Ámame tal como eres

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Hoy les traemos una hermosa oración escrita por el beato Charles de Foucauld. Diametralmente opuesta a lo que Benedicto XVI y el Papa Francisco condenan y llaman «pelagianismo de los píos», esta oración es un bálsamo de esperanza. La suma de actos perfectos no hacen a un hombre perfecto. Dios nos quiere con nuestra miseria.

ÁMAME TAL COMO ERES

Conozco tu miseria, las luchas y tribulaciones de tu alma, la debilidad y las dolencias de tu cuerpo; conozco tu cobardía, tus pecados y tus flaquezas. A pesar de todo te digo: dame tu corazón, ámame tal como eres.

Si para darme tu corazón esperas ser un ángel, nunca llegarás a amarme. Aún cuando caigas de nuevo, muchas veces en esas faltas que jamás quisieras cometer y seas un cobarde para practicar la virtud, no te consiento que me dejes de amar. Ámame tal como eres.

Ámame en todo momento cualquiera que sea la situación en que te encuentras, de fervor o sequedad, de fidelidad o de traición. Ámame tal como eres.

Déjate amar. Quiero tu corazón. En mis planes está moldearte, pero mientras eso llega, te amo tal como eres.

Y quiero que tú hagas lo mismo. Deseo ver tu corazón que se levanta desde lo profundo de tu miseria: amo en ti incluso tu debilidad. Me gusta el amor de los pobres, quiero que desde la indigencia se levante incesantemente este grito: Te amo, Señor. Lo que me importa es el canto de tu corazón. ¿Para qué necesito yo tu ciencia o tus talentos?

No te pido virtudes, y aún cuando yo te las diera, eres tan débil, que siempre se mezclaría en ellas un poco de amor propio. Pero no te preocupes por eso… preocúpate sólo de llenar con tu amor el momento presente.

Hoy me tienes a la puerta de tu corazón, como un mendigo, a mí que soy el Señor de los señores. Llamo a tu puerta y espero. Apresúrate a abrirme. No alejes tu miseria. Si conocieras plenamente la dimensión de tu indigencia, morirías de dolor. Una sola cosa podría herirme el corazón: ver que dudas y que te falta confianza.

Quiero que pienses en mí todas las horas del día y de la noche No quiero que realices ni siquiera la acción más insignificante por un motivo que no sea el amor. Cuando te toque sufrir yo te daré fuerzas. Tu me diste amor a mí. yo te haré amar a ti más de lo que hayas podido soñar. Pero recuerda solo esto: ámame tal como eres.

                                    Beato Charles de Foucauld

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Comentarios
7 comentarios en “Ámame tal como eres
  1. Bellísima oración para reflexionar. El Señor nos tiende su mano una y otra vez cuando volvemos a caer en nuestras miserias,. Gracias Señor por estar siempre ahí y no darnos la espalda, espantado de nuestros pecados. Gracias por aceptarme tal como soy , así tu gran misericordia hará que me avergüence de lo que te ofendo y busque tu perdón y la gracia de la verdadera reconciliación.

  2. Quien diga que esta poesía se contrapone al magisterio de Benedicto XVI o al de Francisco no sabe lo que dice. Todo es perfectamente asumible por la teología ascética y mística, porque lo importante es la caridad, sin ella ninguna virtud lo es, como tampoco ningún dolor de corazón. No se habla de pasividad, sino de la actividad más intensa que es la del amor a Dios.

  3. Esta oración es puro evangelio.
    No puede contraponerse al mensaje de ningún Papa y desde luego ni al de Benedicto ni al de Francisco
    A lo que si se contrapone es a esa teología de condenación y apocalipsis que tantas veces escuchamos y generalmente de quienes no transmiten mucho amor y caridad hacia Francisco (se hecho ni siquiera a Benedicto o Juan Pablo, a quienes culpan de todos los males)
    Además se complementa perfectamente con otra gran oración del mismo beato: «Padre me pongo en tus manos, haz de mi lo que quieras, sea lo que sea. Te doy las gracias. Lo acepto todo con tal que tu voluntad se cumpla en mi……»

  4. Si el pelagianismo está condenado por la Iglesia, también lo está el molinismo. La teología de la gracia y de la libertad humana no está perfectamente clarificada por la Iglesia; sino que se lo pregunten a los Dominicos y a los Jesuitas que llevan debatiendo desde siglos.
    Dicho todo esto se puede comprender que respuestas simplistas de una u otra de las herejías mencionadas, son difíciles. La respuesta, o una posible respuesta al problema, está en que la Gracia es la que actúa (frente al pelagianismo) pero quiere la colaboración humana no poniendo trabas y trabajando con (frente al molinismo). El simil del coche y el freno: el motor es Dios pero se nos pide que no frenemos y manejemos el volante. Y los similes, siempre son deficientes.
    La oración de Foucold está muy bien , pero puede llevar al molinismo. Oramos según el Espíritu, pero también según nuestra propia idiosincrasia y nuestro momento, no hace falta nada mas que repasar los salmos. Dios nos quiere a pesar de lo que somos y en nuestro estado, pero quiere también quiere que colaboremos con El mejorando en lo posible según sus gracias. Entre otras cosas porque el amor busca el bien del amado y su perfección y crecimiento si es posible; el amor no es pasivo ni pasota con respecto a los talentos que puede desarrollar el otro.
    En frase de San Francisco de Sales: hay que amar la propia abyección en cuanto que es nuestra realidad humana (lo expresa bien la oración) pero, suavemente (el arte de aprovechar nuestras faltas) hay que tender a la perfección porque Dios lo quiere.
    En fin que otros teólogos hay. Y desde siglos. Pero dar la solución al problema con sólo la oración, llama al menos a confusión.

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