El juez cree que existe riesgo de reiteración delictiva por parte de José Donoso tras comunicarse con uno de los niños vía Whatsapp. «Yo no sabía poner Whatsapp por voz pero he aprendido para ponértelo a ti, para que veas que te quiero»; «te quiero mucho, quiero que seas bueno, que te portes bien», «esta noche hablamos, perdóname, un beso grande». Estos son algunos de los, al menos, siete mensajes de voz que José Donoso Fernández, sacerdote de 67 años que ejerció hasta enero su labor en la Parroquia de Santa Margarita, en el municipio pacense de Mengabril, envió a uno de los menores sobre los que abusó presuntamente. Los hechos se remontan a hace casi un año, cuando los servicios sociales de Mengabril, descubrieron que el párroco acogía en su casa a un matrimonio rumano con tres hijos de 13, 7 y 4 años. El sacerdote tenía un trato de favor con el mayor de ellos, que se transformó en una obsesión, según algunos vecinos del pueblo: “se lo llevaba a su casa en el pueblo vecino de Don Benito, le compró un móvil de 800 euros y ropa de marca. En el colegio se sorprendían de que el joven llevase en el bolsillo 150 euros” han señalado. El pequeño declaró en febrero ante el juez que no había sido víctima de los abusos sexuales de Donoso. Un informe forense concluyó que mentía. El sacerdote sobre él que ya pesaba una orden de alejamiento desde enero, envió otros mensajes en los que decía: “si vas esta tarde a ver a Don Enrique, te dará 10 euros, ya se lo he dicho yo […] Un gran beso”. Don Enrique es un religioso conocido de Donoso, según reconoció el acusado al juez. Ante estos mensajes y dado que existen indicios de criminalidad por los cuales dos menores habrían sido agredidos sexualmente por el mismo sacerdote, el Juzgado número dos de Don Benito (Badajoz) comunicó al cura su entrada en prisión por un presunto delito de abusos sexuales, a la espera de que un informe forense. Por esta acusación el clérigo podría enfrentarse a una pena de 12 años de prisión. Varios exseminaristas han declarado a diversos medios haber sido víctimas de Donoso en 1981 durante su etapa como profesor en el Seminario Metropolitano de San Atón, Badajoz. Uno de ellos ha indicado su disposición a declarar en la investigación actual. “Solo quiero que me pida perdón. A mí me ha destrozado la vida. No soy el único. Fuimos muchos quienes sufrimos su cólera, violencia y excesos en los pasillos del seminario”. El Obispado de Plasencia apartó a Donoso en enero de la actividad parroquial de Mengabril, donde el cura aterrizó hace cinco años. En este pequeño pueblo el sacerdote se hizo pronto famoso por sus excesos verbales. “Tened cuidado: las mujeres son muy putas”, llegó a decir ante una decena de jóvenes en una catequesis.
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Lectores de esta web que escriben comentarios llenos de odio a personas que tienen una vida complicada por cualquier causa, ¿ que tienen que decir sobre esto ?. Estos elementos tenían que ser juzgados por lo civil e ingresados en la cárcel con mafiosos y no esconderlos como hay hecho siempre. El último caso que recuerdo el de Lugo.
Desequilibrio emocional, tensión conflictual,
inmdurez afectiva ——–:- conducta inapropiada y escándalosa
Por más que el lobby gay eclesial trate de encubrirlo,
la homosexualidad es tendencia moral desordenada,
incompatible con el ministerio sacerdotal.
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Homosexualidad y pederastia caminan de la mano.
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No se pueden ignorar los hechos.
Buenos días. Me gustaría que se rectifica se está noticia puesto que actualmente Mengabril esta siendo atendido por dos sacerdotes distintos que no tienen nada que ver con don José. Son sacerdotes ejemplares y no me gustaría que se vieran perjudicados. Gracias.