Este jesuita, conocido por su destacada labor durante la transición española, ha entregado su alma a Dios tras más de 50 años de sacerdocio.
El domingo 29 de marzo ha fallecido el P. José María Martín Patino SJ, un día antes de cumplir los 90 años de edad, con 72 años de jesuita y 54 de sacerdote. La misa exequial será hoy lunes 30 de marzo a las 10:30h en la parroquia San Francisco de Borja (Maldonado, 1) de Madrid. Martín Platino destacó por su papel en la transición española, cuando era secretario del cardenal de la archidiócesis de Madrid, Vicente Enrique y Tarancón. Durante estos años de tensiones políticas, este jesuita medió en las relaciones Iglesia-Estado, convirtiéndose en una figura clave. Como ejemplo, podemos tomar la conocida homilía pronunciada por el cardenal Tarancón en la iglesia de Los Jerónimos, detrás de la cual se encontraba la mano de Josá María Martín Platino. «La Iglesia no patrocina ninguna forma ni ideología política y, si alguien utiliza su nombre para cubrir sus banderías, está usurpándolo manifiestamente», señaló con firmeza Tarancón ante el entonces rey de España, Juan Carlos I. Este sacerdote nació el 30 de marzo de 1925 en Lumbrales (Salamanca). Entra en la Compañía de Jesús el 9 de septiembre de 1942. Es ordenado sacerdote el 31 de julio de 1957 en Frankfurt (Alemania). Hace los últimos votos en la Compañía el 15 de agosto de 1960, en Salamanca. Licenciado en Filosofía Eclesiástica por la Universidad Pontificia Comillas, en Filosofía Clásica por la Universidad de Salamanca y en Teología por la Sant Georgen de Frankfurt, se doctoró en esta materia por la Universidad Gregoriana de Roma. Fue durante muchos años profesor de Teología de la Universidad Pontificia de Comillas. En 1985 creó la Fundación Encuentro, con la finalidad de estudiar desde diferentes ángulos los problemas de la sociedad española y promover el diálogo para su resolución. Esta fundación fue también, durante los años posteriores a la transición, un lugar de encuentro entre la cabeza de la Iglesia en Madrid y los líderes de distintas tendencias políticas. En la actualidad, la organización publica un informe anual de la realidad social de España, tarea que lleva realizando desde 1993. Fue galardonado con numerosos premios y reconocimientos como «Figura Religiosa del Año» según el Diario Pueblo, el Premio Ondas en 1978, Premio Fernando Abril Martorell, Premio Fundetec, el Premio Blanquerna o la Creu de Sant Jordi. Martín Patino trabajó activamente en los medios de comunicación. Fue asesor del director general de RTVE, colaboró durante años con La Gaceta Ilustrada, El País y ABC y dirigió la revista jesuita Sal Terrae.
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El espíritu reconciliador de Santiago Carrillo no debiera desaparecer. Lo necesitamos hoy, quizá más que durante la Transición.
Quizá valga recordar dos recuerdos personales.
A primeros de mayo de 1973 acompañaba al cardenal Tarancón en una visita de varios días a la Archidiócesis de París. Queríamos ver cómo funcionaban las diócesis urbanas que acababan de encomendarse a los obispos auxiliares. Estábamos pensando en nuestras futuras diócesis de Alcalá y Getafe todavía fundidas con la de Madrid.
Se enteró Santiago Carrillo de que Tarancón estaba en París y a través del corresponsal del YA me envió el recado de que deseaba entrevistarse con el cardenal de Madrid. Le dimos vueltas a esta posibilidad. El lugar no nos parecía apropiado, pero por ambas partes, se consideraba interesante la entrevista. En nombre del cardenal tuve que responderle: Seguimos con interés su actividad política de “reconciliación de los españoles” a partir del V Congreso del Partido, que tomó esta decisión por iniciativa de usted. Pero París no es lugar para este encuentro. Esperamos que nos podamos ver en Madrid mismo. Será una buena noticia.
Santiago vino a Madrid, como es conocido, y Alfonso Comín me habló enseguida de la conveniencia de la entrevista prometida. En efecto, tuvo lugar una tarde veraniega antes de comenzar los trabajos de la Constitución. Santiago comenzó la conversación: “Sr. Cardenal: Usted y yo nos parecemos mucho. Somos los primero que llevamos hablando de la reconciliación de los españoles desde el año 1950. Los dos fumamos tabaco de alimento y somos muy cafeteros. Tenemos que entendernos. El cardenal Tarancón le interrumpió inmediatamente: “Pero estos parecidos no me obligarán a recibir el carnet del partido”
Carrillo soltó la carcajada y añadió inmediatamente: “Se trata nada menos que de apoyar el sistema democrático para todos los españoles. Usted trata con mucha gente y puede ayudarnos”.
Allí mismo se concretaron algunas cosas, como la laicidad del Estado en su versión más moderada de “no tener una religión oficial”, la libertad y ayuda económica a las escuelas católicas y la moderación por el Estado del vínculo matrimonial.
Tengo que decir que Santiago Carrillo demostró su fidelidad y eficacia en estas tres cuestiones.
Además, Carrillo dio muestras de agradecimiento. Muerto en Sr. cardenal, cuando nos disponíamos a celebrar el centenario de su nacimiento, Santiago Carrillo fue el primero que me llamó para organizar un acto de homenaje. No se llegó a celebrar.
Fundación Encuentro ha escrito una nota nueva: Carrillo, Reconciliador por José Mª Martín Patino.
19 de septiembre de 2012 a la(s) 5:30 ·
¿Hacen falta más comentarios sobre el arrupita avant la lettre Patino?
JOEL, PATINO, como su propio nombre indica, patinaba en historia, y en otras cosas. Mas parece un político muñidor de componendas que un sacerdote.
JOEL, no seas tan ingenuo. El espíritu de reconciliación de Carrillo, solo de duro la transición, luego, en cuanto le echaron del PCE, volvía a desbarrar, como una vieja despechada.
Carrillo, a pesar de su buen papel en la transición y de que sus principales crímenes habían prescrito, era un asesino de masas y algo pero, alguien implacable incluso con los suyos. Es posible que lo único bueno que hizo en su vida aparte de moderarse un poco en la transición fuese convertirse en el último momento, algo de lo que me alegro.
Cualquier persona que conozca bien la trayectoria de Carrillo y hay desde hace mucho tiempo un buen puñado de libros que la explican de un modo u otro, no puede escribir como lo hace Patino y Resbalo.
Al menos como sacerdote. Ahi se le ve sobre todo su veta política que parece opacar totalmente la eclesial.
Afortunadamente la Iglesia que representa Patino y Resbalo es una igleisa que se acerca Dios a pasos agigantados, recemos porque el Señor los acoja a todos lo antes posible. Allí seguro que se le olvida de una vez la política.
Lo que es de coña es el premio figura religiosa del año del diario Pueblo, no me imagino si este era la figura como sería el peor.
Patino era un político mediocre (jesuita, pero eto élesta condición suya la utilizaba para hacer política en el peor sentido de la palabra) que colaboró para que la situación política de España sea hoy en día la que es, es decir, pésima. Por lo demás, no estaba en counión con la Iglesia ni con el Papa en materias esenciales como la indisolubilidad de matrimonio. Que Dios le haya perdonado.