El abogado Ron Weddington escribió una carta a Bill Clinton en la que le recomendaba utilizar el aborto como el método más eficaz para combatir la pobreza.
En el año 2006, el organismo de control gubernamental estadounidense Judicial Watch descubrió una carta destinada al presidente Bill Clinton. Estaba escrita por el abogado pro-elección Ron Weddington e instaba, al entonces recién elegido presidente, a utilizar el aborto como medio para eliminar al segmento más pobre de la sociedad de Estados Unidos.
La carta de Weddington marca una hoja de ruta al presidente, según la cual, Clinton debería utilizar las vasectomías, las ligaduras de trompas y los abortos para «eliminar el segmento apenas educado, insalubre y pobre del país». Asimismo, en el texto se aboga porque se persuada a los ciudadanos de que «los pobres no consiguen salir de la pobreza cuando tienen bocas extras que alimentar».
En vez de gastar el dinero de los contribuyentes en solucionar los problemas y carencias de las personas más desfavorecidas, sería más efectivo eliminar a todos los bebés no deseados de las familias con menos recursos económicos. Especialmente, señala el abogado, a los hijos de madres solteras adolescentes. El aborto ahorraría así mucho dinero al Gobierno y por ello es necesario que éste lo promueva.
Esta es la propuesta que hizo Ron Weddington al Gobierno de Bill Clinton. Este abogado fue co-asesor en el caso de Roe vs. Wade, por el cual se reconoció en 1973, (por fallo dividido) el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Termina su carta al presidente con una frase estremecedora: «No necesitamos más niños pobres».
A continuación, pueden leer la carta completa de Ron Weddington al presidente Bill Clinton:
Querido Presidente Clinton,
Hace algunos años, otro gobernador del Sur, cuando se le preguntó sobre las posibilidades de la reforma penitenciaria, dijo algo como: «Bueno, no creo que vayamos a llegar muy lejos hasta que no tengamos una clase mejor de prisioneros.»
Bueno, yo no creo que vaya usted a llegar muy lejos en la reforma del país hasta que tengamos una mejor educación, una mejor sanidad, una población más rica.
(…) Reagan gastó todo nuestro dinero en bombas y aunque hubo dinero para programas de atención de salud prenatal, capacitación laboral y guarderías, pasarán años antes de que veamos ningún resultado espectacular. Y, cualquiera que siga el desarrollo de la educación puede apreciar que más dinero no necesariamente se traduce en niños mejor educados.
Pero usted puede comenzar inmediatamente a eliminar el segmento apenas educado, insalubre y pobre de nuestro país. No, no estoy abogando por una especie de extinción masiva de estas personas desafortunadas. El crimen, las drogas y las enfermedades ya lo están haciendo. El problema es que el número de los eliminados no es solo reemplazado sino incrementado por el número de los millones de bebés nacidos de aquellas personas que no pueden permitirse el lujo de tener hijos.
Ya está, lo he dicho. Es algo que todo el mundo sabe, pero sólo nos atrevemos a susurrarlo, porque como liberales que creen en los derechos individuales, vemos cualquier programa que trate a los desfavorecidos de manera distinta como algo discriminatorio, mezquino y…bueno…republicano.
En 1989, el 27% de los nacimientos fueron de madres solteras, de las cuales un gran número eran adolescentes. Si esto continúa así, pronto la mayoría de los bebés nacerán en la pobreza y la mitad del país no podrá sostener a la otra mitad, a pesar de nuestras buenas intenciones.
(…) Para solucionar esto usted deberá usar la persuasión en vez de la coacción. Usted y Hillary son un ejemplo perfecto. ¿Podrían alguno de los dos haber ido a la Facultad de Derecho o conseguir lo que han conseguido si hubieran tenido tres o cuatro niños antes de cumplir los 20? ¡No! Usted esperaron hasta tener estabilidad y tener 30 años para tener un niño. Eso es lo que hace la gente sensata.
Por cada Jesse Jackson que ha luchado por salir de la pobreza de una familia numerosa, hay millones sumidos en la pobreza, la droga y el delito. Si Ronald Reagan pudo utilizar los medios de comunicación para convencer al público estadounidense de que necesitaban 1 trillón de dólares prestados, para gastarlos después en luchar contra el «imperio del mal», entonces usted debería ser capaz de persuadir a la gente de que sólo tenga hijos cuando son capaces de mantenerlos.
(..) Tendrá que pedir la ayuda de los deportistas y estrellas del espectáculo para contrarrestar la propaganda difundida por los funcionarios de la iglesia que buscan feligreses, los generales que buscan carne de cañón y los empresarios que buscan mano de obra barata que, durante siglos, han convencido a los pobres de que los niños son necesarios.
No estaría mal recordar que mientras que sólo el 11.1% de las familias con tres miembros están por debajo del nivel de pobreza, el 20.2% de las familias de seis miembros y el 28,6% de las familias de siete o más miembros son pobres (1992 resumen estadístico de los Estados Unidos, p. 459).
Y, habiendo convencido a la gente de que los pobres no consiguen salir de la pobreza cuando tienen todas esas bocas extras que alimentar, deberá proporcionar los medios para evitar que existan las bocas adicionales, porque la abstinencia no funciona. La derecha religiosa ha tenido 12 años para predicar su mensaje. Es el momento de que reconozcamos que la gente tiene relaciones sexuales y lo que necesitamos hacer como nación es prevenir tantas enfermedades y tantos niños pobres como sea posible.
Utilizar para ello los condones no es suficiente. Depo-Provera, Norplant y el anticonceptivo inyectable desarrollado en la India no son tampoco la solución definitiva, aunque el ahorro que podría efectuarse mediante la distribución generalizada de anticonceptivos por parte del Gobierno y el fomento del control de la natalidad equivaldría a miles de millones de dólares.
Pero el Gobierno también va a tener que promover las vasectomías, las ligaduras de trompas y el aborto…RU 486 y los abortos convencionales. Incluso aunque el control de natalidad fuera tan omnipresente en este país como las deportivas o la comida basura, aún habría embarazos no deseados. Ha habido unos 30 millones de abortos en este país desde Roe v. Wade. Piense en toda la pobreza, todo el crimen y miseria…y luego añada a la escena 30 millones de bebés no deseados. Hemos perdido mucho terreno durante la orgía religiosa de Reagan-Bush. No nos queda mucho tiempo.
Usted podría hacerlo, señor Presidente. Usted ya ha alienado a la derecha religiosa con su posición acerca del aborto y la homosexualidad. Los contribuyentes de clase media le apoyarán este plan porque supondrá menos dólares que aportar al bienestar. Los jubilados también porque los pobres aportan muy poco a la Seguridad Social.
¿Y los pobres? Bueno, quizá si no tuviéramos que gastar tanto en tratar de educar a los niños que acuden hambrientos a la escuela o en problemas como el bajo peso de los recién nacidos, podríamos destinar algo de dinero a ayudar a elevar el nivel de los ya nacidos y mejorar su situación.
La exhortación bíblica de «creced y multiplicaos», fue dirigida a una pequeña tribu rodeada de enemigos. Nosotros hemos dejado eso atrás. Nuestra supervivencia depende de que haya una población donde todo el mundo contribuya. No necesitamos más carne de cañón. No necesitamos más feligreses. No necesitamos más mano de obra barata. No necesitamos más bebés pobres.
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Hay una errata. Clinton fue presidente en los mandatos que van de 1993 al 2001.
El término «pro-choice» lo impusieron los abortitas para evitarse que los lñlamasen así. LAs batallas se pierden siempre por el lenguaje