Carta de una condenada a muerte por su fe

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  Asia-Bibi_TINIMA20120223_1130_18 Carta de Asia Bibi, condenada a muerte en Pakistán por su fe católica, a su familia.  El caso Bibi saltó a los medios en noviembre de 2009. En el mes de junio Bibi, quien es campesina, fue enviada a buscar agua mientras trabajaba en un campo, por lo que otras mujeres musulmanas protestaron ya que, al no no ser ella musulmana, contaminaría el recipiente y lo haría impuro. Le exigieron abandonar su fe cristiana y se convirtiera al Islam, a lo que ella se opuso. En su defensa, respondió a sus compañeras que «Cristo murió en la cruz por los pecados de la humanidad» y preguntó a las mujeres qué había hecho Mahoma por ellas. Ellas, al oir tales palabras, acudieron al imán local, esposo de una de ellas, quien la denunció a la Policía por el delito de blasfemia. Y es que el artículo 295 del Código Penal de Pakistán pena con la muerte blasfemar contra el profeta del Islam. El juez, Naveed Iqbal, quien la condenó a muerte, entró en la celda y le ofreció convertirse al islam para salir libre. Asia respondió que prefería morir como cristiana que salir de la prisión siendo musulmana. Bibi también añadió a su abogado: «he sido juzgada por ser cristiana. Creo en Dios y en su enorme amor. Si el juez me ha condenado a muerte por amar a Dios, estaré orgullosa de sacrificar mi vida por Él». Agrupaciones cristianas: católicas y Evangelicos (protestantes), trabajan para evitar su muerte. El Papa Benedicto XVI pidió el indulto para Noreen. Ella ha reconocido que se siente «honrada» ante el llamamiento realizado por Benedicto XVI a su favor y ha declarado que «es un privilegio saber que ha hablado de ella y que ha seguido su caso personalmente» y espera «vivir lo suficiente para poder agradecérselo en persona». Es posible que Bibi sea indultada por el Alto Tribunal, sin embargo el imán local amenazó con que si se es perdonada o puesta en libertad, algunas personas «tomarán la ley en sus propias manos». La joven cristiana ha subrayado que, aunque el Tribunal declarara su inocencia, «no sobreviviría» porque «los extremistas no la dejarían en paz nunca» a ella y a su familia. Permanece en aislamiento y cocina su propia comida para evitar ser envenenada. El Imán Yusef Qureshi, de Peshawar, ha ofrecido casi 4.400 dólares por la muerte de la madre católica, que lleva ya dos años en la galería de la muerte. Pese a su situación, permanece esperanzada y firme en su fe inquebrantable». A continuación, la carta: Mi querido Ashiq, mis queridos hijos: (…) Desde que he vuelto a mi celda y sé que voy a morir, todos mis pensamientos se dirigen a ti, mi amado Ashiq, y a vosotros, mis adorados hijos. Nada siento más que dejaros solos en plena tormenta. Tú, Imran, mi hijo mayor de dieciocho años, te deseo que encuentres una buena esposa, a la que tú harás feliz como tu padre me ha hecho a mí. Tú, mi primogénita Nasima, de veintidós años, ya tienes tu marido, con una familia que tan bien te ha acogido; da a tu padre pequeños nietecitos que educarás en la caridad cristiana como te hemos educado nosotros a ti. Tú, mi dulce Isha, tienes quince años, aunque seas medio loquilla. Tu papá y yo te hemos considerado siempre como un regalo de Dios, eres tan buena y generosa… No intentes entender por qué tu mamá ya no está a tu lado, pero estás tan presente en mi corazón, tienes en él un lugarcito reservado nada más que para ti.

El esposo y las hijas de Asia Bibi
El esposo y las hijas de Asia Bibi
«No soy musulmana, pero soy buena pakistaní, católica y patriota, devota de mi país como de Dios.» Sidra, no tienes más que trece años, y bien sé que desde que estoy en prisión eres tú la que se ocupa de las cosas de la casa, eres tú la que cuida de tu hermana mayor, Isha, que tanto necesita de ayuda. Nada siento más que haberte conducido a una vida de adulto, tú que eres tan jovencita y que deberías estar todavía jugando a las muñecas. Mi pequeña Isham, sólo tienes nueve años, y vas a perder ya a tu mamá. ¡Dios mío, qué injusta puede ser la vida! Pero como continuarás yendo a la escuela, quedarás bien armada para defenderte de la injusticia de los hombres. Mis niños, no perdáis ni el valor ni la fe en Jesucristo. Os sonreirán días mejores y allá arriba, cuando esté en los brazos del Señor, continuaré velando por vosotros. Pero por favor, os pido a los cinco que seáis prudentes, os pido no hacer nada que pueda ofender a los musulmanes o las reglas de este país. Hijas mías, me gustaría que tuvierais la suerte de encontrar un marido como vuestro padre. Ashiq, a ti te he amado desde el primer día, y los veintidós años que hemos pasado juntos lo prueban. No he dejado nunca de agradecer al cielo haberte encontrado, haber tenido la suerte de un matrimonio por amor y no concertado, como es costumbre en nuestra provincia. Teníamos los dos un carácter que encajaba, pero el destino está ahí, implacable… Individuos infames se han cruzado en nuestro camino. Hete ahí, solo con los frutos de nuestro amor: guarda el coraje y el orgullo de nuestra familia. Hijos míos, (…) papá y yo hemos tenido siempre el deseo supremo de ser felices y de haceros felices, aun cuando la vida no es fácil todos los días. Somos cristianos y pobres, pero nuestra familia es un sol. Me habría gustado tanto veros crecer, seguir educándoos y hacer de vosotros personas honestas… ¡y lo seréis! (…) No sé todavía cuándo me cuelgan, pero estad tranquilos, amores míos, iré con la cabeza bien alta, sin miedo, porque estaré en compañía de Nuestro Señor y con la Virgen María, que me acogerán en sus brazos. Mi buen marido, continúa educando a nuestros niños como yo habría deseado hacerlo contigo. Ashiq, hijos míos amadísimos, os voy a dejar para siempre, pero os amaré por toda una eternidad. Mamá. Publicada en el libro ¡Sacadme de aquí!

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Comentarios
0 comentarios en “Carta de una condenada a muerte por su fe
  1. Que Mujer!!!! Ejemplo a seguir en su fe, amor y servicio a Dios, roguemos porque Dios permita su libertad y se reúna lo más pronto posible a su querida familia.

  2. Chúpate esa mandarina.
    Bendito el vientre que te llevó y los pechos que te amamantaron. Me voy a la cama a examinar mi fe, mi testimonio y mi papel de padre. Dios te bendiga Asia, por el bien que nos hace tu fe. Mañana rezaré con mi familia por tí y por tu familia.

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