El Arzobispo emérito de Chicago falleció ayer después de luchar contra el cáncer durante años.
Uno de los grandes electores de Benedicto XVI, nacido el 16 de enero de 1937 en Chicago, Estados Unidos, además se trata del primer nativo de Chicago en convertirse en arzobispo de la ciudad. Francis George entró en la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada el 14 de agosto de 1957. Estudió teología en la Universidad de Ottawa en Canadá y fue ordenado sacerdote en 1963. Realizó la licenciatura en filosofía en la Universidad Católica de América en Washington DC y posteriormente obtuvo el doctorado en filosofía en la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, Louisiana. De 1973 a 1974 fue superior provincial de la Provincia del Medio Oeste de los Oblatos en Saint Paul, Minnesota. Ese último año fue elegido Vicario General de los Oblatos y trabajó en Roma hasta 1986. Regresó a Estados Unidos y se convirtió en el coordinador del Círculo de becarios del Centro Cambridge para el Estudio de la Fe y la Cultura en Massachusetts (1987-90). Realizó al mismo tiempo estudios de doctorado en teología en la Pontificia Universidad Urbaniana, en Roma, con una especialización en la eclesiología, el cual completó en 1988. El Papa Juan Pablo II lo nombró Obispo de Yakima, en el estado de Washington, en 1990. Fue promovido a la sede metropolitana de Portland en 1996 para ser trasladado tan solo un año después, en 1997, a la sede metropolitana de Chicago. Creado Cardenal presbítero, el 21 de febrero de 1998, recibió el título de “S. Bartolomeo all’Isola Tiberina”, iglesia situada en la conocida isla del Tíber. Desde 1990 es Moderador Episcopal y miembro del Consejo de la Oficina Nacional Católica para las Personas con Discapacidad. Él aporta experiencia personal para este cargo, ya que a la edad de trece años fue atacado durante cinco meses por la poliomielitis que le causó daños irreparables a las piernas. También fue el Moderador Episcopal del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, desde 1990 hasta 1997. Lea su perfil completo aquí.
Ayuda a Infovaticana a seguir informando
Con su muerte y con la pérdida de derechos electorales del emérito de Filadelfia, Rigali, queda despejado el camino al cardenalato de los arzobispos Cupich y Chaput.
Ojalá Chaput sí y Cupich no.
El legado de este gran cardenal para nosotros, los que tenemos que seguir soportando todo lo que conlleva este pontificado, está contenido en su entrevista del noviembre del año pasado: “Francisco ha creado expectativas que no puede cumplir” (http://www.infovaticana.com/2014/11/18/francisco-ha-creado-expectativas-que-puede-cumplir/).
El Cardenal Francis George ahí nos enseña a no caer en un ciego papalismo nominalista, que acoge cualquier iniciativa o pronunciamiento papal con júbilo y aplausos, sin consultar previamente la razón en cuanto a su consistencia con la Verdad de la Fe, enseñada en el Catecismo de la Iglesia Católica, en concordancia con la Sagrada Escritura, a la luz del Magisterio y la Tradición. Especialmente este pontificado necesita urgentemente el acompañamiento crítico de los fieles de a pié, para que no los lleve a la confusión y el error. Lo mínimo que podemos hacer, es formular preguntas críticas al autor de tanta confusión y lío destructor en la Iglesia, como lo ha hecho el célebre cardenal difunto.
Pues yo prefiero a Gómez y a Chaput