Han sido las palabras del Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos en la Misa para la apertura del Año Académico del Pontificio Colegio Urbano. “Estáis llamados a vivir la alegría del Evangelio, de la que habla el Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, no sólo como una experiencia personal y comunitaria, sino también con perspectiva, visto que el Santo Padre habla de ello claramente cuando hace referencia a su visión y al camino que quiere para toda la Iglesia en los próximos años”. Esta ha sido la recomendación del Card. Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, con ocasión de la Misa para la apertura del Año Académico del Pontificio Colegio Urbano, que ha presidido en la capilla del Colegio la tarde del 1 de octubre, fiesta de Santa Teresa de Lisieux. “No podemos olvidar, de esta santa, el valor y la importancia de su vocación misionera, aun siendo religiosa de clausura – ha dicho el cardenal -. La joven Teresa decidió ser, en el corazón de la Iglesia, ‘el amor’; a pesar de los malentendidos en el monasterio y de la mezquindad, se comprometió a vencer la mediocridad, devolver la alegría y abrirlo a la misión en el mundo…”. Citando los próximos eventos eclesiales importantes, entre ellos el Año Jubilar de la Misericordia, el Prefecto de la Congregación ha reiterado: “Nuestra universidad quiere ponerse en sintonía con la mente y el corazón de Francisco, y en el camino trazado por él para la Iglesia universal”. Luego ha recordado que “el amor y la misericordia fueron también las características de la espiritualidad de otra Teresa, la religiosa de Calcuta, gran Misionera de la Caridad (de la que se verá en breve su canonización), una mujer profundamente abierta hacia los demás, los más necesitados”. Al saludar la gran comunidad del Colegio Urbano, estudiantes y formadores, el Card. Filoni ha retomado de nuevo la exhortación de Francisco y ha invitado a todos a ser artífices de “una iglesia que tiene la alegría de ser Iglesia; una alegría que se renueva cada día, se comunica sin desgastarse nunca”, y ha advertido de tres robos: “¡no dejemos que nos roben el entusiasmo misionero!”, “¡no dejemos que nos roben el Evangelio!”, “¡no dejemos que nos roben la fuerza misionera!” Agencia Fides.
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