Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud, finalizados los trabajos del Sínodo, el Papa se dirigió a todos los participantes: “Puedo decir serenamente que -con un espíritu de colegialidad y de sinodalidad- hemos vivido verdaderamente una experiencia de «sínodo», un recorrido solidario, un «camino juntos» – expresó. Y siendo un «camino» -como todo camino- hubo momentos de profunda consolación, escuchando el testimonio de pastores verdaderos y los testimonios de las familias que han participado del Sínodo. Y también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación.
Seguidamente Francisco dibujó un mapa de posibles tentaciones: La tentación del endurecimiento hostil; del “buenismo destructivo”. La tentación de transformar la piedra en pan y el pan en piedra; la tentación de descender de la cruz; de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o, por otra parte, ¡la tentación de descuidar la realidad utilizando una lengua minuciosa y un lenguaje inflado para decir tantas cosas y no decir nada!”.
El Sucesor de Pedro afirmó que las tentaciones no nos deben ni asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar. Si Jesús fue tentado, sus discípulos no deben esperarse un tratamiento mejor. Esta es la Iglesia –dijo el Papa-, que no tiene miedo de arremangarse las manos para derramar el olio y el vino sobre las heridas de los hombres; que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas, compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia que busca ser fiel a su Esposo y a su doctrina; que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y publicanos; que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo los justos o aquellos que creen ser perfectos!
Y concluyó sosteniendo que cuando la Iglesia se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza delsensus fidei de aquel sentido sobre natural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar.
Dijo que “la Iglesia es de Cristo y todos los Obispos con el Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino como servidores. El Papa en este contexto no es el señor supremo sino más bien el supremo servidor; el garante de la obediencia, de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, aunque – por voluntad de Cristo mismo –“el pastor y doctor supremo de todos los fieles” (Can. 749) y además gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann. 331-334)”.
El Vicario de Cristo explicó que “todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la “Relatio Sinody” que es el reasunto fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores».
Texto completo de las palabras del Papa al final del Sínodo:
Queridos: Eminencias, Beatitudes, Excelencias, hermanos y hermanas:
¡Con un corazón lleno de reconocimiento y de gratitud quiero agradecer junto a ustedes
al Señor que nos ha acompañado y nos ha guiado en los días pasados, con la luz del Espíritu Santo!
Agradezco de corazón a S. E. Card. Lorenzo Baldisseri, Secretario General del Sínodo, S. E. Mons. Fabio Fabene, Sub-secretario, y con ellos agradezco al Relator S. E. Card. Peter Erdő y el Secretario Especial S. E. Mons. Bruno Forte, a los tres Presidentes delegados, los escritores, los consultores, los traductores, y todos aquellos que han trabajado con verdadera fidelidad y dedicación total a la Iglesia y sin descanso: ¡gracias de corazón!
Agradezco igualmente a todos ustedes, queridos Padres Sinodales, Delegados fraternos, Auditores, Auditoras y Asesores por su participación activa y fructuosa. Los llevare en las oraciones, pidiendo al Señor los ¡recompense con la abundancia de sus dones de su gracia!
Puedo decir serenamente que – con un espíritu decolegialidad y de sinodalidad – hemos vivido verdaderamente una experiencia de «sínodo», un recorrido solidario, un«camino juntos».
Y siendo “un camino» – como todo camino – hubo momentos de corrida veloz, casi de querer vencer el tiempo y alcanzar rápidamente la meta; otros momentos de fatiga, casi hasta de querer decir basta; otros momentos de entusiasmo y de ardor. Momentos de profunda consolación, escuchando el testimonio de pastores verdaderos (Cf. Jn. 10 y Cann. 375, 386, 387) que llevan en el corazón sabiamente, las alegrías y las lágrimas de sus fieles. Momentos de gracia y de consuelo, escuchando los testimonios de las familias que han participado del Sínodo y han compartido con nosotros la belleza y la alegría de su vida matrimonial. Un camino donde el más fuerte se ha sentido en el deber de ayudar al menos fuerte, donde el más experto se ha prestado a servir a los otros, también a través del debate. Y porque es un camino de hombres, también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación, de las cuales se podría mencionar alguna posibilidad:
– La tentación del endurecimiento hostil, esto es el querer cerrarse dentro de lo escrito (la letra) y no dejarse sorprender por Dios, por el Dios de las sorpresas (el espíritu); dentro de la ley, dentro de la certeza de lo que conocemos y no de lo que debemos todavía aprender y alcanzar. Es la tentación de los celantes, de los escrupulosos, de los apresurados, de los así llamados «tradicionalistas» y también de los intelectualistas.
