‘Permiso, perdón y gracias’, las palabras claves de la vida en familia

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Papa Francisco niños Durante su audiencia general en el día de la Virgen de Fátima, el Santo Padre ha puesto de manifiesto la necesidad de educar en el respeto, la gratitud y la reconciliación. La vida cotidiana y real de la familia en cuya puerta están escritas tres palabras: permiso, gracias, perdón. Este ha sido el tema de la catequesis de Francisco para este 13 de mayo de 2015 en la plaza de San Pedro. El obispo de Roma aseguró que las palabras permiso, gracias, perdón son más fáciles de decir que de poner en práctica, pero que son absolutamente necesarias, porque están vinculadas a la buena educación, en su sentido genuino de respeto y deseo del bien, lejos de cualquier hipocresía y doblez. El Santo Padre explicó que “la palabra permiso nos recuerda que debemos ser delicados, respetuosos y pacientes con los demás, incluso con los que nos une una fuerte intimidad. Como Jesús, nuestra actitud debe ser la de quien está a la puerta y llama. Dar las gracias parece un signo de contradicción para una sociedad recelosa, que lo ve como debilidad. Sin embargo, la dignidad de las personas y la justicia social pasan por una educación en la gratitud. Una virtud, que para el creyente, nace del corazón mismo de su fe. Finalmente, el perdón es el mejor remedio para impedir que nuestra convivencia se agriete y llegue a romperse. El Señor nos lo enseña en el Padrenuestro, aceptar nuestro error y corregirnos es el primer paso para la sanación. «Esposos, no terminen nunca el día sin reconciliarse», ha pedido el Papa Francisco. El Papa concluyó su audiencia invitando a pedir «que el Señor nos ayude a colocar estas tres palabras en su justo lugar, en nuestro corazón, en nuestra casa, y también en nuestra convivencia civil».

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Comentarios
0 comentarios en “‘Permiso, perdón y gracias’, las palabras claves de la vida en familia
  1. Queridos hijos de mi grata comunidad conocida como Franciscanos de la Inmaculada: como bien sabéis, mi corazón rebosa cariño y comprensión hacia todos los que componéis con el corazón abierto a Cristo la gran Familia que es la Iglesia, presidida por el Padre y guiada por el Hijo y el Espíritu Santo. Por eso quiero solicitar vuestro PE$RMISO y comprensión ante mi decisión de enviaros un «inspector», para que verifique la concordia que reina entre vosotros y, con ternura y bondad, os sugiera, si fuere necesario, una leve adaptación a los tiempos presentes, respetando por completo vuestra dignidad y la de vuestro fundador ydando por sentada vuestra firmísima adhesión a la tradición apostólica. Si no obrare de este modo, me anticipo a pediros PERDÓN por los sufrimientos innecesarios que de su visita se derivaren, cuya prolongación evitaré con sumo celo, y os expreso mis más fervientes GRACIAS tanto por vuestra vida ejemplar que habeis pracicdo como por la forma tan cristiana y plena de caridad con que, estoy seguro, acogeréis a mi delicado y prudente nuntius.
    Francisco
    N.B.: Según nos informa el servicio italiano de correos, esta misiva sigue extraviada en paradero desconocido.

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