«La unión homosexual suele provocar daños a la salud física, psicológica y espiritual»

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La Archidiócesis de México ha publicado un comunicado explicando por qué la Iglesia Católica se opone al reconocimiento civil de las parejas del mismo sexo.

Texto íntegro del documento de la archidiócesis de México

Es muy común que cuando un niño sale por primera vez al kinder o a la escuela, su mamá lo llene de recomendaciones (que si hace frío no se quite el sweater, que si hace calor no se asolee; que coma lo que le preparó y no lo intercambie por comida ‘chatarra’, que no beba agua de la llave, que si un compañerito estornuda, no se le acerque), todas nacidas de su corazón amoroso de madre, que no quiere que su hijito se enferme.

Y no importa si sus consejos son o no bien recibidos, ella los hace de todos modos.

Así pasa con la Iglesia. Ella, como Madre, se preocupa por todos sus hijos, quiere que estén lo mejor posible, y si percibe que corren algún riesgo, se los advierte.

Es el caso del llamado ‘matrimonio gay’.

La Iglesia se opone porque no quiere que nadie sufra los daños que este tipo de unión suele provocar: daños a la salud física, psicológica y espiritual.

Consideremos en este número el daño a la salud física.

El cuerpo humano no está diseñado para la relación homosexual.

La mujer tiene una cavidad especialmente preparada para la relación sexual, que se lubrica para facilitar la penetración, resiste la fricción, segrega sustancias que protegen al cuerpo femenino de posibles infecciones presentes en el semen.

En cambio, el ano del hombre no está diseñado para recibir, sólo para expeler. Su membrana es delicada, se desgarra con facilidad y carece de protección contra agentes externos que pudieran infectarlo. El miembro que penetra el ano lo lastima severamente: causando sangrados, infecciones, y eventualmente incontinencia, pues con el continuo agrandamiento, el orificio pierde fuerza para cerrarse.

Además, el miembro que penetra el ano entra en contacto con materia fecal, fuente de incontables bacterias y microbios, y ésta es ingerida si después se practica sexo oral. Ello no puede ser considerado una ‘alternativa normal’, y mucho menos saludable.

También en el sexo lésbico puede haber contagio de enfermedades de transmisión sexual, así como daños por la penetración de objetos que sustituyen el miembro masculino.

Según informe del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH/SIDA, emitido hace dos años, los hombres que tienen sexo con otros hombres son los principales propagadores de enfermedades de transmisión sexual.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) reportaron que en 2010, «los hombres que tienen sexo con hombres sumaron el 78 por ciento de nuevas infecciones de VIH entre los hombres y el 63 por ciento de todas las nuevas infecciones».

Más del 50 por ciento de los homosexuales que sostienen relaciones sexuales contraerán algún tipo de enfermedad de transmisión sexual: VIH, herpes, papiloma humano, sífilis, gonorrea, etc.

Es un grave problema de salud pública porque la mayoría de los homosexuales reconoce tener adicción al sexo, e inclinación hacia un estilo de vida promiscuo.

Aun sabiendo esto, la Iglesia insiste como pedía san Pablo, a tiempo y a destiempo, en que la continencia es la única solución.

Y cabe añadir, que así como sucede cuando el niño al que su mamá hizo recomendaciones, no las sigue y se enferma, que ella no lo rechaza sino lo atiende amorosamente, también la Iglesia Católica dedica su amoroso cuidado maternal a los homosexuales que enferman por tener relaciones sexuales.

Por ejemplo, cuando surgieron los primeros enfermos de SIDA y nadie se les quería acercar, no los ayudaron quienes aplaudían su estilo de vida, ni los que critican a la Iglesia por oponerse al uso del condón (del que se sabe que deja pasar virus microscópicos así que realmente no ofrece segura protección), los ayudó la Iglesia Católica, que les abrió las puertas en sus centros de salud atendidos por religiosas y un caritativo personal, que les dio atención digna hasta el final.

La Iglesia no odia a los homosexuales, los ama, y sufre si ellos sufren, por eso se opone el ‘matrimonio gay’, porque quienes participan en este tipo de unión tienen una altísima probabilidad de terminar con una grave enfermedad.

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Comentarios
0 comentarios en “«La unión homosexual suele provocar daños a la salud física, psicológica y espiritual»
  1. La Archidiócesis Mexicana mantiene la enseñanza del
    CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA, que es bien claro.
    Defender esta enseñanza no es juzgar a nadie. Es sencillamente
    enseñar y catequizar con un contenido de Verdad doctrinal.
    Mucho más cierto que la multitud de tópicos discutibles que
    atraviesan la primera encíclica que el papa jesuita ha escrito «a una mano».
    ————————
    2357 La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves (cf Gn 19, 1-29; Rm 1, 24-27; 1 Co 6, 10; 1 Tm 1, 10), la Tradición ha declarado siempre que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Decl. Persona humana, 8). Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso.»
    ——————
    Del Catecismo de la Iglesia Católica
    promulgado por SS. Juan Pablo II

  2. ¿Quién le ha dicho a ustedes que la Iglesia es la «madre de todos»? Igual que no es la madre de los musulmanes, pues tampoco será la madre de los homosexuales o los ateos. Así que, por favor, déjenlos en paz. Prediquen para los suyos, para los que van a misa, para los que creen, y dejen ustedes en paz a quienes no creemos. O de lo contrario quienes no creemos tendremos que responder, y no dejarles en paz a ustedes.