– La tentación del “buenismo” destructivo, que a nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa y las raíces. Es la tentación de los «buenistas», de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.
– La tentacion de transformar la piedra en pan para romper el largo ayuno, pesado y doloroso (Cf. Lc 4, 1-4) y también de transformar el pan en piedra , y tirárla contra los pecadores, los débiles y los enfermos (Cf. Jn 8,7) de transformarla en“fardos insoportables” (Lc 10,27).
– La tentación de descender de la cruz, para contentar a la gente, y no permanecer, para cumplir la voluntad del Padre; de ceder al espíritu mundano en vez de purificarlo y inclinarlo al Espíritu de Dios.
– La Tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada!
Queridos hermanos y hermanas, las tentaciones no nos deben ni asustar ni desconcertar, ni mucho menos desanimar, porque ningún discípulo es más grande de su maestro; por lo tanto si Jesús fue tentado – y además llamado Belcebú (Cf. Mt 12,24) – sus discípulos no deben esperarse un tratamiento mejor.
Personalmente me hubiera preocupado mucho y entristecido sino hubieran estado estas tenciones y estas discusiones animadas; este movimiento de los espíritus, como lo llamaba San Ignacio (EE, 6) si todos hubieran estado de acuerdo o taciturnos en una falsa y quietista paz. En cambio he visto y escuchado – con alegría y reconocimiento – discursos e intervenciones llenos de fe, de celo pastoral y doctrinal, de sabiduría, de franqueza, de coraje y parresia. Y he sentido que ha sido puesto delante de sus ojos el bien de la Iglesia, de las familias y la “suprema lex”: la “salus animarum” (Cf. Can. 1752). Y esto siempre sin poner jamás en discusión la verdad fundamental del Sacramento del Matrimonio: la indisolubilidad, la unidad, la fidelidad y la procreatividad, o sea la apertura a la vida (Cf. Cann. 1055, 1056 y Gaudium et Spes, 48).
Esta es la Iglesia, la viña del Señor, la Madre fértil y la Maestra premurosa, que no tiene miedo de aremangarse las manos para derramar el olio y el vino sobre las heridas de los hombres (Cf. Lc 10,25-37); que no mira a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar y clasificar a las personas. Esta es la Iglesia Una, Santa, Católica y compuesta de pecadores, necesitados de Su misericordia. Esta es la Iglesia, la verdadera esposa de Cristo, que busca ser fiel a su Esposo y a su doctrina. Es la Iglesia que no tiene miedo de comer y beber con las prostitutas y los publicanos (Cf. Lc 15). La Iglesia que tiene las puertas abiertas para recibir a los necesitados, los arrepentidos y ¡no sólo a los justos o aquellos que creen ser perfectos! La Iglesia que no se avergüenza del hermano caído y no finge de no verlo, al contrario, se siente comprometida y obligada a levantarlo y a animarlo a retomar el camino y lo acompaña hacia el encuentro definitivo con su Esposo, en la Jerusalén celeste.
¡Esta es la Iglesia, nuestra Madre! Y cuando la Iglesia, en la variedad de sus carismas, se expresa en comunión, no puede equivocarse: es la belleza y la fuerza del sensus fidei, de aquel sentido sobre natural de la fe, que viene dado por el Espíritu Santo para que, juntos, podamos todos entrar en el corazón del Evangelio y aprender a seguir a Jesús en nuestra vida, y esto no debe ser visto como motivo de confusión y malestar.
