El Cardenal Arzobispo de Milán ha concedido una entrevista a la web de Comunión y Liberación en la que se manifiesta su posición respecto a los dos temas más controvertidos del reciente Sínodo.
¿Qué piensa de la posibilidad de dar la comunión a los divorciados vueltos a casar?
He sido sucesor de Roncalli en Venecia y he podido ver algunos de sus apuntes que hablan de pastoral. Roncalli pone la pastoral en referencia directa a la historia y a la salvación. Es pastoral proponer a Jesús como cumplimiento y salvación de la persona concreta. Él es camino, verdad y vida para cada uno, sea cual sea la situación en que se encuentre. Personalmente, percibo la necesidad de que la idea de Roncalli se asuma más plenamente, reconociendo el nexo inseparable entre doctrina, pastoral y disciplina. Solo desde esta perspectiva unitaria podrá emerger una acción eclesial adecuada para los divorciados vueltos a casar. Es verdad que la eucaristía, en ciertas condiciones, tiene un componente de perdón de los pecados, pero también es cierto que no es un “sacramento de curación” en sentido propio. Además, la relación entre Cristo esposo y la Iglesia esposa no es para los esposos solo un modelo. Es mucho más: es el fundamento de su matrimonio. Pienso que el nexo entre eucaristía y matrimonio sigue siendo sustancial. Por tanto, aquellos que han contraído un nuevo matrimonio se encuentran en una condición que objetivamente no permite el acceso a la comunión sacramental. Lejos de ser un castigo, es la invitación a un camino. Estas personas están dentro de la Iglesia, participan activamente en la vida de la comunidad. Se podrán revisar algunas exclusiones: por ejemplo, su participación en el consejo pastoral o la posibilidad de enseñar en una escuela católica. Pero personalmente, desde el punto de vista sustancial, aún no he encontrado una respuesta a la posibilidad de que accedan a la comunión sacramental sin chocar de hecho con la indisolubilidad del matrimonio. En resumen, la indisolubilidad, o entra en lo concreto de la vida, o es una idea platónica. Debo añadir que muchos padres han pedido que se revise la modalidad de verificación de la nulidad del matrimonio, dando más peso al obispo. Yo mismo he hecho una propuesta en ese sentido. En el Sínodo también se ha hablado del sufrimiento de las parejas homosexuales. ¿Cómo mira la Iglesia hoy a estas personas? Está fuera de toda duda que somos lentos a la hora de asumir una mirada plenamente respetuosa con la dignidad y la igualdad de las personas homosexuales. Por lo que respecta a sus uniones, las palabras indican las cosas. No es justo suscitar, directa o indirectamente, confusión sobre algo tan decisivo como la familia. Considero que la palabra “familia”, junto a la palabra “matrimonio”, debe reservarse para una unión estable, abierta a la vida y entre hombre y mujer. Para la pareja homosexual habrá que encontrar otro término. También la cuestión de la filiación, sobre todo con la subrogación de la maternidad, abre un problema muy grave. Se corre el riesgo de dar al mundo hijos huérfanos con padres vivos.
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Desgraciadamento todas estas opiniones, sensatas, no van a cambiar el curso de los acontecimientos. Francisco esta decido a seguir con sus planes, y lo ha dejado claro al recordarles a los presentes en el Sínodo que él es el Papa, y como tal decide y obra.
Esta situación sólo empeorara, pues tras la división evidente en la Iglesia, vendrá el «CISMA», provocado por la sobervia de este pastor falso y falto de verdadero amor a la Iglesia de Cristo.
Tras el cisma, Dios dirá… tal vez lo que nadie quiere admitir.
Pero las señales, como dice hoy el Evangelio, son aplastantes, sino fuésemos tan hipócritas hasta para ver morir la Iglesia.
Me han dicho que el Sínodo sigue adelante hasta el Lunes. Vamos a ver que pasa.
De mientras,lo único que podemos hacer es rezar y pedir que todo vaya bien.
Rectifico ……. el sínodo dura hasta el 2017.