El Papa Francisco, en su discurso a la Conferencia Episcopal Italiana, dibuja las líneas que definen a un sacerdote santo.
La tarde del lunes se dio a conocer el Mensaje del Papa Francisco a la LXVII Asamblea General de la Conferencia Episcopal Italiana, que se lleva a cabo en la ciudad de Asís del 10 al 13 de noviembre, y que discute entre otros temas la formación de los presbíteros.
DISCURSO COMPLETO DEL SANTO PADRE
Queridos Hermanos en el episcopado,
con estas líneas deseo expresar mi cercanía a cada uno de ustedes y a las Iglesias en medio a las cuales el Espíritu de Dios los ha colocado como Pastores. Este mismo Espíritu pueda animar con su sabiduría creativa la Asamblea general que están iniciando, dedicada especialmente a la vida y a la formación permanente de los presbíteros.
Con este motivo, su converger en Asís hace inmediatamente pensar al gran amor y a la veneración que san Francisco nutría por la Santa Madre Iglesia Jerárquica, y en particular precisamente por los sacerdotes, incluidos aquellos por él reconocidos como “pauperculos huius saeculi” (del Testamento).
Entre las principales responsabilidades que el ministerio episcopal les confía se encuentra aquella de confirmar, sostener y consolidar a estos sus primeros colaboradores, a través de los cuales la maternidad de la Iglesia alcanza al entero pueblo de Dios ¡Cuántos hemos conocido! ¡Cuántos con su testimonio han contribuido a atraernos a una vida de consagración! ¡De cuántos de ellos hemos aprendido y hemos sido plasmados!
Cada uno de nosotros conserva sus nombres y sus rostros en la memoria reconocida del corazón.
Los hemos visto gastar la vida entre la gente de nuestras parroquias, educar a los jóvenes, acompañar a las familias, visitar a los enfermos en casa y en el hospital, hacerse cargo de los pobres, en la certeza que “separarse para no ensuciarse con los otros es la suciedad más grande” (L. Tolstoj). Libres de las cosas y de sí mismos, nos recuerdan a todos que abajarse sin conservar nada es el camino para aquella altura que el Evangelio llama caridad; y que la verdadera alegría se saborea en la fraternidad vivida.
Los sacerdotes santos son pecadores perdonados e instrumentos de perdón. Su existencia habla la lengua de la paciencia y de la perseverancia; no han permanecido como turistas del espíritu, eternamente indecisos e insatisfechos, porque saben que están en las manos de Uno que no falta a las promesas y cuya Providencia hace que nada pueda jamás separarlos de tal pertenencia. Esta certeza crece con la caridad pastoral con la que rodean de atención y de ternura a las personas a ellos confiadas, hasta conocerlas una por una.
Si, aún es tiempo de presbíteros de este espesor, “puentes” para el encuentro entre Dios y el mundo, centinelas capaces de dejar intuir una riqueza que de otra forma se pierde.
Sacerdotes así no se improvisan: los forja el precioso trabajo formativo del Seminario y la Ordenación los consagra para siempre hombres de Dios y servidores de su pueblo. Pero puede ocurrir que el tiempo entibie la generosa dedición de los inicios y, entonces, es vano poner nuevos remiendos sobre un vestido viejo: la identidad del presbítero, precisamente porque viene de lo alto, exige de él un camino cotidiano de recuperación, a partir de lo que lo ha hecho un ministro de Jesucristo.
La formación de la que hablamos es una experiencia de discipulado permanente, que acerca a Cristo y permite de conformarse cada vez más a Él. Por ello no tiene un término, porque los sacerdotes jamás dejan de ser discípulos de Jesús, de seguirlo. Por lo tanto, la formación como discipulado acompaña toda la vida del ministro ordenado y concierne integralmente a su persona y a su ministerio. La formación inicial y aquella permanente son dos momentos de una sola realidad: el camino del discípulo presbítero, enamorado de su Señor y constantemente tras sus huellas (cfr Discurso a la Plenaria de la Congregación para el Clero, 3 de octubre 2014).