Tantos comentadores han imaginado ver una Iglesia en litigio donde una parte esta contra la otra, dudando hasta del Espíritu Santo, el verdadero promotor y garante de la unidad y de la armonía en la Iglesia. El Espíritu Santo que a lo largo de la historia ha conducido siempre la barca, a través de sus Ministros, también cuando el mar era contrario y agitado y los Ministros infieles y pecadores.
Y, como he osado decirles al inicio, era necesario vivir todo esto con tranquilidad y paz interior también, porque el sínodo se desarrolla cum Petro et sub Petro, y la presencia del Papa es garantía para todos.
Por lo tanto, la tarea del Papa es aquella de garantizar la unidad de la Iglesia; es aquella de recordar a los fieles su deber de seguir fielmente el Evangelio de Cristo; es aquella de recordar a los pastores que su primer deber es nutrir la grey que el Señor les ha confiado y de salir a buscar – con paternidad y misericordia y sin falsos miedos – la oveja perdida.
Su tarea es la de recordar a todos que la autoridad en la Iglesia es servicio (Cf. Mc 9,33-35) como ha explicado con claridad el Papa Benedicto XVI con palabras que cito textualmente: “la Iglesia esta llamada y se empeña en ejercitar este tipo de autoridad que es servicio, y la ejercita no a título propio, sino en el nombre de Jesucristo… a través de los Pastores de la Iglesia, de hecho, Cristo apacienta a su grey: es Él que la guía, la protege, la corrige porque la ama profundamente. Pero el Señor Jesús, Pastor supremo de nuestras almas, ha querido que el Colegio Apostólico, hoy los Obispos, en comunión con el Sucesor de Pedro … participaran en este misión suya de cuidar al pueblo de Dios, de ser educadores de la fe, orientando, animando y sosteniendo a la comunidad cristiana, o como dice el Concilio, “cuidando sobre todo que cada uno de los fieles sean guiados en el Espíritu santo a vivir según el Evangelio su propia vocación, a practicar una caridad sincera y operosa y a ejercitar aquella libertad con la que Cristo nos ha librado”(Presbyterorum Ordinis, 6)… Y a través de nosotros – continua el Papa Benedicto – es que el Señor llega a las almas, las instruyen las custodia, las guía. San Agustín en su Comentario al Evangelio de San Juan dice: “Sea por lo tanto un empeño de amor apacentar la grey del Señor” (123,5); esta es la suprema norma de conducta de los ministros de Dios, un amor incondicional, como aquel del buen Pastor, lleno de alegría, abierto a todos, atento a los cercanos y premuroso con los lejanos (Cf. S. Agustín, Discurso 340, 1; Discurso 46,15), delicado con los más débiles, los pequeños, los simples, los pecadores, para manifestar la infinita misericordia de Dios con las confortantes de la esperanza(Cf. Id., Carta 95,1)” (Benedicto XVI Audiencia General, miércoles, 26 de mayo de 2010).
Por lo tanto la Iglesia es de Cristo – es su esposa – y todos los Obispos del Sucesor de Pedro, tienen la tarea y el deber de custodiarla y de servirla, no como patrones sino comoservidores. El Papa en este contexto no es el señor supremosino más bien el supremo servidor – “Il servus servorum Dei”; el garante de la obediencia , de la conformidad de la Iglesia a la voluntad de Dios, al Evangelio de Cristo y al Tradición de la Iglesia poniendo de parte todo arbitrio personal, siendo también – por voluntad de Cristo mismo – “el Pastor y Doctor supremo de todos los fieles” (Can. 749) y gozando “de la potestad ordinaria que es suprema, plena, inmediata y universal de la iglesia” (Cf. Cann. 331-334).
Queridos hermanos y hermanas, ahora todavía tenemos un año para madurar con verdadero discernimiento espiritual, las ideas propuestas y encontrar soluciones concretas a las tantas dificultades e innumerables desafíos que las familias deben afrontar; para dar respuesta a tantos desánimos que circundan y sofocan a las familias, un año para trabajar sobre la “Relatio Synodi” que es el reasunto fiel y claro de todo lo que fue dicho y discutido en esta aula y en los círculos menores.