  3. Yo con la iglesia no me siento identificado,es más soy anti iglesia y hasta ahora me va bien, tengo buena salud,uso preservativos y lo más importante no abuso de niños como hacen sus curas

  4. Fíjese lo que dice el mismo documento unas líneas más abajo (página 19, y repito, esto lo dice *la propia Iglesia Católica*):
    .
    «The internalization of Church doctrine concerning celibacy/chastity reinforces many cognitive distortions, which allows the abuse to persist»
    .
    Le traduzco, por si no sabe usted inglés:
    .
    «La internalización de la doctrina de la Iglesia respecto al celibato/castidad *refuerza* muchas distorsiones cognitivas, lo que permite que el abuso persista».
    .
    ¡¡¡Telita marinera…!!! Y los católicos preocupados por los homosexuales… en fin.

  5. Los datos que proporciona Une Rainbow son manifiestamente falsos.

    El estudio que cita no es ningún documento de la Iglesia, sino una compilación revisión de estudios sobre abuso sexual sobre niños.

    Cita un par de frases de un par de estudios, de los cientos que aparecen mencionados.

    Cualquiera que lo haya ojeado puede citarle otras frasecitas de otros estudios del mismo documento:

    Plante, T.G. (1996)

    «The literature also illustrated that most Catholic priests believed to be pedophiles are in fact ephebophiles who have a preference for boys.»

    (La literatura muestra que la mayoría de los curas católicos supuestamente pedofilos eran en realidad efebofilos con preferencia por chicos)

    Ruzicka, M.F. (1997). Predictor variables of clergy pedophiles.

    «Eight out of the 10 perpetrators reported a preference for boys. »

    El problema del abuso a menores es, sobre todo, un problema de clérigos homosexuales. Esto sí que lo ha dicho la Iglesia, que tras muchos análisis de los datos ha ordenado la no admisión de homosexuales en los seminarios, tras constatar que eran el principal foco de abusos dentro de la Iglesia.

  6. Podría discutir mucho sobre lo que dice usted, pero mire, voy tan sobrao que le voy a dar la razón en todo.
    1º Vale, no es un documento «de la Iglesia Católica». Sólo es un documento colgado por los obispos de los EEUU en la página web de la Conferencia Episcopal de ese país. El famoso informe John Jay, el 1º, el original, sí lo encargó la Iglesia Católica al John Jay College, y ese dice básicamente lo mismo, o más:
    http://www.usccb.org/issues-and-action/child-and-youth-protection/upload/The-Causes-and-Context-of-Sexual-Abuse-of-Minors-by-Catholic-Priests-in-the-United-States-1950-2010.pdf
    .
    pero le concedo ese punto.
    .
    2º No cito un par de frases, cito tres, una con una cifra del 8.4%, otra del 6% y otra del 39%, dando por correcta la del 8.4% (por ser un estudio más amplio), pero mencionando que hay estudios que dan cifras menores y otras mayores. Pero venga, va, le concedo el punto. Es cierto que debería haber citado al menos 50 de esos «cientos» de estudios (¿los ha contado usted? ¿son realmente «cientos» o es una manera de hablar?). Confieso que no me he leído el documento entero.
    3º Ya digo que le concedo el punto, y me llega con sus propias frases:
    – Muchos sacerdotes no van a por niños/as de 6-10 años, sino que le van los adolescentes, de 12-16 años. Pues vale.
    – 8 de cada 10 curas tenían preferencia por chicos. Pues vale. ¿Y? Básicamente es lo mismo que he dicho yo, ¿no?
    .
    A mí esos detallitos me importan realmente un comino. Lo importante no es si le gustan de 8 años o de 12 años, que es igualmente un delito. Lo importante no es si van a por niñas o a por niños, que es igualmente un delito. Lo importante es saber COMO de grande es este problema. Y ahí usted no dice nada, qué casualidad. La cifra del 8.4% de prevalencia, como digo, es la del estudio más extenso (¿o no?). Y es la que responde a la MENTIRA de pasaba por aquí, que dijo que entre el clero había menos casos de pederastia que entre el resto de la población. Eso es FALSO. La pederastia entre el clero es un problema de dimensiones colosales. Uno de cada 12 es una barbaridad.
    Y antes este problema colosal usted me sale con tonterías que si no son 8 añitos, que son 14, que no es pedofilo, que es ebofilo, que es porque son homosexuales, etc, etc… de coña marinera.
    .
    Por último, ¿cómo resolvería usted el tema de los curas homosexuales en el seminario? ¿preguntándoles a ellos si son homosexuales? ¿qué cree que le van a responder? En fin…

  7. Se escribe Goebbels.
    Yo no puedo mentir al remitir una página web de la Iglesia Católica y reproducir sus datos, no sé si se da usted cuenta. Es lo único que he hecho. Nadie rebate esas cifras, por cierto.
    .
    Y yo no miento simplemente porque a usted le de la gana de decir que yo miento. No sé si se da usted cuenta.

  8. Oh my god…el título: «La unión homosexual suele provocar daños a la salud física, psicológica y espiritual», lo que se les olvidó añadir: «Según la archidiócesis de México».

  9. El tratamiento de la cuestión homosexual debe ser en su verdad biológica, médica, social y moral. Y esto es lo que el lobby gay no quiere consentir.

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