El Papa en el santuario de Madhu: ‘María nunca olvida a sus hijos’

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sri lanka2El Santo Padre ha tenido un encuentro de oración mariana en el santuario de Madhu, cerca de la costa noroccidental de Sri Lanka, considerado el lugar católico más sagrado del país


En el siglo XVII, cuando llegaron los holandeses a la isla, los católicos empezaron a ser perseguidos y huyeron a zonas más tranquilas. Un grupo de ellos llegó a Madhu, y se llevaron la estatua de la Virgen con ellos. Construyeron el santuario y desde entonces ha sido centro de peregrinaciones en el país.

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Durante la guerra civil, que duró 30 años, la Iglesia quedó dañada, ya que se encontraba en plena zona del conflicto. Al año siguiente de terminar la guerra, en 2009, la afluencia de peregrinos volvió a la normalidad y pudieron acercarse de nuevo a este importante centro espiritual de su país.

En Sri Lanka los cristianos católicos son minoría, pero la Iglesia tiene un rol crucial en el proceso de reconciliación, porque entre los católicos hay tanto de la etnia tamil como de la etnia cingalesa, protagonistas del enfrentamiento.

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Francisco fue acogido de manera extraordinaria por las miles de personas que allí se encontraban. Durante el encuentro no dejaron de escucharse cantos y música típica del país. Les dejamos las palabras que el Papa dirigió a los fieles presentes.

Texto completo de las palabras del Papa Francisco en el Santuario de Nuestra Señora de Madhu

Madhu Shrine

14 enero de 2015

Queridos hermanos y hermanas

Estamos en la casa de nuestra Madre. Aquí ella nos da la bienvenida. En este santuario de Nuestra Señora de Madhu, todo peregrino se puede sentir en su casa, porque aquí María nos lleva a la presencia de su Hijo Jesús. Aquí vienen los habitantes de Sri Lanka, tamiles y cingaleses por igual, como miembros de una sola familia. Encomiendan a María sus alegrías y tristezas, sus esperanzas y necesidades. Aquí, en su casa, se sienten seguros. Saben que Dios está muy cerca; sienten su amor; conocen su ternura y misericordia.

Se encuentran hoy aquí familias que han sufrido mucho en el largo conflicto que rasgó el corazón de Sri Lanka. Muchas personas, tanto del norte como del sur, fueron asesinadas en la terrible violencia y derramamiento de sangre de aquellos años. Los habitantes de Sri Lanka no pueden olvidar los trágicos acontecimientos ocurridos en este mismo lugar, o el triste día en que la venerada imagen de María, que data de la llegada de los primeros cristianos a Sri Lanka, fue arrancada de su santuario.

Pero la Virgen permanece siempre con ustedes. Ella es la madre de todo hogar, de toda familia herida, de todos los que están tratando de volver a una existencia pacífica. Hoy le damos las gracias por haber protegido a la población de Sri Lanka de tantos peligros pasados y presentes. María nunca olvida a sus hijos en esta isla resplandeciente. Al igual que nunca se apartó del lado de su Hijo en la cruz, así nunca se aparta de sus hijos que sufren en Sri Lanka.

Hoy queremos dar las gracias a la Virgen por su presencia. Ante tanto odio, violencia y destrucción, queremos darle las gracias porque sigue llevándonos a Jesús, el único que tiene el poder para curar las heridas abiertas y devolver la paz a los corazones desgarrados. Pero también queremos pedirle que implore para nosotros la gracia de la misericordia de Dios. Pedimos también la gracia de reparar por nuestros pecados y por todo el mal que esta tierra ha conocido.

No es fácil hacer esto. Sin embargo, cuando llegamos a entender, a la luz de la Cruz, el mal que somos capaces de hacer, y del que incluso formamos parte, podremos experimentar el auténtico remordimiento y el verdadero arrepentimiento. Sólo entonces podremos recibir la gracia de acercarnos unos a otros, con una verdadera contrición, dando y recibiendo el perdón verdadero. En esta difícil tarea de perdonar y tener paz, María siempre está presente para animarnos, para guiarnos, para mostrarnos el camino. De la misma manera que  perdonó a los verdugos de su Hijo al pie de la cruz, y luego recibió su cuerpo exánime entre sus manos, así ahora quiere guiar al pueblo de Sri Lanka a una mayor reconciliación, para que el bálsamo del perdón y la misericordia de Dios proporcione una verdadera curación para todos.

Por último, queremos pedir a María Madre que acompañe con su intercesión los esfuerzos de ambas comunidades de Sri Lanka, tamiles y cingaleses, por reconstruir la unidad que se había perdido. Al igual que su imagen volvió a su santuario de Madhu después de la guerra, pedimos al Señor que todos sus hijos e hijas de Sri Lanka puedan volver a la casa de Dios con un renovado espíritu de reconciliación y comunión.

Queridos hermanos y hermanas, me siento feliz de estar con vosotros en la casa de María. Oremos unos por otros. Sobre todo, pidamos que este santuario sea siempre una casa de oración y un remanso de paz. Que, por intercesión de Nuestra Señora de Madhu, todos los hombres encuentren aquí el ánimo y la fuerza para construir un futuro de reconciliación, justicia y paz para todos los hijos de esta querida tierra. Amén.

Discurso del Papa: Radio Vaticana

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