¡El Señor nos acompañe y nos guie en este recorrido para gloria de Su nombre con la intercesión de la Virgen María y de San José! ¡Y por favor no se olviden de rezar por mí!.
(Traducción del italiano: jesuita Guillermo Ortiz y Renato Martinez)
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Palabras propias de un Jesuita que tira la piedra y esconde la mano. La misma técnica que utilizo en Argentina para apoyar detrás de escena las uniones civiles gay y luego le dijo en una entrevista a un activista gay que Argentina no estaba madura aun. Como aconsejaba Lenin para llevar a cabo la revolución, “dar un paso atrás, para después dar dos adelante”.
Si uno no lo lee no lo cree, y dale, y sigue.
TRANSCRIBO:Y también hubo momentos de desolación, de tensión y de tentación.
EN EFECTO SANTIDAD: los que provocaron sus mas estrechos colaboradores, por ejemplo el Sr. Bruno Forte, cuando escriben por su cuenta conclusiones que no reflejan el sentir mayoritario del Sinodo sobre importantes aspectos de la moral y la doctrina. Santidad ¿esa que tipo de tentación es, la de engañar a los cristianos? ¿Hace usted, que nos predica contra las tentaciones, algo para evitarla? ¿Ha llamado usted a capítulo al Sr. Frote, o es que en realidad este solo cumple órdenes?
Y una pregunta mas, Santidad, yo creo que no hace falta ser teólogo para darse cuenta de que lo que ha hecho el Sr. Forte es pecado mortal, y muy grave. ¿Se ha confesado ya con propósito de enmienda o como es amigo de su amigo Kasper, considera que no hace falta el arrepentimiento para comulgar, y por tanto puede decir misa y comulgar sin arrepentirse?.
Santidad por favor no nos tome por imbeciles. En este sínodo se ha echado de menos al Papa, o mejor dicho a un Papa, que pare los escandalos, que defienda la doctrina, y que sea coherente y consecuente con su misión.
¿De verdad cree usted que nos vamos a quedar callados los cristianos de a pie con sus maniobras? Si piensa usted que solo ha perdido una batalla para instaurar el divorcio en la iglesia y cualquier tipo de unión contra natura, esta usted equivocaco. La mayoría de los que le jalean no son católicos, y los que lo son, son los que en realidad se han convertido en protestantes, porque se han fabricado una religión a su medida, a nivel personal, eligiendo que mandamientos cumplir y cuales no. ¿Le suena?, es lo mismo que quiere instaurar su amigo Kasper «de rodillas» para toda la Iglesia.
Santidad tiene usted en frente a lo mejor de la Iglesia, a todos los niveles, y vamos a morir matando. No nos vamos a dejar engañar, ni siquiera por usted cuando decida quitarse la mascara. Vamos a denunciar todos los demanes que se produzcan en cuanto los conozcamos, y tenga en cuenta que al final se sabe todo.
Si usted o sus amigos y protegidos de la teología de rodillas, consideran que va a conseguir engañarnos aprovechandose de una autoridad que le han concedido para hacer justo lo contrario, se equivocan. Podra engañar a muchos, la mayoría de los cuales estan deseando dejarse engañar, porque en realidad no les importa la busqueda de la verdad sino sancionar ciertas conductas que en el fondo de su conciencia, por mucho que traten de acallarla saben que
estan equivocadas, pero a nosotros, que somo los que de verdad creemos en esto y nos importa, no.
TRANSCRIBO:Puedo decir serenamente que – con un espíritu decolegialidad y de sinodalidad – hemos vivido verdaderamente una experiencia de “sínodo”, un recorrido solidario, un“camino juntos”.
SANTIDAD tiene usted la costumbre de tomar a los cristianos por bobos.
¿que camino han recorrido juntos el Cardenal Muller y tantos otros, que son absoluta mayoría y el Sr. Forte y Kasper que ha falseado partes importantísimas de la síntesis sinodal?
