«Uno puede ofrecer el diálogo, pero no veo muchas oportunidades para establecerlo”, ha reconocido el secretario de Estado del Vaticano. El secretario de Estado de la Santa Sede, el cardenal Pietro Parolin, ha reconocido que no es posible un diálogo con el fundamentalismo islámico, a pesar de los esfuerzos de la Iglesia católica en los últimos tiempos por favorecer el diálogo interreligioso. En declaraciones a la agencia de noticias católica Aciprensa, Parolin ha defendido la intención de la Santa Sede de establecer un encuentro con todas las religiones, especialmente cuando la Iglesia católica celebra los 50 años de la publicación de Nostra Aetate, la declaración del Concilio Vaticano II sobre la relación con otras confesiones. Sin embargo, el secretario de Estado del Vaticano se ha rendido a la evidencia de que «no es posible dialogar con los fundamentalistas», especialmente porque «no están interesados» establecer ningún tipo de diálogo. «Uno puede ofrecer el dialogo, pero no veo muchas oportunidades para establecerlo”, ha reconocido. Después de que los terroristas del grupo fundamentalista conocido como Estado Islámico (ISIS) hayan reivindicado haber derribado el avión ruso que se estrelló en el monte Sinaí el pasado fin de semana, la Santa Sede ha admitido que, frente a este tipo de actuaciones, no existe diálogo posible. No es la primera vez que la Iglesia católica advierte acerca del peligro que supone el fundamentalismo religioso para la sociedad actual. El Papa Francisco puso sobre aviso en este punto durante su visita apostólica a Estados Unidos en su intervención en Naciones Unidas, pero también en diversas ocasiones en las que ha hablado sobre una posible «tercera guerra mundial en cuotas». En opinión del Santo Padre, “hoy, tras el segundo fracaso de una guerra mundial, quizás se puede hablar de una tercera guerra combatida por partes, con crímenes, masacres, destrucciones”. Dentro de este nuevo conflicto mundial, cobra especial relevancia «una especie de genocidio en marcha» que afecta a nuestros hermanos «en Oriente Medio y otros lugares del mundo» donde se «persigue, se tortura, se asesina a muchos hermanos nuestros por su fe en Jesús”. Los responsables de esta persecución religiosa a los cristianos en Oriente Medio son los mismos que se vanaglorian de haber causado la muerte de los 224 pasajeros de un avión comercial ruso, algunos de ellos recién nacidos, el pasado fin de semana. La situación de tensión en Oriente Medio crece por momentos mientras Rusia continúa con su intervención militar en Siria y su guerra declarada al Estado Islámico.
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No van a dudar en realizar una auténtica masacre en la plaza de san Pedro cuando lo vean conveniente.
Por cierto, la descripción que podemos leer en el tercer secreto de Fátima, (un obispo vestido de blanco que huye entre los cadáveres de sacerdotes, laicos, obispos, etc), es una imagen casi exacta del tipo de atentados que vienen haciendo últimamente estos terroristas.
Ya lo dijo el cardenal Sarah: las lgtb y el islam son obra del maligno.