La embajada americana en París se negó a refugiar americanos la noche del 13N

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Algunos ciudadanos americanos víctimas de los atentados del pasado viernes no fueron acogidos en su embajada. Los detalles de la terrible noche en París continúan saliendo a la luz, y al igual que ayer contábamos la cara más humana y solidaria del 13N, la noche de los atentados también nos ha dejado algunas historias que se alejan de la solidaridad que protagonizaron la mayoría de las personas que presenciaron los hechos. Es lo que le ha ocurrido al matrimonio de Will y Rebecca Bogle, ambos neoyorquinos y residentes en Atlanta, se encontraban en París el pasado viernes. Celebraban el cumpleaños de Will en un restaurante cercano al «Carrillon». Al darse cuenta del peligro que corrían, decidieron volverse a casa. Tras los atentados, alrededor de cinco líneas de metro habían sido cerradas por seguridad, el transporte público no funcionaba y los Bogle no encontraron ningún taxi que les llevara a su hotel. Dominados por el pánico, Will y su mujer, embarazada de seis meses, decidieron ir caminando hasta la embajada americana en la ciudad francesa para buscar refugio. Anduvieron tres kilómetros al mismo tiempo que oían ambulancias, disparos, y veían a policías pasar. Sin embargo, cuando llegaron a la embajada, los guardias les prohibieron la entrada. Los hombres de seguridad de la embajada alegaron que «solamente ofrecen refugio en caso de guerra, y que lo que estaba ocurriendo en ese momento era un ataque aislado». Por la misma situación pasaron algunos estudiantes americanos que se encontraban esa noche en la ciudad francesa. La embajada de América en París todavía no ha dado ninguna respuesta acerca de su decisión de cerrar las puertas ante una situación tan drástica. «Si van a a cerrar, que cierren cuando es de día fuera y nadie les necesita», explica consternado Will Bogle a un periódico de Atlanta. Finalmente, la pareja pudo llegar a su hotel después de que las líneas de metro fueron abiertas de nuevo.    

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