Por lo demás, hermanos, ustedes saben que no sirven sacerdotes clericales, cuyo comportamiento corre el riesgo de alejar a la gente del Señor, ni sacerdotes funcionarios que, mientras desarrollan un rol, buscan lejos de Él la propia consolación.
Solamente quien tiene fija la mirada en aquello que es verdaderamente esencial puede renovar el propio sí al don recibido y, en las diversas estaciones de la vida, no dejar de hacer don de sí mismo ; solamente quien se deja conformar al Buen Pastor encuentra unidad, paz y fuerza en la obediencia del servicio; solamente quien respira en el horizonte de la fraternidad presbiteral sale de la falsificación de una consciencia que se pretende epicentro de todo, única medida del propio sentir y de las propias acciones.
Les deseo jornadas de escucha y de confrontación, que lleven a delinear nuevos itinerarios de formación permanente, capaces de conjugar la dimensión espiritual con aquella cultural, la dimensión comunitaria con aquella pastoral: son éstos los pilares de vidas formadas según el Evangelio, custodiadas en la disciplina cotidiana, en la oración, en la custodia de los sentidos, en el cuidado de sí, en el testimonio humilde y profético; vidas que restituyen a la Iglesia la confianza que ella primero ha colocado en ellos.
Los acompaño con mi oración y mi Bendición, que extiendo, por intercesión de la Virgen María, a todos los sacerdotes de la Iglesia en Italia y a cuantos trabajan al servicio de su formación; y les agradezco por sus oraciones por mí y por mi ministerio.
FRANCISCO
En el Vaticano, 8 de noviembre 2014
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¡¡Perfecto!! Ahora bien, que hacemos de aquellos que escandalizan con sus abusos liturgicos, su apoyo a opciones políticas claramente anticristianas, sus actitudes de abierta oposición al Magisterio… y de aquellos obispos que hacen la vista gorda ante ellos, sin decirles nada por miedo al que diran y que colaboran, de esta forma, con el escándalo doctrinal y pastoral de estos sacerdotes.
Si hay mano dura contra aquellos que viven una existencia «clerical», tambien contra aquellos que escandalizan con sus opiniones personales expresadas en el pulpito contra todo y contra todos los que no piensan como ellos.
¿Alguien me puede decir qué significa «clerical» en bergogliano? En castellano lo sé muy bien, pero a estas alturas ya se ha visto que Francisco habla otro idioma, y no da indicios de a qué se refiere.
Omitio mencionar la dignidad del sacerdocio,
omitio mencionar su caracter misionero de la Palabra de Dios,
omitio el caracter paternal,
omitio el caracter sagrado,
omitio de donde saca y sabiduria fortaleza el sacerdote, de derivan esencialmente de aquella intimidad divina,
omite su obligacion de una continua formacion teologica,
omtio que el sacerdote conduce a las almas,
omitio señalar a Modelos de sacerdocio como el Santo Cura de Ars,
omitio que la actividad del sacerdocio se realiza en la Iglesia ( a esto talves se refiera
el Papa Francisco en el fondo del discurso , quiere al sacerdote en las periferias, ordenando vacas, montando paredes, como los sacerdotes obreros de los años 70,
Considero que el modelo que propone es el del tologo para la liberacion , el sacerdote que sale y deja su vida de oracion, sus plegarias para que la sal desaparezca entre los hombres y acabe sin ser fermento o sal de la masa?).