SANTIDAD: ¿no se da cuenta que por muchas casullas que se ponga, en estos tiempos de internet, VA USTED DESNUDO? ¿No se da cuenta de que resaltan como las luces de las Vegas en la noche la clamorosa falta de concordancia entre sus homilias y sus hechos? ¿Es que nadie tiene la caridad de informarle que hoy en día no se puede engañar a la gente, a toda la gente, como en la edad media, que hace falta trabajarlo un poco mas? Puede que esto le funcionase en Buenos Aires, pero a nivel mundial, yo le aseguro que no.
SANTIDAD ¿Cree usted que su misión es decir palabras bonitas y luego hacer lo que le da la gana? ¿Cree usted que asi va a atraer a alguien a la Fe, o le va a reafirmar en ella? Al contrario, puede desesperanzar a muchos y asquearlos.
Ya seguire mas adelante, porque esta homiliá o discurso, despues de lo que ha pasado en el Sinodo, es cínica y falsa.
TRANSCRIBO: La tentación del “buenismo” destructivo, que a nombre de una misericordia engañosa venda las heridas sin primero curarlas y medicarlas; que trata los síntomas y no las causa y las raíces. Es la tentación de los “buenistas”, de los temerosos y también de los así llamados “progresistas y liberalistas”.
PERO SI ESTO ES LO QUE HAN HECHO IMPUNEMENTE SUS PROTEGIDOS en el Sindo, Kasper, Fortea, Baldisseri, y el jesuita de la revista. ¿Pero que nos esta usted contando?
TRANSCRIBO: La Tentación de descuidar el “depositum fidei”, considerándose no custodios, sino propietarios y patrones, o por otra parte, la tentación de descuidar la realidad utilizando ¡una lengua minuciosa y un lenguaje pomposo para decir tantas cosas y no decir nada!
PERO SANTIDAD si esto es un retrato del documento sinodal y de muchas de sus intervenciones, de las suyas de usted. Si alguien le ha escrito esto, ha sido para dejarle en evidencia.
No olvide Santidad que usted tiene mucha autoridad sobre muchas cosas, pero no para cambiar la Doctrina, y si lo intenta le estaremos esperando.
Este es lenguaje de la mentira, por eso causa tanta confusion,
les dice a cada uno lo que quieren oir.
Asi causa division y confunde .
Un dia dice que no existe Dios solo las personas, se burla.
otro dia dice que existe Dios unoy trino.
Un dia trata de cambiar el evangelio y para confundir pide que recen el Rosario para hacerlo.
Un dia dice que hagan examen, y utiliza la tecnica pisoclogica de culpabilizar a los buenos, que nos sintamos culpables, malos cristianos por desconfiar de un Pastor que modifica la Palabra de Dios y no enseña la Tradicion, ni el camino de la conversion y de la contemplacion.
Por muchos desatanudos su voz no es de pureza sino que incita a la corrupcion.
Ha terminado un Sinodo que quiso ser un Concilio encubierto; ha terminado un Sinodo que para su clausura ha Beatificado a Pablo VI, un pontifice que llevo a la Iglesia casi a la ruina moral, liturgica, espiritual y teologica; ha terminado un Sinodo que ha puesto de manfiiesto el orgullo de un Cardenal, Karsper, y la valentia de otros, como Burke, Pell, Muller y los africanos; ha terminado un Sinodo que queria, en la mente de algunos, acabar con la fe de otros en la unidad e indisolubilidad del matrimonio, en la presencia real de Cristo en la Eucaristia, en la verdad sobre el hombre y la mujer… Hay pocas cosas por las que alegrarse al concluir un Sinodo que ha puesto de manifiesto lo que ya se venia dando desde el Concilio: la division de la Iglesia, la infiltracion del secularismo, la escasa talla intelectual de algunos prelados, y los deseos de imponer como doctrina los caprichos pastorales de algunos.
