El portavoz de la Conferencia Episcopal olvida que con la Sentencia del Tribunal Constitucional de 1985 se permitió el asesinato de más de un millón de seres humanos inocentes. El portavoz de la Conferencia Episcopal ha interrumpido su silencio de las últimas semanas para hablar de la clase de religión, la ley del aborto y la denuncia interpuesta contra varias diócesis por un asunto de memoria histórica. Gil Tamayo afirma que la doctrina del alto tribunal «va en las claves de leer nuestra constitución en las claves de protección a la vida de un ser humano en gestación, que ciertamente ha de conciliarse, y tiene que es, pero nunca a costa de la muerte de un ser inocente». La realidad es que el Tribunal Constitucional dictó el 11 de abril de 1985 su Sentencia 53/1985, que consagraba la despenalización del aborto en tres supuestos, según la ley del gobierno socialista, ley con la que tuvieron lugar en España más de un millón de abortos. Sobre el aborto y la reforma fraudulenta de la ley del aborto que aprueba esta tarde el Congreso, el portavoz ha afirmado lo siguiente: «Le garantizo que no ha cambiado un ápice la posición de la Iglesia en este punto, y le recuerdo que sacamos una nota de la Comisión permanente en octubre, con motivo de la retirada de la reforma Gallardón, y en esa nota se venía a sintetizar que no se puede legitimar la muerte de un inocente. Este principio es invariable por parte de la Iglesia: La vida humana es sagrada e inviolable y ha de protegerse desde su nacimiento hasta su muerte natural. Esto es innegociable y no solo desde una perspectiva religiosa sino desde una perspectiva de humanidad. Proteger y custodiar la vida humana es tarea de todos, principalmente de los gobiernos. Lógicamente una reforma que aminore la ley actual, la ley vigente, que desgraciadamente, aunque no sea explícitamente, toda su configuración establece como un derecho eliminar a un inocente. Algo que se aminore en esto, como que las menores de 18 años necesiten autorización paterna, es integrar entre otras cosas también a los padres en una cuestión que siempre es difícil y traumática para una mujer, no estamos ante una cuestión que se puede ver con indiferencia, hay un dolor, hay un sufrimiento, en el que la mujer tiene un protagonismo, y la Iglesia quiere mirarla con un afecto especial para ayudarle, y yo creo que el ámbito de actuación política tiene que ir en la protección de la mujer, pero con políticas que ayuden a la vida familiar, a la maternidad, y es ahí donde tiene que haber un empeño para que el recurso al aborto, un mal radical, sea erradicado en nuestra sociedad. Que seamos capaces, con políticas sociales, a ayudar erradicar desde ese punto de vista… También quisiera dejar muy claro que nos sigues sorprendiendo la tardanza del TC en pronunciarse sobre la inconstitucionalidad de la vigente ley del aborto. En justicia, los retardos no favorecen la justicia, sobre todo cuando hay toda una doctrina constitucional precedente del alto tribunal que va en las claves de leer nuestra constitución en las claves de protección a la vida de un ser humano en gestación, que ciertamente ha de conciliarse, y tiene que es, pero nunca a costa de la muerte de un ser inocente, por tanto reclamar que de una vez después de todo, este tiempo de espera injustificable, de una vez el TC, que tiene un deber para con la sociedad española, se pronuncie a este respecto: El aborto no es solamente una cuestión política, sino de humanidad, y la voz no puede ser solo del ámbito político, del ámbito de la sociedad civil. La Iglesia no entra en negociación con el derecho a la vida, porque no es negociable.» Josemaría Gil Tamayo ha sido preguntado también sobre la clase de religión, de la que ha afirmado: «Yo no tengo especialmente nada que añadir sino simplemente que las declaraciones del secretario general del PSOE están un contexto electoral, con lo cual la descodificación hay que hacerla en esa clave. Segundo que está pedido de manera mayoritaria por los padres la clase de religión, cada año más de un 70% de los padres la eligen, en virtud del derecho constitucional de educar a sus hijos conforme a sus convicciones. Tercero también recordar que la inmensa mayoría de los ciudadanos de este país son católicos, lo dicen así las encuestas, y en su inmensa mayoría también es la masa de los votantes de uno y otro partido. Lógicamente a la hora de estos discursos en una clave electoral hay que tener en cuenta que la masa electoral está formada en gran parte en este país por católicos que quieren ser consecuentes con su tradición religiosa y sus convicciones.» Sobre la memoria histórica y la noticia del día, Gil -Tamayo ha asegurado que «la Iglesia vive de la memoria agradecida de Jesucristo, y cumplirá exquisitamente la legalidad.»
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