San Modesto de Tréveris

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Su apelativo bien pronunciado indica al poseedor de una virtud altamente costosa de conseguir y dice mucho con relación a la templanza que ayuda al perfecto dominio de sí. Buen servicio hizo esta virtud al santo que la llevó en su nombre.

(Mercaba.org)- El pastor de Tréveris trabaja y se desvive por los fieles de Jesucristo, allá por el siglo V. Lo presentan los escritos narradores de su vida adornado con todas las virtudes que debe llevar consigo un obispo.

Modesto es un buen obispo que se encuentra con un pueblo invadido y su población asolada por los reyes francos Merboco y Quildeberto. A su gente le pasa lo que suele suceder como consecuencia del desastre de las guerras. Soportan todas las consecuencias del desorden, del desaliento, del dolor de los muertos y de la indigencia. Están descaminados los usos y costumbres de los cristianos; abunda el vicio, el desarreglo y libertinaje. Para colmo de males, si la comunidad cristiana está deshecha, el estado en que se encuentra el clero es aún más deplorable. En su mayor parte, están desviados, sumidos en el error y algunos nadan en la corrupción.

El obispo está al borde del desaliento; lleno de dolor y con el alma encogida por lo que ve y oye. Es muy difícil poner de nuevo en tal desierto la semilla del Evangelio. Humanamente la tarea se presenta con dificultades que parecen insuperables.

Reacciona haciendo cada día más suyo el camino que bien sabía habían tomado con éxito los santos. Se refugia en la oración; allí gime en la presencia de Dios, pidiendo y suplicando que aplaque su ira. Apoya el ruego con generosa penitencia; llora los pecados de su pueblo y ayuna. Sí, son muchas las horas pasadas con el Señor como confidente y recordándole que, al fin y al cabo, las almas son suyas.

No deja otros medios que están a su alcance y que forman parte del ministerio. También predica. Va poco a poco en una labor lenta; comienza a visitar las casas y a conocer en directo a su gente. Sobre todo, los pobres se benefician primeramente de su generosidad. En esas conversaciones de hogar instruye, anima, da ejemplo y empuja en el caminar.

Lo que parecía imposible se realiza. Hay un cambio entre los fieles que supo ganar con paciencia y amabilidad. Ahora es el pueblo quien busca a su obispo porque quiere gustar más de los misterios de la fe. Ya estuvieron sobrado tiempo siendo rudos, ignorantes y groseros.

Murió -y la gente decía que era un santo el que se iba- el 24 de febrero del año 486.

Fuente: mercaba.org

 

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Comentarios
5 comentarios en “San Modesto de Tréveris
  1. La imagen que aparece en este artículo, es de San Ezequiel Moreno, Agustino Recoleto, Obispo de Pasto y natural de Alfaro (La Rioja). Una vida interesante, digna de conocer que no tiene nada que ver con la vida de san Modesto de Treveris.
    Saludos

  2. Pues obispos asi necesitamos en eEspaña, que sufran con su pueblo la iniquidad de sus gobernantes …¿Y que tenemos? obispos mas preocupados por llevarse bien con Rajoy y sus chicas, con los bancos y con los corruptos de este pais.

  3. http://webcatolicodejavier.org/SanEzequiel.html
    Biografía de San Ezequiel Moreno

    Recientemente se ha celebrado los 100 años de la muerte de san Ezequiel Moreno Díaz, un «obispo molesto», como lo ha titulado don José María Iraburu, un santo polémico por la claridad y contundencia de sus pastorales.
    A orillas del Ebro, en Alfaro, pequeña ciudad agrícola de la Rioja (España), el modesto sastre Félix Moreno y su mujer, Josefa Díaz, tuvieron seis hijos, cuatro mujeres y dos varones. Ezequiel, el segundo varón y cuarto de los hermanos, nació el 9 de abril de 1848. Era un niño inteligente, sumamente responsable, sereno y constante. Asistió a la escuela con regularidad. Le encantaba jugar con sus compañeros al tejo y a la pelota. Pero en las fiestas del pueblo se privaba de las vaquillas para acompañar a un niño enfermo, despuntaba ya su inmensa caridad. Aficionado al canto, tenía una excelente voz y se acompañaba bien con la guitarra.

  4. ¡Qué hermoso es nuestro Dios y Señor, que siempre escucha las súplicas de sus santos, de aquellos que de verdad creen en Jesucristo y se esfuerzan en su seguimiento y amor! ¡Gracias, Señor, por el testimonio de San Modesto! El retrato, por cierto, también es hermoso. Gracias, Infovaticana. 🙂

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