Santa Elena

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Jan van Eyck Santa Elena

Santa Elena fue la madre del emperador Constantino el Grande. Influyó en la conversión de su hijo, así como en el hallazgo de la Cruz de Cristo.

Poco se sabe acerca del nacimiento de Santa Elena, aunque algunos han querido encontrar en ella un nacimiento digno de una emperatriz de Roma, lo más probable es que haya nacido en una familia humilde de sirvientes, con el nombre de Flavia Iulia Elena. Su bajo nacimiento no impidió que el emperador Constancio I la tomase como esposa, aunque más tarde la repudiara por casar con Teodora, sobrina de Maximiano Augusto, para así restablecer las alianzas necesarias entre los augustos y los césares. Santa Elena fue alejada de la corte hasta el ascenso de su hijo Constantino, quien una vez coronado césar, le dio un lugar destacado entre sus más cercanos, e incluso mandó acuñar monedas con su efigie, así como nombrar la ciudad de su nacimiento como Helenópolis.

Cuentan las crónicas, que Santa Elena, nacida pagana, se sintió fuertemente atraída por un grupo de mujeres seguidoras del cristianismo, religión que en ese entonces era perseguida y considerada una secta por los romanos. Sin embargo, Santa Elena vio que esas mujeres superaban en cualidades y virtudes a las demás, por lo que procuró acercarse a ellas y descubrir más acerca de su Fe.

Durante la guerra entre su hijo Constantino y Majencio Augusto, ocurrió el signo milagroso que dio lugar a la conversión de Constantino: el 28 de octubre del 312, antes de comenzar la batalla del Puente Milvio, Constantino y sus hombres vieron como se abría el cielo, y tras una luz brillante apareció una cruz con el monograma de Cristo (la X y la P) y en cuyo alrededor aparecían las palabras IN HOC SIGNO VINCES, que significa «en este signo vencerás». En ese momento, Constantino avanzó fuertemente hacia sus oponentes, consiguiendo una clara victoria. Tras el fin de la guerra, en el año 313, el emperador Constantino promulgó el Edicto de Milán, por el cual se otorgó tolerancia a los cristianos, dándoles Constantino, desde entonces, un lugar especial en su gobierno y su colaboradores más cercanos.

Siempre se ha hablado de la influencia que Santa Elena pudo haber tenido en el lento proceso de conversión de su hijo, incluso tras la visión milagrosa de la batalla del Puente Milvio. Aún así, no conforme con que la Religión Católica tuviera un lugar destacado en el Imperio, Santa Elena se entrego con cuerpo y alma a supervisar la construcción de iglesias, y trabajó de manera muy cercana con las autoridades eclesiales, así como con los arquitectos y artistas.

Tras haber tenido un sueño en el cual el Señor le pedía que encontrara su Santa Cruz para que se le rindiera devoción, Santa Elena viajó a Tierra Santa con un grupo de albañiles y trabajadores, para que excavasen el sitio donde se encontraba la Cruz. Sin embargo, la tarea de encontrarla fue difícil, pues había sido escondida por los judíos al ver la devoción que los cristianos le profesaban, y que daba lugar a grandes conversiones. Finalmente, un judío de nombre Judas (más tarde convertido al cristianismo, hecho obispo, y actualmente venerado con el nombre de San Judas Ciriaco), dijo saber el lugar donde se había escondido la Cruz, y mandó llevar ahí a la emperatriz y su cortejo. Tres cruces fueron excavadas, las cuales correspondían a Jesús y los dos ladrones, pero no sabiendo cuál era la Cruz Santa, se decidió llevar las cruces a una moribunda que se encontraba afuera del sitio de las excavaciones. Al acercarle las primeras dos cruces, la mujer no tuvo reacción alguna, y su expresión se encontraba como la de una muerta, pero al acercarle la tercera cruz, a la moribunda se le llenaron los ojos de vida, y gritó exclamando: «¡’Dios mío, estoy curada!».

Santa Elena mandó dividir la Cruz de Cristo en tres partes para asegurar que fuera venerada tanto en Roma, como en Constantinopla y Jerusalén, con el tiempo, la Santa Cruz se ha ido dividiendo en pequeñas reliquias que se conservan hasta nuestros días.

Muchas veces se dice que el mayor milagro de San Elena fue el de influir para que cesara la persecución a los cristianos, así como ayudar a la conversión del emperador, y de miles de otros ciudadanos del Imperio. La propagación de la Fe tuvo un salto milagroso gracias al trabajo que Santa Elena hizo a favor del Evangelio.

