Iglesia que de la que yo formo parte es la Iglesia de Cristo.
Siendo coherentes con la profesión de fe, siendo discípulos de Jesús, es decir, asumiendo su disciplina, sería incoherente aceptar a la comunión sacramental a quienes, con un matrimonio válido, pero fracturado, celebró segundas nupcias civiles, o de aquellos que viven una de las formas de vida marital irregular.
¿Qué seguimos? ¿Convicciones o conveniencias?
Nadie puede estar a fuerza en la Iglesia, pues la fe se propone, no se impone. Pero a quien desee estar dentro, la propuesta de la disciplina es clara.
Sr. Burke, aún le quedan muchas sorpresas por conocer (entre otras su destino profesional que puede ser aún peor que el destierro a Malta), especialmente el documento que aún tiene que redactar el Papa.
Muchos esperamos grandes satisfacciones de él.
Por otra parte lo que diga usted es absolutamente prescindible. Lo importante es lo que la ocurra en praxis de cada diócesis (le recuerdo que usted ya no tiene una 🙂 ) y que el vaticano no las condene.
No se por qué, pero estoy convencido a que ya hay obispos dispuestos a seguir las intuiciones del Cardenal kasper y el jesuita Spadaro y…..veremos si les condenan.
Mientras usted, seguirá marginado y ausente de los lugares donde la Iglesia decide su futuro. No me extrañaría nada que acabe usted de acólito del próximamente ex-cardenal Sarah en la nunciatura en Burkina Fasso o en las Islas Faukland, es decir lo más lejos posible de donde pueda usted seguir haciendo daño.
Rezo por ello.
Kasper el del Credo Ecuménico Inclusivo de las conjuncioines masonistas amalgamadas, lo ha dicho con tino. «EN la Iglesia de FRANCiSCO ninguno quedará excluído». Por supuesto que no. Ni Kasper ni Marx ni Lutero ni los sodomitas ni los ladrones ni los defraudadores, todos adentro cuyo ejemplar e imagen más auténtica es el actual Vaticano de los Vatileaks.
¡La Iglesia de Francisco! Pero si es así como lo intentan y lo conseguirán los interconfesionales-interreligiosos francisquitas YA NO será la Iglesia que Jesucristo fundamento en Simón Pedro. Esa es la cuestión. Iglesia y Sinagoga NO son compatibles.
Que el cardenal Burke sea prescindible en esa iglesia de francisco y sin embargo sean sus adeptos tipos como Carcahunter es la demostración visible y tangible de la iglesia deísta que se atribuye a Francisco o según eso se atribuirá francisco como fundador de nueva planta en sus convicciones carismático-pentecostales.
Sería el resultado conciliarista de la demolición total desde dentro. Pero la Iglesia seguirá porque es indestructible a pesar de todos los Carachunter de este mundo francisquita.Mientras quede un solo sacerdote-liturgo de Jesucristo Dios-Hombre