El Santo Padre iba de camino a visitar una parroquia cuando pidió a sus acompañantes desviar el trayecto para poder visitar un barrio de chabolas a las afueras de Roma.
El Papa Francisco volvió a mostrar su profundo cariño por las personas más desfavorecidas, al visitar por sorpresa el pasado domingo un poblado de chabolas a las afueras de Roma. La visita no estaba programa en la agenda del Pontífice, sino que fue una decisión tomada en el último momento por el Papa, cuando se dirigía a una parroquia en el barrio de Tiburtina. Durante el trayecto, pidió que el coche en el que viajaba se desviara para visitar un poblado de chabolas del que había oído hablar con anterioridad. 
El Papa salió del coche al llegar y se puso a saludar a las personas que encontraba a su paso preguntando: «¿Cuántos de ustedes aquí hablan español?». Pronto el Santo Padre se vio rodeado de los vecinos del poblado, asombrados y encantados de la improvisada visita del Papa. Bergoglio era conocido en Buenos Aires por sus frecuentes visitas a las «villas miseria» de la ciudad, y parece que en Roma no quiere perder esta costumbre de acompañar, aunque sea durante unos minutos, a los más pobres que sufren por la falta de recursos.
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