Soy manso y humilde de corazón

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Jueves de la vigesimoctava semana del Tiempo Ordinario. Santa Teresa de Jesús. PRIMERA LECTURA Lo llena de sabiduría e inteligencia Lectura del libro del Eclesiástico 15, 1-6

El que teme al Señor obrará así, observando la ley, alcanzará la sabiduría. Ella le saldrá al encuentro como una madre y lo recibirá como la esposa de la juventud; lo alimentará con pan de sensatez y le dará a beber agua de prudencia; apoyado en ella no vacilará y confiado en ella no fracasará; lo ensalzará sobre sus compañeros, para que abra la boca en la asamblea; lo llena de sabiduría e inteligencia, lo cubre con vestidos de gloria; alcanzará gozo y alegría, le dará un nombre perdurable.

  Palabra de Dios.     SALMO RESPONSORIAL 88, 2-3. 6-7. 8-9. 16-17. 18-19  R. Contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,  anunciaré tu fidelidad por todas las edades.  Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.

El cielo proclama tus maravillas, Señor,  y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles.  ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios?  ¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R. Dios es temible en el consejo de los ángeles,  es grande y terrible para toda su corte.  Señor de los ejércitos, ¿quién como tú?  El poder y la fidelidad te rodean. R. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte:  caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro;  tu nombre es su gozo cada día,  tu justicia es su orgullo. R. Porque tú eres su honor y su fuerza,  y con tu favor realzas nuestro poder.  Porque el Señor es nuestro escudo,  y el Santo de Israel nuestro rey. R.     EVANGELIO Soy manso y humilde de corazón  Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

-«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»

 

Palabra del Señor.

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