La unica tentación que veo yo en todo esto, es la de que algunos piensen en el Cisma al ver a nuestros pastores divididos y dejandose llevar por el Mundo, por aquello que representa todo lo contrario de Cristo y la Iglesia. Yo estoy con esos obispos y cardenales africanos que han dicho lo que otros no querian oir: que la Iglesia, fundada como sacramento de salvacion y no de condenacion, esta para transformar el mundo, para hacer presente en germen el Reino de Cristo, el reino de la Verdad y de la Vida; y no para convertirse en la comparsa de los laicistas, ateos, masones, liberales…, a quienes tiene que convertir, y no ser convertida por ella.
2 Tesalonicenses 2,3:
Sobre la Parusía, que nadie os engañe en modo alguno, porque antes ha de venir la apostasía y ha de aparecer el hombre de la iniquidad, el destinado a la perdición, el adversario, que se levantará contra todo lo divino y todo lo que tenga carácter religioso, HASTA LLEGAR A SENTARSE EN EL SANTUARIO DE DIOS, HACIENDOSE PASAR A SI MISMO POR DIOS.
¿No os acordáis que ya os dije esto cuando estuve entre vosotros?
Vosotros sabéis qué es lo que ahora le retiene, para que se manifieste en su momento oportuno.
Porque el ministerio de la impiedad ya está actuando. Tan sólo con que SEA QUITADO DE EN MEDIO EL QUE AHORA LE RETIENE, ENTONCES SE MANIFESTARÁ EL IMPÍO, A QUIEN EL SEÑOR DESTRUIRÁ CON EL SOPLO DE SU BOCA, Y ANIQUILARÁ CON LA MANIFESTACIÓN DE SU VENIDA.
La venida del Impío estará señalada por el influjo de Satanás, con toda clase de milagros, señales, prodigios engañosos, y todo tipo de maldades que seducirán a los que se han de condenar por no haber aceptado el amor de la verdad que les hubiera salvado.
Por eso Dios les envía un poder seductor que les hace creer en la mentira, para que sean condenados todos cuantos no creyeron en la verdad y prefirieron la iniquidad.
¡Cuán extraño ha sido todo lo ocurrido en el Sínodo!
PREGUNTAS:
¿Para que ha servido realmente el Sinodo?
¿Ha merecido la pena?
¿Que resultados prácticos se pueden aventurar de beneficio para la Iglesia o para las almas?
¿que ha aportado en concreto, este sinodo, para mejorar la situación de las familias?
¿Hemos salido TODOS con las ideas mas claras, o por el contrario hay muchos que piensan que ha sido un primer paso para «modernizar» la Iglesia y que esta acabe aceptando el divoricio y los «casamientos» homosexuales?
¿Se ha hecho alguien en la Curia este examen de conciencia básico, sobre todo entre los organizadores?
¿Es de esperar en próximos eventos de este tipo, unos resultados similares?
¿Merece la pena gastar el dinero que se ha gastado, para lo que se ha obtenido?
¿Porque no es explica a los fieles que son los que pagan, cuanto ha costado este sinodo?
Yo creo que la mayoría de las respuestas son negativas por desgracia.
A ver si algunos semovientes con mitra o capelo, se dedican de una vez a hacer su trabajo de verdad, que es para lo que fueron llamados.
Viendo este sínodo me acuerdo del discurso de Ratzinger en las jornadas preparatorias de su elección, sobre los sacerdotes indignos.
¿Por cierto que piensa Ratzinger de todo lo que ha pasado y de los temas que se han tratado?
Por supuesto que ha servido el sínodo. Fundamentalmente para chequear la fuerza de los conservadores.
Ahora ya sabemos que es débil, y que tarde o temprano caerá.
Es una estrategia de acoso y derribo, muy bien planificada.
Lo que piensan hacer, lo harán, guste o no . Desgraciadamente todo apunta que el próximo año por éstas fechas existiran dos Iglesias. Quienes sean fieles a la Doctrina de Cristo serán tildados de cismáticos. Es la dura realidad para tristeza mia y de muchos.
Lo que piensan hacer, lo harán, guste o no. Desgraciadamente todo apunta que el próximo año por éstas fechas existirán dos Iglesias. Quienes sean fieles a la Doctrina de Cristo serán tildados de cismáticos. Es la dura realiad para tristeza mia y de muchos.