Los salvadoreños ccelebraron este sábado el 98 aniversario del nacimiento del beato Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo de San Salvador asesinado en marzo de 1980 por un francotirador .
El pasado 23 de mayo fue declarado oficialmente “beato” en una celebración en la capital de El Salvador ante miles de fieles llegados de toda América y del mundo entero. Durante la solemne celebración de beatificación, en su homilía, el Card. Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, destacó que la opción por los pobres de Romero “no era ideológica sino evangélica. Su caridad también se extendía a los perseguidores a los que les predicaba la conversión al bien y a los que aseguró su perdón, a pesar de todo”. Mons. Romero no se desanimó ante las amenazas de muerte o las críticas que recibía todos los días, de hecho, seguía adelante sin rencores a nadie, por eso, subrayó el cardenal, no es un “símbolo de división, sino de paz, armonía, hermandad. Damos gracias al Señor por su fiel servidor, que ha donado a la Iglesia su santidad y a la humanidad su bondad y mansedumbre” Poseedor de una convincente y abundante oratoria, Romero fue defensor de una opción preferencial por los pobres y denunció la injusticia social y la represión militar vigente en El Salvador. En 1980, con la muerte del arzobispo estalló una guerra civil que durró doce años dejando más de 75,000 muertos.
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