Transcribo unas palabras de Benedicto XVI muy elocuentes y hermosas:
Si la Iglesia entera es misionera y si todo cristiano, en virtud del bautismo y de la confirmación, quasi ex officio (cfr CCC, 1305) recibe el mandato de profesar públicamente la fe, el sacerdocio ministerial, también desde este punto de vista, se distingue ontológicamente, y no sólo de grado, del sacerdocio bautismal, llamado también sacerdocio común. Del primero, de hecho, es constitutivo el mandato apostólico : “Id a todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mc 16,15). Este mandato no es, lo sabemos, un simple encargo confiado a sus colaboradores; sus raíces son más profundas y deben buscarse mucho más lejos.
La dimensión misionera del presbítero nace de su CONFIGURACION SACRAMENTAL A CRISTO CABEZA: ESTA TRAE CONSIGO, COMO CONSECUENCIA, UNA ADHESION CORDIAL Y TORAL A AQUELLA QUE LA TRADICION ECLESIAL HA RECONOCIDO COMO LA APOSTOLICA VIVENDI FORMA .
Esta consiste en la participación en una “vida nueva” espiritualmente entendida, a ese “nuevo estilo de vida” que fue inaugurado por el Señor Jesús y que fue hecho propio por los Apóstoles.
Por la imposición de manos del Obispo y la oración consagratoria de la Iglesia, los candidatos se convierten en hombres nuevos, llegan a ser “presbíteros”.
A la luz de esto parece claro cómo los tria munera son en primer lugar un don, y sólo como consecuencia un oficio, antes una participación en una vida y por ello una potestas. Ciertamente, la gran tradición eclesial ha justamente desvinculado la eficacia sacramental de la situación existencial concreta del sacerdote, y así se salvaguardan adecuadamente las legítimas expectativas de los fieles.
Pero esta justa precisión doctrinal no quita nada a la necesaria, es más, indispensable, tensión HACIA LA PERFECCION MORAL , QUE DEBE HABITAR EN TODO CORAZON AUTENTICAMENTE SACERDOTAL .
La misión del presbítero, se desarrolla “en la Iglesia”.
Semejante dimensión eclesial, comunional, jerárquica y doctrinal es absolutamente indispensable a toda autentica misión y, por sí sola, garantiza su eficacia espiritual.
Los cuatro aspectos mencionados deben ser siempre reconocidos como íntimamente relacionados:
– la misión es “eclesial” porque nadie anuncia o se lleva a sí mismo, sino que dentro y a través de su propia humanidad, todo sacerdote debe ser bien consciencia de llevar a Otro, Dios mismo, al mundo. Dios ES LA UNICA RIQUEZA QUE EN DEFINITIVA, LOS HOMBRES DESEAN ENCONTRAR EN UN SACERDOTE .
– La misión es “COMUNIAL ” porque tiene lugar en una unidad y comunión que sólo de forma secundaria tiene también aspectos relevantes de visibilidad social. Estos, por otra parte, DERIVAN ESENCIALMENTE DE AQUELLA INTIMIDAD DIVINA de la cual el sacerdote está llamado a ser experto, para pode conducir, con humildad y confianza, las almas a él confiadas al mismo encuentro con el Señor. F
inalmente las dimensiones “jerárquica” y “doctrinal” sugieren reafirmar la importancia de la disciplina “(el término está unido con “discípulo”) eclesiástica y de la formación doctrinal, y no sólo teológica, inicial y permanente.
Benedicto XVI Sobre la necesidad de la permanente formacion de los sacerdotes en la Doctrina, tradicion asi como cultivo de su paternidad .
La conciencia de los radicales cambios sociales de las últimas décadas debe mover las mejores energías eclesiales a cuidar la formación de los candidatos al ministerio.
En particular, debe estimular la constante solicitud de los pastores hacia sus primeros colaboradores, SEA CULTIVANDO RELACIONES HUMANAS VERDADERAMENTE PATERNAS , sea preocupándose por su FORMACION PERMANENTE , sobre todo en el PERFIL DOCTRINAL .
La misión tiene sus raíces de modo especial en una buena formación, llevada a cabo en comunión con la Tradición eclesial ininterrumpida, SIN ROTURAS NI TENTACIONES DE DISCONTINUIDAD .
