‘Los santos son seres excepcionales, pero a diferencia de los ángeles, ellos tienen cuerpo’

|

La ‘Dimensión humana de Teresa de Ávila’ es el último libro de José María Martín del Castillo, quien nos ha contado todos los detalles de su obra. La presentación del libro, que contó con la presencia del cardenal Cañizares, tuvo lugar la semana pasada en el Ateneo de Madrid. De la mano del autor, conocimos diferentes datos de este libro que estudia y sitúa a la santa como un ser humano. El arzobispo de Valencia recordó la importancia del año Teresiano, una «ocasión providencial para seguir el camino de Santa Teresa, un camino humano». ‘La dimensión humana de Teresa de Ávila’, es un libro que habla de una santa que también fue persona, y que como todo ser humano padeció y sufrió enfermedades. Teresa de Ávila nunca sobrellevó estas enfermedades con resignación y fatalismo, sino todo lo contrario, supo aceptarlas y gracias a su fuerza interior, vivió una vida activa y repleta de buenas acciones, algo que José María Martín del Castillo ha sabido plasmar en este libro tan útil y novedoso. ¿Qué fue lo que le impulsó a escribir el libro? Varios son los motivos. La figura de Teresa de Jesús es muy atrayente, prueba de ello es que ha seguido creciendo durante estos quinientos años. Por otro lado mi vinculación a la provincia de Ávila por familia y por tratar aspectos que siempre me han interesado. ¿A que se refiere con “La dimensión humana” de la Santa? Habitualmente pensamos que los santos son seres excepcionales, y lo son, pero a diferencia de los ángeles tienen cuerpo, se trata de seres humanos y su existencia descansa en el soporte material de su cuerpo, sometido a contingencias de su propia naturaleza. Así, por un lado, el alimento resulta indispensable para la existencia de los seres vivos y, por otro, la enfermedad es otra contingencia que se presenta y que actúa como elemento agresor, de manera que el individuo se ve compelido a buscar la forma de deshacerse de ella y recuperar la salud perdida. A estas cosas me estoy refiriendo con el concepto de “dimensión humana”. De la alimentación en los conventos carmelitas en el siglo XVI antes y después de su reforma por Teresa de Jesús, así como qué comía ella y los que la acompañaban en aquellos viajes fundacionales por una red caminera no muy diferente de la que nos dejaron los romanos y conoció el emperador Augusto, y en unos medios de transporte variados, pues algunas de las vías no permitían el tránsito rodado, sino que eran caminos de pezuña o había que caminar, dependiendo del itinerario, siendo el carro entoldado el preferido para poder prolongar la vida de recogimiento de las descalzas debajo del toldo, que debería, además, proteger del sol, de la lluvia, de la nieve, de los vientos, del frío, del calor y de las miradas de curiosos e indiscretos. En segundo lugar me ocupo de la esquiva salud de la madre Teresa a lo largo de sus 67 años de existencia terrenal; de su apuesta inequívoca por la salud, lo que le hizo escribir en el libro de las Fundaciones: “¡qué cosa es la enfermedad, que con salud todo es fácil de sufrir!”;  y no solo comento la gran crisis de salud que sufriera en 1538 estando en el convento de la Encarnación, sino también de las secuelas que de ella se derivaron y de los otros padecimientos que se le fueron presentando a ella y a las personas que la rodeaban, especialmente de sus monjas. En último lugar hago un repaso del arsenal terapéutico del que se disponía en aquella centuria, al que tuvieron que recurrir ella y sus monjas cuando lo necesitaron. Lamentablemente sobre este aspecto es sobre el que menos datos nos ha dejado. ¿Cree que era necesario una obra que tratara la vida de la Santa desde el punto de vista médico, farmacéutico y bromatológico?  Sobre los tres aspectos Teresa va desgranando noticias a lo largo de sus escritos, especialmente, pero no en exclusiva, en los tres de marcado interés histórico: el libro de la Vida, el libro de las Fundaciones y en su epistolario. La base de este libro no es otra que los escritos mismos de nuestra egregia protagonista, aprovechando además ese gracejo que la caracteriza a la hora de escribir, completados con los testimonios vertidos a lo largo de los Procesos de Beatificación y Canonización. Son sus escritos y su manera de escribir, que reproduce el lenguaje llano de las gentes de Castilla, el que ella utiliza para ir contando lo que sucede. Sobre sus enfermedades se ha escrito mucho y desde diferentes especialidades de la medicina y distintos enfoques, aunque no siempre con criterio científico; pero sobre alimentación y farmacia no hay tanta bibliografía, por lo que me animé a hacerlo. Es una forma de dar a conocer aspectos relativos a la realidad corpórea de todos los hombres, incluida ella. ¿De qué manera cree usted que las enfermedades que padeció Teresa Ávila influyeron en las decisiones que tomó a lo largo de su vida? De ninguna. Ella llevó adelante su vida, su entrega a Dios, sus fundaciones, sus escritos, etc. e hizo frente a los avatares que se le presentaron con decisión y por obediencia, bien por entender que esa era la voluntad de Aquel en quien todo lo había puesto o por mandato de sus superiores. Tal vez convenga, llegados a este punto, precisar su postura ante la enfermedad, que no fue de resignación y mucho menos de fatalismo, sino de aceptación y de aprender a vivir con ella, llamando poderosamente la atención que con tan poca salud llevara una vida tan activa como la que llevó y su capacidad intelectual a todas luces desbordante, que nunca se vio afectada y que conservó hasta el momento de su muerte. Ella misma nos dice en una carta: “porque cuando no tengo más de los males ordinarios, es mucha salud” y los llevaba con alegría. Claro que lo hizo con esfuerzo y sacrificio, y así comenta numerosas veces los trabajos que para ella representaba a su edad llevarlos a cabo: “estoy vieja y cansada” nos dice dos años antes de dejar este mundo, y con sus achaques. ¿Es necesario que el lector tenga conocimientos farmacéuticos para poder comprender el libro? En absoluto. Es cierto que no se trata de una novela, sino un ensayo que se ocupa de lo que venimos hablando de manera muy documentada, pues no hay nada dejado al libre albedrío o veleidades de ningún tipo, sino hecho con objetividad; pero al mismo tiempo de fácil lectura gracias, sobretodo, a la forma de escribir de la Santa. ¿Qué mensaje final quiere transmitir a sus lectores? Que todos aquellos que se sientan atraídos por la fundadora y reformadora y tengan interés en conocer otros aspectos de la figura de Teresa de Jesús, se acerquen a estas páginas escritas tras tiempo y tiempo de búsqueda en sus obras de datos y noticias sobre alimentación, farmacia y medicina, lo que les ayudará a entender a Teresa de Cepeda y Ahumada y penetrar en el personaje.    

Ayuda a Infovaticana a seguir informando

Comentarios
0 comentarios en “‘Los santos son seres excepcionales, pero a diferencia de los ángeles, ellos tienen cuerpo’
  1. Este fragmento de su poesía resumen la grandeza de su alma:

    Vivo, sin vivir en mi
    Y, es tanta la dicha que espero
    Que muero
    Porque no muero

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

 caracteres disponibles