El portavoz de la CEE ha declarado en rueda de prensa que «toda ley del aborto es injusta» y que la Conferencia Episcopal tiene «tolerancia cero» con los que cometan abusos sexuales.
«Al reducir el horario de la clase de religión se traslada en reducción de puestos laborales de profesores de religion, en su inmensa mayoria padres de familia, laicos, que han hecho de esta opción un modo y un medio de vida», se lamentaba el sacerdote Gil-Tamayo refiriéndose a la reducción del numero de horas lectivas de religión con la Ley Wert.
La Iglesia tendrá una «tolerancia cero» con aquellos sacerdotes que cometan abusos sexuales pero sin olvidar su derecho a la presunción de inocencia. Así lo ha manifestado José María Gil Tamayo, actual Secretario General de la Conferencia Episcopal, en la rueda de prensa que ha ofrecido para informar de los trabajos de la reunión de la Comisión Permanente, celebrada los días 24 y 25 de febrero.
Entre los diversos temas sobre los que los obispos españoles han trabajado en estos días, se encuentra el asunto de los abusos sexuales a menores y cómo la Iglesia en España va a seguir las directrices marcadas por el Papa Francisco a este respecto.
«Siempre y en todo, ayuda y cercanía a las víctimas», esa es la actitud que según Gil Tamayo debe tomarse ante los casos de abusos sexuales. Pero también ha querido recalcar la importancia de preservar la presunción de inocencia de los sacerdotes denunciados, para no caer nunca en la calumnia.
Respecto a la nueva reforma de la ley del aborto, el Secretario General de la CEE ha denunciado que toda ley del aborto es injusta porque no se puede legitimar la muerte de un inocente. Para Gil Tamayo, la «reforma Gallardón» concebía todavía al no nacido como alguien que debía ser protegido por la ley, estaba «todavía en una línea de supuestos y no de plazos como la ley Aído» y se respetaba la libertad de conciencia. Pero el aborto no es un derecho, lo es la vida, y toda reforma es insuficiente porque «si se parcializa el derecho a la vida se entra en una dinámica de debilidad de nuestra propia humanidad».
Otro de los temas abordados por la Comisión Permanente ha sido el nuevo currículo de la asignatura de Religión. Gil Tamayo ha declarado que los obispos no están satisfechos con cómo ha quedado la asignatura de Religión en la Lomce. Cree que esta asignatura recibe un tratamiento insuficiente y «no desarrolla de forma completa el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas». «Al reducir el horario de la clase de religión se traslada en reducción de puestos laborales de profesores de religion, en su inmensa mayoria padres de familia, laicos, que han hecho de esta opción un modo y un medio de vida», se lamentaba el sacerdote.
El portavoz de la Conferencia Episcopal se ha lamentado de que en nuestro país todavía la presencia en el ámbito escolar del hecho religioso no está debidamente aceptada.
Durante la reunión de la Comisión Permanente también se han seguido otras líneas de estudio, como la necesidad de una distribución del clero para que las diócesis con un mayor número de sacerdotes atiendan a aquellas en las que la presencia del clero es más reducida. Para la Conferencia Episcopal, es necesario llevar a cabo con urgencia una tarea de ayuda sacerdotal coordinada.
Respecto al Sínodo de las Familias que tendrá lugar el próximo mes de octubre, Gil Tamayo ha anunciado que la Conferencia Episcopal publicará los resultados de los cuestionarios que se han enviado a las diócesis junto con una síntesis de las propias reflexiones de la Conferencia Episcopal elaborada por la subcomisión de familia y vida.
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