En este sentido, es importante favorecer en los sacerdotes, sobre todo en las jóvenes generaciones, una correcta recepción de los textos del Concilio Ecuménico Vaticano II, interpretados a la luz de todo el bagaje doctrinal de la Iglesia.
TAMBIEN PARECE URGENTE LA RECUPERACION DE LA CONCIENCIA QUE EMPUJA A LOS SACERDOTES A ESTAR PRESENTES , IDENTIFICABLES Y RECONOCIBLES TANTO POR EL JUICIO DE LA FE , SEA POR LAS VIRTUDES PERSONALES , SEA TAMBIEN POR EL VESTIDO , EN LOS AMBITOS DE LA CULTURA Y DE LA CARIDAD, DESDE SIEMPRE EN EL CORAZON DE LA MISION DE LA IGLESIA.
El Papa Francisco habla de un concepto que desmoraliza a cualquiera lejos de la verdadera diginidad del sacerdocio.
el dice «Los sacerdotes santos son pecadores perdonados e instrumentos de perdón. Su existencia habla la lengua de la paciencia y de la perseverancia; no han permanecido como turistas del espíritu, eternamente indecisos e insatisfechos, porque saben que están en las manos de Uno que no falta a las promesas y cuya Providencia hace que nada pueda jamás separarlos de tal pertenencia.»
Pero el Papa Benedicto dijo que era necesario vigilar para que las “nuevas estructuras” u organizaciones pastorales no estén pensadas para un tiempo en el que se debería “minusvalorar” el ministerio ordenado
«Como Iglesia y como sacerdotes anunciamos a Jesús de Nazaret Señor y Cristo, crucificado y resucitado, Soberano del tiempo y de la historia, en la alegre certeza de que esta verdad coincide con las esperanzas más profundas del corazón humano.
En el misterio de la encarnación del Verbo, es decir, en el hecho de que Dios se ha hecho hombre como nosotros, está tanto el contenido como el método del anuncio cristiano.
LA MISION TIENE AQUI SU VERDADERO CENTRO PROPULSOR: EN JESUCRISTO , PRECISAMENTE. LA CENTRALIDAD DE CRISTO TRAE CONSIGO LA JUSTA VALORACION DEL SACERDOCIO REAL , SIN LA CUAL NO EXISTIRIAN NI LA EUCARISTIA, NI, POR TANTO , LA MISION NI LA MISMA IGLESIA.
En este sentido es necesario vigilar para que las “nuevas estructuras” u organizaciones pastorales no estén pensadas para un tiempo en el que se debería “minusvalorar” el ministerio ordenado, partiendo de una interpretación errónea de la justa promoción de los laicos, porque en tal caso se pondrían los presupuestos para la ulterior disolución del sacerdocio ministerial y las eventuales presuntas “soluciones” vendrían a coincidir dramáticamente con las reales causas de los actuales problemas ligados al ministerio.
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Godofredo
MI OPINION es que este paso lo dieron las iglesias protestantes descabechandoce el sacerdocio, ni sacramentos no iglesia quedaron. Por eso cualquer intento de protestantizar la Iglesia tiene que partir de la minusvaloracion de sacerdocio necesariamente.
Como minusvalorar a un sacerdote ? Pues llevarlo a las periferias. en la cultura del encuentro.
Quitandole la mision, la sacramentalidad de su accion, la permanente formacion en la Doctrina y la tradicion, su paternidad, su espiritualidad de sacerdote en pocas palabras.
Que es un sacerdote clerical para el Papa Francisco pues posiblemente el sacerdocio misionero que tenga profundas raices en la vida sacerdotal, virtuosos, con permanente formacion teologica y union con Dios, auqnue este mismo sacerdote
Antes de que lleguen los gremlings, un saludo cordial a todos.