La devoción a Santa Elena está relacionada a la devoción con la Santa Cruz, gracias al hallazgo que ella dirigió. Debido a su dedicación en la construcción de iglesias, la Santa Cruz es la festividad de los albañiles.

 

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Comentarios
2 comentarios en “Santa Elena
  1. / Rogamos, para pedir la intercesión de santa Elena de Constantinopla, quien ,a través de ella se hallara la cruz de Cristo, y al mismo tiempo para recordarnos a los cristianos, católicos y creyentes, la invitación a llevar la misma , retraduciendo en nuestras vidas lo que tal signo significa, en un mundo, donde se pretende quitar, extirpar y desterrar tal símbolo (argumentando “y …que para no ofender a los que encarnan las ideologías comunistas, islamitas, hinduistas y otras” , que, a pesar de haber sido mas de uno bautizados, adhieren a tales consignas, concluyendo, que jamás entendieron el misterio de la Pasión por la cual Jesús nos reconcilió con Dios, abriéndonos, las puertas del Paraíso por toda una eternidad post mortem escatológicamente “a quienes vivan de acuerdo a la Voluntad de Dios” habiéndosenos insistentemente advertido ,que no todos, entrarán en el reino de los cielos( Mt 25) .

    / Oramos , para pedir la intercesión de santa Elena de Constantinopla en el día que conmemoramos su Festividad, especialmente, por los que están en todas estas regiones siendo perseguidos, encarcelados y ya mas de uno asesinados, alentándonos, los últimos testimonios de niños en medio de la cruel Guerra de Medio Oriente (de la que tantos cristianos, católicos y creyentes ”nominales” están desinformados, desinteresados y despreocupados, mirándose el ombligo, tras las novelerías de la “ mundanidad”, a quienes se los forzó con todo tipo de amenazas a renegar, apostatar y pisotear la cruz , sin embargo, a sus captores les respondieron: “Jamás, Jesús es Nuestro Señor y en El creemos y seguimos” siendo salvajemente degollados.

    / Imploramos, para pedir la intercesión de santa Elena de Constantinopla, para que los cristianos, católicos y creyentes , no nos dejemos presionar, ni tampoco transijamos o seamos ambiguamente concesivos con los que vienen, impulsando, en nombre de la libertad, neutralidad y respeto religioso en vistas a no ofender la sensibilidad de los no creyentes, el quitar, descolgar y ocultar las cruces ( mas de uno por sus estilos de vida los que al Mal le llaman bien y al Bien , mal…) de la misma manera que no apoyamos a los que cargan irrespetuosa, y mágicamente por cábala, porque está de última moda, guindándoles de sus cogotes, pero, sus vidas contradicen lo que la cruz supone e inspirados en los que están dando la vida por testimoniar al Cristo, a través de su ejemplaridad, heroicidad y virtuosismo , también, nosotros tengamos el coraje, la valentía y la resolución de enfrentar a quien sea, aunque, haya que pagar el precio con la propia vida por los tiempos que vienen y estar desde ya preparados .

    GRACIAS, FAVORES Y BENDICIONES PARA TODOS LOS QUE TRABAJAN EN INFO VATICANA y ORARÁN POR LAS SIGUIENTES INTENCIONES.
    ATENTAMENTE
    enrique Cheli Pedraza
    NUESTRA SEÑORA DE LAS AMÉRICAS
    [email protected]
    Argentina

  2. Las visiones de Ann Katherine Enmerick, da cierto cambio a esta version, segun la cual Constantino ya simpatizaba con el cristianismo, en cambio su madre Elena, simpatizaba con el judaismo, ante la inminencia de la conversion de su hijo, quizo que el supiera de la sabiduria judia, y Constantino siguiendo el consejo del Papa Silvestre, convoco un evento donde los sabios judios exponian sus doctrinas siendo habilmente rebatidas por el Papa Silvestre, ante tal evento fue que Santa Elena acepto convertirse al cristianismo.
    A diferencia de lo que dice Eusebio de Cesarea, el Papa Silvestre fue quien bautizo a Constantino, sanandole incluso de la lepra que padecia, ante reclamos de los familiares del emperador, se acepto indicar en el acta que el emperador se habia sanado de la lepra de la idolatria, para ocultar con una metafora la enfermedad real que padecio. Por otra parte, la cruz de Nuestro Señor, segun la beata, estaba formada por 4 tipos de madera: olivo, cipres, cedro y palma.

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