Francisco Pou. En la puerta de las iglesias en Cataluña, algunas claramente desde dentro, otras en la calle, se reparte desde ahora un boletín propagandístico a todo color, intentando mostrar unas acrobáticas razones de la independencia desde la doctrina social de la Iglesia. Como firmas “intelectuales”, aparecen cuatro “cadáveres” : Lluis Xirinacs, un activista que dejó el sacerdocio y que alcanzó cierta fama por sus encadenamientos y huelgas de hambre con tintes pretendidamente de nuevo Ghandi; el padre Maur Esteva, monje que fue Abad General del Císter (dijo en una ocasión que defender la lengua justifica un Estado propio); Antoni Deig, muerto hace doce años, que fue obispo de Menorca y Solsona y escribió sobre “el amor a la patria” (sic) y, finalmente Manuel Carrasco i Formiguera, considerado padre de la “democracia cristiana catalana”, que fue fusilado en 1938 por el ejército de Franco. La pieza propagandística no tiene desperdicio: cuatro párrafos recortados de “notas de los obispos de Catalunya”, que en realidad recuerdan a los cristianos la fidelidad a los derechos de todas las personas y pueblos. Un intentopatético secesionista de mostrar una aprobación “oficial” de los obispos que no existe. Pero hay más. A continuación, estos “Cristianos por la Independencia” rechazan “seguir en España” como “alternativa de vivir en el menosprecio sistemático, pertenecer a uno de los Estados más endeudados del mundo que nos insulta recurrentemente” y, entre otras lindezas, ataca “nuestra lengua cultura y autogobierno” dice el panfleto. Sigue a continuación el capítulo de promesas de una nueva patria que “nos situará en el mundo”, una patria más próspera por dejar “la ineficiencia económica española”. “No podremos estar en la UE, pero tenemos alternativas como la EFTA: Suiza, Noruega e Islandia”. Y, como no, el Papa de Roma, con foto y cita de condena del colonialismo, que “Cristianos por la Independencia” aplica, traída por los pelos, sin más, a España y Cataluña, por más que compartan y tengan la misma Constitución, Derecho, Historia, lenguaje, o economía. ¿Es acaso Cataluña la parte “pobre”, del pretendido “país colonizado”? Lea el artículo completo en Firma Invitada.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Ni es la primera vez ni será la última, que los influenciados por el nazionalismo, intentan dividir y condicionar la libertad de los católicos.
Jesucristo mandó a sus apóstoles a proclamar el Reino de los Cielos, sin embargo, estos se entretienen utilizando la Iglesia de Cristo para proclamar la república catalana.
Subyacente queda una clerecía que se cree superior al resto de españoles.