¿Y vale un Papa que organiza un sínodo para aguar la Santa Doctrina y así contentar a los Obispos alemanes? Corre por la red que la razón de que Kasper y compañía montaran el circo que montaron se debe a que en Alemania quienes son fieles a una religión deben pagar un impuesto que puede estar en torno al diez por ciento de sus ingresos. Los Obispos alemanes sacan así unos beneficios tremendos, pero claro, los divorciados y arrejuntados, al no poder comulgar, optan por darse de baja de la Iglesia y del impuesto.
Como Judas, la bolsa, siempre la bolsa.
He tenido el gran gozo de leer con atención y corazón abierto este mensaje dirigido por el Papa Francisco, a la Conferencia Episcopal Italiana.
Doy gracias a los responsables de este sitio (Infovaticana), por la encomiable tarea que se atribuyen para ofrecernos a los fieles estos documentos tan valiosos recién salidos en Roma.
He encontrado que el Papa, según nos tiene ya acostumbrados, tiene una sabiduría luminosa para descubrir y señalar todas las virtudes y las carencias que presenta la vida de la Iglesia en el mundo actual. En este caso atiende de forma especial a la formación, misión y santificación de los sacerdotes.
Necesitamos vivamente todos los fieles caer en la cuenta de la suma importancia que tienen los sacerdotes fieles y santos en la sociedad. Y acompañarles con nuestro amor filial y nuestras oraciones.
En la próxima semana, desde el 17 al 21 en España, tiene Asamblea Plenaria la Conferencia Episcopal Española para tratar asuntos importantes que corresponden a la Asamblea Plenaria. ¡Es una magnífica ocasión para acompañarlos con nuestra oración y cariño ante el Señor!
Saludos cordiales
Por Dios, cuánto meapilismo. Meapilismo narcisista y autorreferencial.
Sobre el Papa Francisco, me atengo al dicho «obras son amores y no buenas razones». Cualquiera puede hablar bien, pero la verdadera sabiduría está en obrar según la Voluntad de Dios, cosa que en el pasado más reciente parece que se está dejando de hacer.
Por aquí hay algunos que serían capaces de canonizar al Papa Alejandro Borgia. Claro que al menos dicho Papa mantuvo la Doctrina. El de ahora parece empeñado en tirarla abajo.
No todos los Papas son santos. Ni todos los Papas son buenos, ni todos los Papas son buenos Papas. Los hay regulares, malos y pésimos. Me pregunto si el actual está entre malo y pésimo. A regular me parece que no llega ni de lejos.
No nos dejemos engañar.
2 Tesalonicenses 2.
Catecismo 675.
Apocalipsis 13 y 14.
Yo hecho de menos que el Santo Padre nos hable sobre el pecado, la salvación y la condenación, los sacrilegios contra la sagrada hostia. Necesitamos sentirlo también como pastor de almas. Si se me permite la crítica, está bien hablar sobre los males y problemas del mundo, pero para eso ya están las ONG, el dalai lama..etc.
Aitor, ¿cómo va a hablar del pecado de sacrilegio, tan habitual hoy, si dio alas en el sínodo a los que querían que se aprobara profanar la Sagrada Hostia por parte de los divorciados vueltos a casar?
Papa, palabras muy directas como para hecharse a temblar.
Habrá que pensarse muy bién las cosas antes de hacerlas.
Tiene mucha razón el Papa,en la iglesia hay algunos obispos,sacerdotes y curas corruptos y me parece estupendo que les llame la atención.
“PARA MI ES MUY CLARO.Es una forma que tiene Francisco para decirnos que Benedicto XVI ha muerto en vida.”
Qué se puede esperar de una persona que escribe esto por internet?.
No Teresa?.
Buenas noches
Si tengo que dar mis datos personales en infovaticana para que publiquen mis comentarios los doy sin problema. Inclusive mis datos de Psicologa de los que pueden disponer por internet así como telefono,dirección y horario de trabajo al que pueden acudir.
Buenas noches