El Papa Francisco ya está en tierras filipinas. El avión que trasladaba al Pontífice desde Colombo ha aterrizado en el aeropuerto de Manila a las 17.36 hora local (09.36 GMT), después de seis horas de vuelo y 4.500 kilómetros recorridos.
A su llegada a Manila, al Papa le esperaba un gran número de filipinos deseosos de ser testigos de la llegada del Obispo de Roma a su tierra y que le recibieron cantando «Bienvenido Papa Francisco». En Filipinas, hay más de 80 millones de personas que se declaran católicas, es el país asiático con el mayor número de fieles de la Iglesia Católica. Francisco fue recibido asimismo por el presidente de Filipinas, Benigno Aquino III, en la sala VIP del aeropuerto. Después se dirigió a la Nunciatura, donde se prepara para la intensa agenda que tiene programa hasta el día 19, cuando tomará un avión de vuelta a Roma. Durante su permanencia en el país, Francisco se reunirá con las víctimas del tifón Yolanda, que golpeó Filipinas en 2013 y sostendrá un multitudinario encuentro con las familias. También se reunirá con las autoridades locales, y presidirá la celebración de la misa en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Manila.
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A la espera de que el protagonista diga alguna inconveniencia que la devalúe y la estropée, el éxito popular de la visita del papa a Filipinas es el fruto, resultado y muestra de la labor civilizatoria y evangelizadora hispana, que ha sido capaz de resistir y superar la acción depredadora y revolucionaria de la ocupación militar, política y «cultural» estadounidense